sábado, 24 de mayo de 2025

Fideos con pan rallado de don Cayetano

Los invito a seguir de visita en la cocina de Cayetano Branca, en el barrio de Almagro (Sí, en Almagro, Almagro de mi vida), allá por los años sesenta, cuando el tango que lo nombra ya era viejo, pero igual sonaban todavía en algún Winco de la ciudad…

Las imágenes pertenecen a Gregorio Branca, salvo indicación en contrario

Les propongo ahora probar las dos variantes de la receta mencionada en el epígrafe. (1) No sé si al lector avisado, y sin ascendencia en la Italia meridional, le ocurre; pero a mí quince años atrás me hubiese parecido extrañísima.

Lo cierto es que conocí hace relativamente poco tiempo la pasta con “mollica” o “mullica”, según el dialecto que usemos. Una aclaración, la palabra mollica se traduce literalmente como miga de pan, pero las recetas que conozco se hacen con pan rallado, es decir, con pangrattato, dicho en toscano, el dialecto oficial de los italianos.

Considerando la idea gastronómica en sí misma, me resultó interesante es ver que ese reemplazo del queso por pan rallado, parece ser algo más habitual en el sur de Italia que lo que podríamos suponer de antemano.


La imagen pertenece Rosanna Contessa

La primera receta que obtuve, practiqué y publiqué fue la de Rosanna Contessa, a quien conocí como administradora del B et B Terrazas de Alcalá en la ciudad de Catania, donde estuvimos alojados por algunos días. Rosanna era una excelente anfitriona, reveló sus gustos por la cocina en varias charlas que tuvimos. Ya en Buenos Aires, le pedí que me enviara recetas sicilianas, lo que finalmente hizo. Yo las publiqué en 2016. (2)

La de “Pasta con acciughe salate e mollica” despertó mi curiosidad como toda receta concreta de personas concretas que me resulta atractiva e impacta justo sobre el centro mi propia ignorancia. (3) Cuando hice tallarines siguiendo la receta de Rosanna, quedé igualmente impactado por el resultado, tanto en sabor como en textura.

Años después, vi otro plato de pasta con pan rallado. Esa pasta con “mullica” fue elaborada por una amiga con la receta de su suegra calabresa. Pero, en este caso, sólo vi una foto y su nombre por escrito… algún día publicaré también esa receta.

La imagen pertenece al autor

Ignoro todo acerca del reemplazo de queso por el pan… ignoro los contextos sociales y culturales en los que se produjo y produce el cambio. Pero la propuesta claramente me seduce, sobre todo porque probé los resultados… No me canso de subrayarlo,

Recuerda el lector que ese mismo impacto de platos singulares sobre mi ignorancia fue lo que me llevó a recorrer las recetas de Cayetano Branca, el abuelo de mi amigo Goyo quien me facilitó el acceso a las mismas.

Recorriendo el recetario de su abuelo que Goyo y su primo Jorge recopilaron en su momento, encontré las que forman parte de este artículo que sugiero al lector lea, u ojee, en su integridad, porque contienen recetas adicionales de pasta y tuco, para poner el contexto completo para estos platos en la cocina de don Cayetano.

El lector verá que la receta es sencilla, pero también apreciará la que estamos enteramente situados en aquella cocina de Almagro. Pero después, si se adueña de la fórmula, podrá agregar la “mollica” en lugar del queso en cualquier pasta que esté acostumbrado a comer.

Fideos con pan rallado

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024) (ver nota (1))

Ingredientes

Fideos cocidos y escurridos.

Tuco.

Pan rallado a gusto.

Preparación

1.- Tostar el pan rallado en una sartén a fuego lento hasta que esté doradito.

2.- Servir los fideos, agregar el tuco y espolvorear el pan rallado como si fuera queso.

Comentarios

La receta de don Cayetano que Goyo y su primo recopilaron comienza con la siguiente frase “Se hacen igual que los fideos con tuco.”

Me llamó la atención esta receta porque, si bien hay una de tuco en la colección, no hay ninguna fórmula para hacer los fideos, ni de los fideos con tuco. Sin embargo, la ausencia no impide que la imaginemos como una simple combinación que todos los que nacimos y vivimos en esta ciudad conocemos. Pero, con mayor obsesión que necesidad, es que, en una adenda, agrego abajo la receta de fideos y la de tuco con las particularidades personales que don Cayetano agregaba a esta salsa.


