Ya publiqué la receta de
hamburguesas de lentejas de doña Cándida, la abuela de Mario Miranda, quien las
hacía en la ciudad de Barranquilla, en Colombia. Aquélla era muy original, por
cierto, debido a que encerraba un misterio.
Las imágenes pertenecen a Natalia Pereiro
Ahora publico la de
Natalia que también es original. ¿Por qué la califico de este modo? En
primer lugar, porque cuando un cocinero o cocinera se apropia de una receta y
le introduce detalles propios, la fórmula deja de ser colectiva y da origen a
una creación individual e irrepetible. Pero,
además, la receta de Natalia encierra algunos detalles únicos que ella misma
devuelve al conocimiento colectivo a través de esta publicación.
Hamburguesas de Lentejas
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Fuente (fecha)
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Natalia Pereiro (2014).(1)
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Ingredientes
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Lentejas (agregar cantidad).
Cebolla morada.
Cebolla de verdeo.
Morrón colorado.
Morrón verde.
Ciboulette (opcional).
Puerro (opcional).
Queso rallado.
Nueces.
1 zanahoria.
Brotes de alfalfa.
Humo líquido.
Sal.
Cúrcuma.
Pimienta.
Ajo.
Perejil.
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Preparación
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1.-
Dejar las legumbres en remojo, al otro día, así cruditas, triturarlas con sal
a gusto y condimentos: un poquito de cúrcuma, sal, pimienta y un poquito de
ajo y perejil de verdulería.
2.-
Por otro lado, cocinar en una sartén con un poquito de aceite, cebollitas
moradas y de verdeo, morrón colorado y verde, también se le puede agregar
ciboullete o puerro. Todo bien picado.
3.-
Agregar esta preparación a las legumbres ya trituradas. Agregar, además,
queso rallado, a veces nueces picadas,
zanahoria rayada, brotes de alfalfa y un poquito de humo liquido que
le da un sabor ahumado.
4.-
Mojar una asadera con aceite y armar bolitas con una cuchara sopera que
después se achatan con la espátula, para darles forma de hamburguesas.
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Comentarios
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Se pueden hacer con garbanzos en lugar de lentejas.
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Si bien juzgo que el gran interés que
despierta estas recetas, y por ende su difusión, es muy reciente... y su
denominación de hamburguesas, mucho más, claro está. Creo que estas
preparaciones deben responder a tradiciones milenarias. Muchas de ellas se
realizan hoy en día con facilidad con las herramientas modernas que permiten
moler semillas con rapidez y sin dificultad. Imagino el trabajo de las mujeres
en el mortero para preparaban pastas que
luego habrían de cocinar con muchos de estos ingredientes. La textura del
resultado, seguro que era muy diferente. Ni mejor, ni peor, diferente. Pero
esto sólo es especulación de mi parte.
Ésta
última ocurrencia me lleva a pensar en las diversas actitudes que se tienen frente a la tecnología hogareña. En mi
caso particular, no me gustan algunos aparatos como, por ejemplo, la olla a
presión y la máquina para hacer el pan. Pero sólo se trata de preferencias
personales, me gusta amasar con las manos y esperar que el estofado se vaya
haciendo en una larga cocción. Dicho de otro modo, no rechazo los aparatos por
una actitud refractaria hacia la tecnología. Algunos piensan que los robots de
cocina o los aparatos para cocinar a baja temperatura desnaturalizan el arte culinario.
Frente a esto, digo dos cosas. La primera es que los verdaderos artistas en la
cocina se desarrollan al margen de los aparatos. Además pienso que cualquier
tecnología desnaturaliza, a la vez que culturaliza, el acto de comer...
empezando por el gran invento paleolítico, el mortero.
Notas y bibliografía:
(1) 2014 Pereiro,
Natalia a Aiscurri, Mario, correo-e del 22 de setiembre.
En Córdoba se encuentran las cuevas de Ongamira, donde aún se preservan los morteros utilizados por los nativos. Son unos huecos hechos directamente en el piso de piedra de la cueva donde cocinaban. Muy interesante
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por comunicarse.
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