20 a 23 de octubre de 2014
(Recomiendo leer la Parte I de esta nota)
(Recomiendo leer la Parte I de esta nota)
“Llorando
el calor del llanto del indio
en
un manantial febril, mojando el antigal,
lluvia
que viene de Dios, antiguo el cansancio
y
lento su andar, tiene una lanza por el cardón
y
en sus espinas dejó las manos
para
la sangre con otro color,
y al
rayo loco dio su corazón.”
(Petrocelli, Ariel, “El
Antigal”)
III Puerta
de La Paya y Las Pailas.
Existen muchos yacimientos arqueológicos en todo el territorio del
Departamento de Cachi; pero hay dos que me habían llamado la atención por su
significatividad. Por un lado, la Puerta de La Paya en donde Ariel Petrocelli,
según lo ha contado alguna vez, tomó contacto con los antigales, es decir, con
cierta presencia física y espiritual de los restos de las culturas primitivas
de los pobladores prehispánicos(1). No es descabellado pensar que este lugar
fuera la fuente de inspiración para su recordada zamba que elegí como epígrafe
de este artículo. El otro yacimiento arqueológico en Las Pailas cuyas
dimensiones nos llamaron la atención en la escueta visita que hicimos al museo.
Las imágenes pertenecen al autor
Fuimos a Puerta
de La Paya por nuestra cuenta. Entramos en el pueblo, pedimos referencias y nos
dijeron que el yacimiento estaba en la ruta detrás de la Iglesia. Se trata de
una bella iglesia de piedra de estilo barroco que pudimos ver en la víspera
cuando estábamos llegando a Cachi. Volvimos, entonces, a la ruta. Buscamos el
antigal y no dimos con él. De regreso en la ciudad, en la oficina de
información turística nos dijeron que era difícil de observar los restos
arqueológicos sin la ayuda de un guía. No nos recomendaron ninguno. Nosotros no
lo pedimos porque no sabíamos si tendríamos tiempo para volver al lugar. Pero
este contraste con la actitud de Luis en
la oficina de turismo de Santa María, me contrarió... daba la sensación que no
querían que accediéramos al lugar... ¿Desidia y desinterés por promocionar el
sitio entre los viajeros o protección del área en relación con posibles robos y
profanaciones? Vaya uno a saber... pronto se me ocurriría otra interpretación
algo más turbia...
Efectivamente
no nos alcanzó el tiempo para volver porque decidimos ir a Las Pailas, donde tuvimos mejor y peor
suerte. Con alguna dificultad por la ausencia de señales, pero con la ayuda de
los paisanos del lugar, llegamos hasta el sitio en donde comienza el
yacimiento; pero el tiempo no nos permitió recorrerlo, si nos demorábamos lo
suficiente para acceder a un puesto de observación interesante, llegaríamos muy
tarde a nuestra cita en Payogasta. De todas maneras, la excursión nos sirvió
para recorrer el valle verde y florido en el que se asienta la localidad de
Cachi Adentro. Una vista bellísima, por cierto.
No conforme con
lo que había visto, conversé con alguien que conocía bien el terreno, en la
hostería del ACA. El hombre me contó algunos detalles sobre la Puerta de la
Paya. Me dijo que era poco lo que se podía ver en el yacimiento, que la iglesia
que está sobre la ruta no tiene más de 30 años y que fue construida con piedras
tomadas de las ruinas, del mismo modo con que se usaron estos materiales para
la casa de piedra que está cruzando la ruta. Me vino a la mente la memoria de
las catedrales de Toledo y Sevilla que son cuadradas porque han sido elevadas
sobre la planta de antiguas mezquitas... Es difícil disimular el pasado bajo
estos nuevos ropajes y, aunque las cosas son lo que son, da pena que esta
comunidad, la de Cachi, digo, no haya tenido capacidad para defender este hito
principal de su propia historia espiritual y literaria. La próxima vez que
vaya, tomaré un guía para tratar de remover esta imagen que me ha quedado.
En contraste,
con todo esto me llevo la imagen dulce y amable de una joven mujer emprendedora
que ha iniciado, con una amiga, su negocio de venta de artesanías de producción
propia. Es guía de turismo y, en temporada, organiza excursiones nocturnas por
la ciudad de Cachi.
Sabemos que en
el mundo de nuestros días hay dos tendencias en pugna. Por un lado, están los
que creen que todo debe ser igual, que para atraer a los turistas hay que
ofrecerles torres de hormigón y vidrio y cadenas de hamburgueserías y de cafés
para obesos. Por el otro, los que creen que un viajero llega a un lugar para
ver lo diferente, lo propio y único de ese lugar... Cachi es bella y única,
pero ya ha sido acosada por algunas insinuaciones de la primera tendencia.
Lamento no haber retenido el nombre de
esta joven emprendedora que apuesta a seguir defendiendo la identidad de
este lugar (su negocio estaba recién instalado y aún no tenía tarjetas
comerciales para darnos). Sin embargo, retuve su imagen, su tez morena, su
rostro en el que las sangres indias y españolas se manifiestan en pacífica
convivencia y retuve su gesto que expresa una confianza ilimitada y que su
trabajo le dará los elementos materiales y espirituales para garantizar una
vida digna para ella y para sus hijos.
Cachi es un
territorio que podemos llevar en el corazón...
Notas y referencias:
(1) Leído el 18 de noviembre de 2014 en http://www.cadena3.com/post_ampliado.asp?programacion=Secci%F3n%20del%20Portal§or=42&post=25780.
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