A continuación de la receta que acabo de exponer, Goyo y su primo incluyeron una receta sin tuco que seguramente era mucho menos frecuente en la mesa familiar.

¿Por qué digo esto? Simplemente porque Goyo nos dice, en una carta anterior al envío del recetario, lo siguiente:

“(L)a pasta, cualquiera, larga, corta, fresca, seca, simple o rellena, SIEMPRE se comía con tuco. Ni pestos (cosa de yeneisi, dal norte, bah!) ni cremas (francese!! Ajjj) ni nada de nada. Tuco. Consistente en estofado de carne (aguja, paleta o, si era fiesta, peceto) con mucha cebolla, confitados (como se dice ahora) largo tiempo y completados con una dilución en caldo de extracto de tomate.” (4)

Sin embargo, si bien ésta era la norma de la casa, los fideos sin tuco se debía comer con alguna recurrencia significativa como para que justifique su inclusión en la recopilación. La transcribo porque el tostado del pan rallado ofrece una sutil diferencia con la anterior:

Fideos con pan rallado sin tuco

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024) (ver nota (1))

Ingredientes

Fideos cocidos y escurridos.

Pan rallado a gusto.

Perejil.

Ajo.

Aceite  

Preparación

1.- Pelar y picar el ajo.

2.- Picar el perejil.

3.- Tostar el pan rallado en una sartén a fuego lento hasta que esté doradito.

4.- Sacar la sartén del fuego, agregar el ajo y el perejil y un chorro de aceite hasta que el pan esté bien mojado.

5.- Colocar los fideos escurridos en una fuente de servicio.

6.- Se agrega el pan rallado y mezclar bien.

Comentarios

El lector avisado, advertirá con rapidez que no tiene sentido tratar de este modo al pan rallado en el caso de los fideos con tuco.

Otrosí digo, Goyo experimenta una aversión casi natural al queso. De modo que su reemplazo por pan rallado tostado, debe ser, imagino, una solución providencial para él.


Ahora, para que el lector no se quede en ascuas, a veces buenas para un asado, pero otras no, expongo las recetas que completan el contexto de estos platos. ¡Ah! Pruebe estas fórmulas que ya expuse… son un viaje de ida.

Adenda 1:

Tuco

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024) (ver nota (1))

Ingredientes

Carne cortada en trozos medianos 1 kg.

Cebolla 1 kg.

Tomates perita al natural 1 lata.

Extracto de tomate 2 latitas.

Caldo de verduras.

Sal.

Preparación

1.- Salar la carne.

2.- Freírla en una cacerola hasta que esté bien dorada.

3.- Licuar la cebolla.

4.- Agregar la cebolla a la cacerola y cocinar con la carne a fuego bajo por una hora y media, hasta que la preparación esté bien oscura. Agregar un chorrito de caldo, cada vez que se perciba que la cebolla se seca.

5.- Agregar el extracto de tomate disuelto en un poco de caldo y dejar cocinar 30 minutos más, revolviendo siempre con una cuchara de madera.

6.- Licuar el tomate perita.

7.- Agregar el tomate triturado a la cacerola y un poco más de caldo, si fuera necesario.

8.- Dejar hervir con la cacerola a medio tapar por 30 minutos más.

9.- Poco antes de terminar, agregar un ramito de albahaca fresca.

10.- Opcionalmente, se puede agregar pimienta.

11.- Servir el jugo del tuco mezclado con los fideos y el pan rallado tostado, como primer plato, y la carne sola, como segundo.

Comentarios

Míos:

1.- Siempre doy las cantidades de los ingredientes para cuatro personas de buen comer. Con un cálculo de regla de tres, el lector podrá contabilizar, imaginariamente, los ingredientes necesarios para alimentar a los once integrantes de la familia Branca.

2.- Si bien Goyo no recuerda el tipo de carne que usaba son Cayetano, en el recetario indica “Se puede hacer con peceto o colita entera, nalga, bola de lomo o cuadrada cortada en trozos medianos”.

3.- La receta de don Cayetano dice “se agrega un frasco de extracto de tomate triple y una latita de extracto doble”. Pero, en la actualidad, no se produce en La Argentina el extracto triple, por eso la receta lleva dos latitas de extracto doble.  Ver abajo el comentario de Goyo al respecto.

