Este artículo tiene dos revisiones:
La crema de leche hace
milagros en la cocina y su presencia en la bagna cauda no es la excepción. Si
no fuera por la crema, esta preparación rústica (su origen alpino, no la hace
menos rústica) no tendría destino en la gran cocina. ¿Cómo hacer, si no, para
lograr que un plato elaborado con aceite de nueces, filetes de anchoas en
salmuera y ajo (marfil precioso, pero contundente) se transforme en esa delicia
equilibrada y gustosa, en ese apreciado caldo que camina siempre sobre el borde
del precipicio?
Fotos de Alicia Boero
La sofisticación
permitió que el cardo silvestre de los caminos, verdura central para el sopado
del fundido primigenio, fuera reemplazado en las mesas burguesas por productos
más sofisticados de la huerta, como los repollitos de Bruselas, los brócolis y
las endivias. La distancia entre el Piamonte y la Pampa Gringa exigió que el
inhallable aceite de nueces fuera reemplazado por el fruto mismo en el sofrito
inicial, siendo ésta la principal adaptación a los productos disponibles en el
sur de la provincia de Santa Fe.
Lo más cómodo es tomar
la bagna cauda de pie junto a la mesa familiar, del mismo modo que se lo hace
cuando se sirve una fondue savoyarde. Se procede sencillamente, sopando los
vegetales y otros comestibles disponibles, evitando que la salsa espesa chorree
mediante el expediente de apoyar el producto humedecido sobre una rodaja de pan
que oficia de plato.
Mis hábitos
alimentarios formados en una familia descendiente de españoles mi incitan
permanentemente a sopar pan en cualquier líquido disponible en un plato de
comida. Me han dicho que la etiqueta española lo admite, en tanto que la
francesa (hija de las costumbres italianas) lo prohíbe. Lo cierto es que,
comiendo bagna cauda en casa de Alicia, Jorge (hijo de gallegos) y yo (nieto de
riojanos), nos tentamos y comenzamos a comer, humedeciendo directamente el pan
en la cazuela en que el producto estaba servido. Fuimos rudamente reconvenidos
por una de las mujeres de familia piamontesa. De ahí entendí cual era la
función del pan, como cuando los paisanos comen el asado usando el cuchillo
como único cubierto. Toman una rebanada de pan, apoyan un trozo de carne sobre
él, con un pedacito más pequeño de pan bajo el dedo pulgar sostiene con firmeza
la carne, cortan un bocado con el filo del cuchillo, lo pinchan con la punta y
lo llevan a la boca... el pan lo van comiendo lentamente cuando el deseo llama,
pero no con la proporcionalidad con que se lo ingiere en un sandwich.
Fuente (fecha)
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Receta familiar de Alicia Boero (7 de
agosto de 2010)
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Ingredientes
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Para 10 personas:
Manteca 100g
Anchoas en salmuera: 10 filetes
Ajo: 14 dientes
Nueces: 6 mitades
Crema: 2,50 litros
Harina: 100g
Para bañar en el caldo: coliflor y
brócoli cocidos y cortados en ramitas de un bocado, ravioles, pollo hervido y
troceado, crotones de pan, pimientos verde y rojo cortados en trozos
pequeños, pencas de apio, pencas de cardo, si se consiguen (los pimientos, el
apio y los cardos van crudos).
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Preparación
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1.-
Pelar los dientes de ajo, quitarles el brote y procesarlos.
2.-
Procesar las anchoas.
3.-
Picar las nueces
4.-
Realizar un sofrito con el ajo, las anchoas y la nuez en la manteca
derretida.
5.-
Agregar 1,25 litro de crema y bajar el fuego a mínimo. Dejar cocinar por una
hora y media, revolviendo cada tanto.
6.-
Cuando hierve, probar y rectificar sabores (se le puede agregar anchoas, ajo
o crema).
7.-
Agregar la harina disuelta en medio litro de crema.
8.-
Cuando vuelve a hervir, volver a rectificar sabores.
9.-
Servir de a poco para que no se enfríe en cazuelas que se comparten. Rodear
las cazuelas con los productos que se van a bañar.
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Para los queridos Alicia y Maria: ya hemos discutido largamente el tema de la bagna cauda y he arbitrado los medios para conocer la verdad, en este caso, aportando un autentico recetario del Piamonte, traído de allí por mi esposa (hija de la pampa ginga) en ocasión de visita a su familia en un pueblo cercano a Torino. En definitiva: la bagna cauda ortodoxa no lleva crema de leche. Ese agregado es criollo. salu2
ResponderEliminarGracias, Héctor, por tu comentario.
ResponderEliminarLo tuyo es un aporte que refuerza la idea de una cocina nacional argentina con una capacidad de producir adaptaciones interesantes. Ya había recibido un comentario similar, pero la receta editada en un libro en el mismo Piemonte es una afirmación contundente.
Perdon Alicia, pero la bagna de la Porota es mejor! La mayor diferencia entre la bagna de la pampa gringa y la piamontesa no es la crema de leche, sino el paisaje... O como decía don Ata, "Lo que hace lindo el canto no es la voz, sino el cerro..."
ResponderEliminarMás allá de todo, me quedo con la bagna de Sastre, y no con la de Pinerollo... Eso sí, comanla en invierno...
Abrazo, Mario
Tucho
Gracias Anónimo-Tucho, por su comentario...
ResponderEliminarMe consta que Ud es un somellier experto en bagna caudas.