sábado, 30 de marzo de 2019

La cocina asquenazi en el recetario de Hedy Pundik (1990-2004) – Parte I


Me fascinan los recetarios familiares. Cada vez que accedo a uno de ellos, desespero por penetrar en la intimidad de la ideología culinaria del autor / propietario. El recetario de Haydée Pundik, más conocida familiarmente como Hedy, exhibe la incitante condición de pertenecer a una mujer judía argentina de origen asquenazi. Esto me permite indagar los entresijos del vínculo entre esta tradición culinaria y la cocina neo criolla en la que muchas colectividades de inmigrantes volcaron aportes tan significativos como visibles.
La imagen pertenece a Alexis Choclin
El recetario me lo facilitó su hijo, mi amigo Alexis Choclin. Alexis, muchos lectores lo conocen, es cocinero profesional lo que me permitió recorrer la colección y profundizar cada una de las recetas seleccionadas con una asistencia técnica inmejorable.
La riqueza de esta colección, a pesar de que las piezas no superan el centenar, hacen difícil realizar una selección representativa, aun esgrimiendo criterios restrictivos. En este marco, me propuse reducir la elección a las recetas de tradición asquenazi. Sin embargo, el resultado es tan abultado como incompleto. De hecho, quedaron afuera varias recetas que me costó descartar.
Para mitigar en parte el defecto, me propuse una segunda selección, concentrado en las panificaciones. Así y todo, no pude evitar incluir la receta de jalá en esta primera recopilación y dejar para la otra el pan goldstein de Hedy que está relacionado con otras recetas seleccionadas. En fin, pido indulgencia por la heterogeneidad y falta de consistencia en la colección de recetas que voy a presentar.
I El recetario
Mi interés en este recetario provino de un comentario que Alexis realizó en varias oportunidades. Poco antes de morir Hedy, en 2004, le dejó un legado consistente en una carta con reflexiones y consejos generales para la vida y este recetario. La carta es íntima, claro está; pero el recetario, no. De modo que me animé a pedírselo… Mi amigo accedió con la amabilidad que le es habitual. (1)
El corpus documental lo componen un conjunto de archivos digitales que contienen las recetas a razón de una por archivo. Señalo algunas excepciones para ser preciso: dos archivos incluye más de una y otros tres no contienen ninguna (un formulario para escribir las recetas del que hablaré abajo, un listado de equivalencias de pesas y medidas y un presupuesto de catering para una fiesta).
A simple vista, se puede percibir una fuerte presencia de recetas de repostería y panificaciones. El detalle no es menor, como se verá.
En la técnica seleccionada para la exposición de las recetas, los ingredientes y sus mediadas adquieren mayor protagonismo que los procedimientos. De hecho, el formulario utilizado para escribirlas consiste en una tabla con cuatro columnas, a saber: ingredientes, unidad, cantidad y observaciones. De modo que el procedimiento o bien se indica en la columna de observaciones, o bien, quedan fuera del cuadro. Muchas recetas, usen o no este formulario, carecen incluso de la descripción del procedimiento.
Yo imaginé que, las recetas estaban escritas para quien sabía las técnicas implicadas, la misma Hedy, desde luego. Alexis concuerda con mi impresión, diciendo que Hedy escribió esas recetas para ella, por lo que, en ciertos casos, debió juzgar que no era necesario aclarar más. Por otra parte, mi amigo también relacionó esta ponderación de los ingredientes con la preeminencia de la repostería en la cocina de su madre que se corresponde con la época en que compuso el recetario digitalizado.
En ese sentido, Alexis explica que su madre escribía sus recetas en unas fichas hasta mediados de los años ochenta del siglo XX y que, en ese momento, Hedy comenzó a escribirlas en una computadora. De modo que el recetario que estamos analizando aquí representa las recetas que su madre practicaba en los últimos 15 ó 20 años de su vida (c 1990-2004).