4.- El hervor indicado en el paso 7, se hace en suave mijoter.

De Goyo

1.- En relación con el extracto de tomates, Goyo cuenta: “En una cacerola dominical iba un frasquito de vidrio de extracto triple La Campagnola (¡Ay!, hoy discontinuado) y una latita de extracto doble Coinco (hoy se consigue INCA)”. En mis comentarios, ya expliqué la adaptación de la receta a esta circunstancia. (ver nota (4))

2.- Añade Goyo: “Mi abuelo agregaba también una lata de tomate perita al natural licuada, hecho considerado herejía por mi tías abuelas pugliesas, que se limitaban al extracto.” (ver nota (4))

Pienso que ésta es una modificación muy interesante. ¿Cuál habrá sido su origen, una remota influencia calabresa, el fruto del intercambio con la comunidad barrial o la propia creatividad y gusto personal de don Cayetano? Imposible saberlo… Lo único cierto es que el hombre introdujo esta modificación en la familia.

3.- En otro comentario adicional, Goyo agrega: “Los tomates perita al natural que Cayetano agregaba al tuco de conserva los pasaba previamente por la licuadora. Y ojo que es un detalle no menor, hace a la identidad misma de los platos de pasta de Cayetano: la textura del tuco era absolutamente líquido / cremosa. Nada de trozos de ninguna especie excepto, claro, la carne (la cebolla, por ejemplo, entraba picada muy pequeña o licuada y prácticamente "desaparecía" con la prolongada cocción, dejando su sabor).” (5)

 

Fideos

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024)

Ingredientes

Harina 100gr por persona.

Huevos 1 por persona.

Sal a gusto.

Aceite de oliva c/n.

Preparación

1.- Poner la harina sobre la mesada, formando un volcán.

2.- Salar.

3.- Agregar los huevo y un chorrito de aceite.

4.- Mezclar todo y sobar la masa hasta que esté lisa y uniforme. (alrededor de m5 minutos)

5.- Dejar descansar la masa tapada por un repasador por 30 minutos.

6.- Estirar la masa con un palote (se la puede estirar con la Pastalinda).

7.- Florear la masa estirada con harina, enrollarla sobre sí misma y tallarla (cortarla) con una cuchilla afilada (también se la puede cortar en los rodillos correspondientes de la Pastalinda).

8.- Estirar los tallarines bien separados sobre la mesada y dejarlos orear por lo menos 1 hora.

Comentarios

Míos:

1.- Cuando hago pasta al huevo, la mezcla la hago en un bol y el sobado sobre la mesada.

2.- Indiqué la técnica para cortar los fideos con una cuchilla (de allí reciben el nombre de tallarines en España y tagliatelli en Italia); pero jamás me salieron parejos de ese modo. Uso ese gran invento argentino que mis tías adoptaron hace más de 60 años, la Pastalinda.

3.- Tengo un secador de pastas, donde pongo los fideos a orear. Los dejo por lo menos una hora. En días especiales, las tías y las abuelas amasaban la pasta la noche anterior. Con lo cual, llegaban a estar oreándose por casi veinte horas.

De Goyo:

“Hoy, yo hago una versión algo modernizada con clara influencia de Donato de Santis: 75% de harina 4 ceros más 25% de semolín y siempre un huevo por cada 100 grs del total, sal y un chorro de aceite de oliva. Alguna vez he probado usar solamente semolín. Sale bien al dente.” (ver nota (1))

Goyo usa la Pastalinda para el corte y un sofisticado artefacto para orear los fideos; pero, si no lo tiene disponible, improvisa con lo que tiene a mano (llegó a usar un tendedero de ropa).

Adenda 2:

En oportunidad de revisar los borradores de estas notas, Goyo expuso este comentario:

“/…/: acabo de darme cuenta de que mi afirmación sobre los fideos que solamente valían con tuco fue aventurada y exagerada y por lo tanto, inexacta. Me olvidé nada menos que de los fideos "aglio e olio" ultra tradicionales en toda Italia y muy consumidos en mi casa. Y, agrego: los fideos con tuco y pan los llamaba mi abuelo con "mollica rossa" y a los otros, con "mollica bianca." Éstos últimos no eran sino una variante de los "aglio e olio," con agregado de pan rallado y tostado.

