Esta receta la fui desarrollando a partir de diversos intercambios. La que incluyo aquí no tiene la
pretensión de parecerse a las de mi vieja o las de mi abuela
Agustina. En realidad, quiero diferenciarme porque creo haber llegado
a una receta propia que me da placer utilizar. Mi rechazo a la
inclusión de pasas de uva es decisivo, no me gustaban ni me gustan
en rellenos con carne. De todas maneras, volveré sobre la receta de
doña Agustina en otra oportunidad, cuando exponga mis experiencias
con las empandas de mi tía Chocha (las que hace son decididamente
superiores... que, por supuesto, no llevan pasas).
Recuerdo
que un paso importante en mis preferencias fue preparar el relleno
cortando la carne a cuchillo. Debo la recuperación de ese hábito,
ya perdido a mediados del siglo XX, a la imitación de las empanadas
que hacían en La Chacha, un negocio que las preparaba para llevar a
casa (estaba ubicado en Murguiondo y Alberdi, en el barrio de
Mataderos). La primera vez que las hice así, las cociné friéndolas
en grasa. No he vuelto a intentarlo porque, a pesar de la delicia que
resultan, terminan siendo muy pesadas para los hábitos alimentarios
actuales. Además, el estado de limpieza en que queda la cocina puede
llegar a ser desastroso.
Luego
recibí otras influencias que me permitieron mejorarlas. Adolfo, un
amigo que tenía un negocio de empanadas con delivery en Palermo, me
enseñó que había que cocinar la carne por 20 minutos durante la
preparación del relleno. Hasta entonces, yo apenas la cocinaba,
creyendo que el jugo aparecería en la cocción en el horno. Adolfo
me dijo que, para hacer empanadas jugosas, es necesario contar con el
que larga la carne cuando se prepara el relleno. Pensándolo bien, lo
que yo hacía antes de este consejo era sellar la carne, lo que
impedía que largaran los jugos en el interior de la empanada en su
cocción final en el horno. El resultado era inevitable la carne
podía quedar jugosa (módicamente jugosa por que los trozos resultan
muy pequeños, claro está), pero la empanada quedaba seca aunque le
pusiera una gran proporción de cebollas.
Ezequiel
Pardo Argerich, mi maestro en las técnicas básicas de la cocina,
sostiene que en todos los rellenos que combinan carnes y verduras,
hay que cocinar primero la carne e incorporar las verduras después.
De esta manera ellas se encargan del desglasado que permite recuperar
los restos de la cocción del la carne que se han pegado en el fondo
de la cacerola. Admito que esta es la técnica académica correcta y
la aplico para todo tipo de relleno, excepto para las empanadas. En
este le punto le discuto a Ezequiel, sosteniendo la tesis de Adolfo
para que las empanadas resulten jugosas.
El
último detalle de importancia que incorporé, lo debo a José Luis
Fernández Erro quien me enseñó la técnica para cocinar las papas
y agregarlas en el relleno a la manera salteña.
Tengo una asignatura pendiente con
la masa… tiempo al tiempo ya veremos. Lo que ocurre es que el
amasado de pizzas, panes y pastas diversas es una incorporación
reciente en mis hábitos culinarios.
Empanadas
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Fuente
(fecha)
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Es
una receta que no sé ni dónde ni cuándo la aprendí… ni quién
me la transmitió. Sólo sé que hace más de veinte años que la
hago y que la fui enriqueciendo con los aportes señalados en el
texto.
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Ingredientes
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1
parte de carne picada común (250 g por docena de empanadas).
Tiene que tener algo de grasa.
1
parte de cebollas.
½
parte de cebolla verdeo.
300
g de papas por kg de carne por cada kg. de carne.
Sal,
pimentón o páprika, comino.
1
aceituna descarozada por empanada.
1
huevo duro picado por cada docena de empanadas.
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Preparación
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1.-
Las papas deben pelarse y cortarse en cubitos de 3 mm. Hay que
cocinarlas en una olla desde agua fría salada. Ni bien levanta el
hervor, dejar cocinar a fuego mínimo hasta que larguen la primer
espumita. Hay que colarlas y reservarlas en agua fría para cortar
su cocción.
2.-
Cortar la cebolla y el verdeo a la paisana, pero bastante gruesa
(digamos de 3 ó 4 milímetros de ancho).
3.-
Rehogar las cebollas en una olla grande. Salar. A mitad de la
operación condimentar con la mitad del pimentón y comino. Las
proporciones son a ojo, siempre un poquito más de comino que de
sal y pimentón. La cantidad total es la que da gusto a la
cebolla.
4.-
Agregar la carne y cocinarla con la olla tapada por 20 minutos,
revolviendo cada tres o cuatro.
5.-
Volver a condimentar con sal, pimentón y comino hasta alcanzar el
gusto deseado.
6.-
Agregar aceitunas, el huevo duro picado y las papas previamente
coladas.
7.-
Dejar que el relleno se asiente por 24 hs. por lo menos antes de
preparar las primeras empanadas.
8.-
Disponer el relleno sobre las tapas y cerrarlas. Luego de realizar
el repulgue, se las pincha con un tenedor por el lado de arriba.
9.-
Cocinar en horno fuerte al principio y luego medio hasta que la
masa esté levemente dorada. (si se frizan las empanadas, se deben
llevar al horno directamente sin descongelar)
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Ajuste
personal
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El
toque personal está en el condimento. No sólo porque la
proporción es intuitiva, sino porque pongo más o menos la mitad
cuando estoy recién empezando la cocción del relleno y la otra
mitad cuando ya cociné la carne. Es decir, no rectifico, sino que
condimento en dos momentos distintos, con lo cual hay una parte de
los condimentos que está cocida y otra cruda. No es muy ortodoxo,
pero para mí funciona.
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En relación a las empanadas fritas en grasa, hace poco, me enteré que facilita de manera importante su digestión el rociarlas con azúcar . . .
ResponderEliminarEstá buena la receta, yo las preparo igual pero cocino la carne con la olla destapada y con fuego suave una vez que se desgranó la carne picada. La cebolla de verdeo la pongo al final de la cocción y tapo olla, se cocina con el calor de la preparación. El secreto del jugo me lo enseñó hace mucho una "compañera" sanjuanina. Se debe rehogar la cebolla con grasa de pella y la carne no puede ser desgrasada (como se estila ahora). Al dorar la cebolla con grasa, cuando se enfria se forma una crema que luego se derrite dentro de la empanada al cocinarla. Si la hacen así separen las piernas o coman con un platito debajo de la empanada. saludos Gra
ResponderEliminarAnónimo "Gra": muchas gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarEs muy interesante esto de agregar la cebolla de verdeo al final. Yo hago lo mismo cuando preparo mollejas al verdeo. Es la única manera de conseguir que queden crujientes.
Yo también uso grasa de pella, cuando tengo, claro está.
¿Cocinás la carne a fuego suave y con la olla destapada? Lo de fuego suave está muy bien, pero lo de la olla destapada no lo entiendo (estás confiando mucho en la grasa para hacerlas jugosas, ¿no?).
Comparto que la carne debe tener un poco de grasa, de otro modo quedan muy secas y el sabor carece de profundidad.