Claro que tampoco están todas las recetas que ella practicaba en esa época. Por ejemplo, en los años ochenta, cuando Hedy se comprometió políticamente, en algunas oportunidades, cocinó en su casa en reuniones con dirigentes oficialistas. Alexis recuerda que, en esas ocasiones, su madre cocinaba bagna cauda, plato preferido por algunos de ellos. Sin embargo, esa receta no está en la colección. Como en todo recetario personal, debemos entender que el autor lo construye a partir de una necesidad práctica muy alejada de una compilación enciclopédica (2)
II Hedy en la cocina
Según me contó Alexis, Hedy siempre cocinó y siempre disfrutó de cocinar y comer bien. Es muy probable que ese placer fuera una incitación tan fuerte a la que el mismo Alexis no pudo resistir en su elección vocacional por la cocina y la restauración.
Hedy fue autodidacta. Su aprendizaje se inició en la cocina familiar, pero creció cualitativamente en la medida que dedicó un tramo importante de su vida a un emprendimiento de servicios de catering.
Su recetario da cuenta de varias fuentes que alimentaron el camino que ella eligió. Hay recetas que provienen de amigas y de parientes cercanos, entre ellos, su madre Doris Knapheis. También las hay de cocineros mediáticos (Osvaldo Gross, Gato Dumas y Francis Mallmann). Adicionalmente realizó algunos cursos. Los archivos reproducen, por ejemplo, las recetas de un curso de cocina sefardí que tomó con Diana Salem en el año en 1997. También aprendió panadería con Marcelo Vallejos a partir de 1997 y efectuó otros aprendizajes con Otilia Kusmin a comienzos de los noventa.
Entre las recetas que Hedy tomó de otras personas, hay dos que quiero destacar. En primer lugar, los crepes Fanny. Alexis cuenta que Fanny era la empleada doméstica. La mujer era de origen húngaro romaní, de modo que tenía también una manera diferente de cocinar que representó un gran atractivo para Hedy.
La otra, es la de selva negra de la hermana Bernarda. Alexis cuenta que vivían en frente del convento donde la hermana residía (Virrey del Pino y Vuelta de Obligado) y que Hedy y Bernarda se cruzaban en el supermercado e intercambiaban recetas, mucho antes de que la monja se transformara en una celebridad televisiva. Hedy conoció a Bernarda porque asistió a los cursos que la hermana dictaba allí mismo en el convento, impulsada por su interés en la tradición de la cocina suizo alemana.
A mediados de los noventa, Hedy se queda sin trabajo y decide llevar adelante el emprendimiento de catering del que venimos hablando. Tenía como antecedente la circunstancia de que ya lo había hecho en los años setenta, de modo que no resultó una experiencia en la que tuviera que realizar intensos aprendizajes administrativos para arrancar con el proyecto.
Uno de los centros de interés más importantes de su oferta giraba en torno del pastrón, pero eso lo veremos más adelante en un artículo específico.
Para el emprendimiento de catering, Hedy contaba con un equipamiento instalado en una habitación de servicios pegada en la cocina. Allí tenía su mesada de trabajo, un freezer y dos heladeras de pozo, otro freezer vertical, una alacena importante y una máquina para envasar al vacío. Contaba, además, con un ahumador que había construido artesanalmente su marido Samuel y que ella usaba al lado de la parrilla alojada en un gran balcón terraza. (3)
Ahora les propongo que lean los artículos de algunas de las recetas seleccionadas (gefilte fish, jalá, knishes y kreplaj). Más adelante seguiré desarrollando aspectos muy interesantes de la cocina asquenazi en La Argentina a partir de la práctica que de ella hacía Hedy. (4)
Notas y referencias:
(1) 2018, Choclin, Alexis a Aiscurri, Mario, “El Recetario de Hedy”, correo-e del 2 de abril.
(2) 2018, Choclin, Alexis, entrevista grabada el 12 de mayo.
(3) Ídem.
(4) 2018, Choclin, Alexis a Aiscurri, Mario, “El Recetario de Hedy”, correo-e del 2 de abril.

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