”También me olvidé de la "pasta e fagioli" (fideos con porotos, generalmente de manteca, que no alubias) y sus extensiones, fideos con arvejas partidas (¡mis favoritos!) y fideos con garbanzos. Ninguno de ellos llevaba tuco. ¡Pero tampoco crema!” (6)

Particularmente pienso que la inexactitud que atribuye a su declaración anterior es relativa. Exagerada, sí claro, pero, si uno la lee en su contexto, advertirá que sirve para subrayar la identidad propia de la cocina del sur de Italia, en donde la pasta no lleva ni crema ni pesto.


Como yo mismo advertí y comenté, en estas mismas notas, esa afirmación contundente sobre la omnipresencia del tuco, no era precisa y estaba condicionada por el contexto antedicho.

De modo que no hubiese sido necesario incorporar esta segunda adenda, de no ser por la prolija enumeración que Goyo hace de las pastas que comía en su infancia y que no llevaban tuco.

Valgan este par de párrafos para poner en evidencia la riqueza del repertorio culinario de don Cayetano Branca.

Notas y bibliografía:

(1) 2024, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 27 de noviembre.

(2) 2016, Aiscurri, Mario, “Recetas catanesas de Rossana Contessa”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 4 de marzo de 2025 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2016/12/recetas-catanesas-de-rosanna-contessa.html. Ignoro si el establecimiento sigue funcionando y si la señora Contessa sigue a cargo.

(3) 2016, Aiscurri, Mario, “Pasta con anchoas y migas de pan”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 4 de marzo de 2025 en El recopilador de sabores entrañables: Pasta con anchoas y migas de pan

(4) 2024, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 26 de noviembre.

(5) 2025, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 15 de febrero.

(6) 2025, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 28 de marzo.


sábado, 10 de mayo de 2025

Legendarias berenjenas rellenas de don Cayetano Branca

El lector se preguntará por el alcance de la atribución del epígrafe a esta receta que aún no conoce, pero cuya confección seguramente podrá intuir con cierta facilidad. No está de más recordar que las historias familiares suelen resultar en un entramado de recuerdos entrañables sueltos que finalmente se muestran como un todo. Algunos de ellos, por no decir muchos, aparecen expuestos de un modo tal que los hechos realmente sucedidos aparecen como un telón difuso de los relatos que suele referirlos. Es que estas historias no pueden eludir pequeñas intervenciones que la percepción afectiva que cada miembro de la familia agrega o subraya cada que repite el cuento. Dicho sin vueltas, esos recuerdos relatados y vueltos a relatar, suelen tomar ribetes legendarios.

Las imágenes pertenecen a Gregorio "Goyo" Branca

Ocurre en todas las familias. Pero en el caso de la familia Branca, pude percibir claramente algunos de estos ribetes, relacionados con la comida claro está, en el intercambio de correos-e con mi amigo Goyo, a medida que avanzábamos en la reconstrucción de las recetas de su abuelo Cayetano.

El hombre era un calabrés inserto en una familia de mujeres puliesas. Cuando el viejo tuvo que hacerse cargo de la cocina como ya expuse en otro lado, contó con las referencias a su mujer Marietta y de sus cuñadas, de su memoria gustativa calabresa y, seguramente, del entorno social porteño. Apresuradamente, me imaginé que Cayetano había aprendido a cocinar de estas mujeres nacidas en la Apulia. Rápidamente, Goyo me corrigió diciendo que la palabra “aprender” era excesiva, que alcanzaba con usar en la expresión “recibir la influencia” y agregó:

“Está claro que el viejo tenía un talento natural que lo hizo famoso en la familia. Me consta que hubo gente que emprendió largos viajes en colectivo al sólo efecto de probar sus berenjenas rellenas.” (1)

El asunto de las influencias me quedó tan claro como el del placer con que Goyo sigue recordando esas berenjenas de su abuelo. (2)


Igual que ese misterioso viajero de colectivos porteños, me dije, que bueno sería contar con un bondi que atravesara el tiempo y me llevara a la cocina de don Cayetano, en el barrio de Almagro en los años sesenta del siglo XX, para poder probarlas… ¿No es posible? Bueno, sí, esto es cierto; pero la receta nos va a acercar bastante.

Berenjenas rellenas

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024) (3)

Ingredientes

Berenjenas 4.

Cebolla 1.

Puré de tomates ½ lata.

Pancitos  del día anterior 2.

Leche c/n.

Huevos 3.

Orégano a gusto.

Nuez moscada a gusto.

Sal.

Salsa de tomates (ver receta ut retro).

Preparación

1.- Cortar las berenjenas por la mitad a lo largo, cuidando de no romper la cáscara.

2.- Quitarles la pulpa, también con mucho cuidado.

3.- Hervir las cáscaras en agua con sal.

4.- Picar la pulpa que se quitó a las berenjenas.

5.- Picar la cebolla.

6.- Remojar el pan leche.

7.- Colar las berenjenas y dejarlas secar boca abajo.

8.- Sofreír, en una sartén, la cebolla.

9.- Agregar la pulpa de las berenjenas y el puré de tomates y cocinar todo muy bien.

10.- Retirar la sartén del fuego.

11.- Escurrir el pan, apretando muy bien, y picarlo muy bien.

12.-Agregar al sofrito el pan y los huevos.

13.- Condimentar con orégano, nuez moscada y sal.

14.- Rellenar las berenjenas con esta preparación.

15.- En una asadera colocar un poco de salsa de tomates y, sobre ella, las berenjenas rellenas.

16.- Agregar salsa de tomates por encima.

17.- Llevar a un horno moderado (entre 190 y 200° C, aproximadamente) y dejarlas cocinar hasta que estén bien duritas.

18.- Se pueden comer calientes, tibias o frías.

Comentarios

1.- La salsa de tomates se coloca sobre la asadera para que las berenjenas no se peguen.

2.- Goyo sostiene que “frías, de la heladera, al día siguiente, son irresistibles”.

Goyo suele tener finas percepciones sobre detalles que hacen únicas cada receta de su abuelo. Piensa en texturas y en ingredientes específicos. Pero en este caso no logra identificar qué era lo que hacía que estas berenjenas lo fueran. Pienso que, si practicamos la receta, cada uno de nosotros estará en condiciones de llegar a este punto.


Para ello, es necesario completar el contexto de la preparación de este plato con la receta prometida arriba, la de salsa de tomates.

Salsa pura de tomates

Fuente (fecha)

Goyo Branca (2024) (3)

Ingredientes

Pulpa de tomates.

Caldo 1 taza.

Albahaca 1 ramita.

Preparación

1.- Poner a calentar la pulpa de tomate.

2.- Agregar el caldo y la albahaca.

3.- Cocinar a fuego lento hasta que el tomate no tenga gusto ácido (entre 10 y 15 minutos)

Comentarios

1.- Goyo informa sobe el caldo: “mayormente de verduras (una base de apio, puerro y zanahoria más lo que hubiera: pimiento verde, cebollas, algún diente de ajo, zapallito, etc.); pero siempre iba algún pedacito de carne o, mejor dicho, lo que te daban muy barato en las carnicerías cómo “hueso con carne”.” (4)

2.- En relación con el “puré de tomates” de la receta anterior y la “pulpa de tomates” de ésta, Goyo aclara:

“Respecto de los tomates: en la época de mí abuelo, sin dudas eran peritas licuados y, para hornear, la salsa pura según receta ad-hoc (que es esta misma, claro está).

”Hoy, existen en el mercado miles de purés y alguna que otra pulpa. Personalmente, uso pulpa La Campagnola. Es más suave y menos ácida que el puré. También hay excelentes pulpas artesanales en botella, de Mendoza. Recomendable la que venden en Vacalín.” (5)

Coincido con mi amigo en la idea de buscar las conservas de tomates menos ácidas.

Notas y bibliografía:

(1) 2024, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 27 de noviembre.

(2) 2025, Aiscurri, Mario, “Las recetas del abuelo Cayetano”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 10 de mayo de 2025 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2025/04/las-recetas-del-abuelo-cayetano.html.

(3) El recetario que recopilaron Goyo y su primo lleva por título “Recetas de cocina del abuelo Cayetano” y lo recibía adjunto en 2024, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 27 de noviembre.

(4) 2025, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 18 de febrero.

(5) 2025, Gregorio “Goyo” Branca a Mario Aiscurri, correo-e del 9 de marzo.