sábado, 5 de octubre de 2013

Las Recetas de Bas Szywa Gerenzstejn de Feldman

Las historias de inmigrantes reiteran algunas características comunes que, con variantes específicas, vale pena rescatar, en cada una de ellas: el heroico recorrido que permite abandonar la pobreza y la marginación, el destino de una tierra promisoria de paz y prosperidad, la solidaridad de los paisanos que los esperaban en ella, en La Argentina. Ver como se expresa cada uno de estos componentes en cada historia resulta tan fascinante como emotivo. Esto es así porque las historias no son todas iguales, aunque los tópicos lo sean, y las palabras no suenan del mismo modo si el inmigrante proviene de A Coruña o de Napoli que si ha vivido en Odesa, sobre el lejano y misterioso, por lo menos para nosotros, Mar Negro...
Gerardo Feldman es un compañero de trabajo y un buen amigo con quien comparto muchas cosas a pesar de grandes diferencias de pensamiento y de experiencias de vida que tenemos. Con él la charla siempre es amable, aunque hablemos de política, religión o fútbol. No está ausente de nuestras conversaciones hablar del vino y de las tradiciones culinarias. Gerardo ama, por ejemplo, la cocina tradicional judía askenazi que su madre prepara. 
 
La fotos familiares fueron enviadas por Gerardo Feldman

para su publicación en este artículo

Bas Szywa Gerenzstejn, claro está, es su madre. Ella misma sostiene que su nombre es una rebuscada forma rusa del muy bíblico Betsabé... es que Bas Szywa nació en Odesa, Ucrania. Sí, sí, en Odesa ¿Cuándo? Es difícil saberlo. Los inmigrantes de principios de siglo XX, llegaban a La Argentina con papeles cuya información era, por lo menos, imprecisa. Cabe imaginar las razones y reservarlas en la discreción del ámbito familiar, como hacen hoy peruanos, chinos y bolivianos cuando obtienen la ciudadanía argentina. Lo cierto es que en 2010, en un acuerdo familiar, se decidió que Bas Szywa había cumplido 90 años.
El nombre de la señora de Feldman es infrecuente en los países de habla hispana. Sin embargo, la familia decidió preservarlo, su biznieta que es española, se llama Noa Basszywa, conservando la tradición de misterio que muchos nombres encierran.
Bas Szywa tenía alrededor de 5 años cuando llegó con sus padres a Buenos Aires. Primero vivieron en Ramos Mejía y luego se instalaron en Liniers. Consolidado el vínculo con otras familias de la colectividad, se casó con Abraham Feldman quien había nacido en Buenos Aires en el seno de una familia recién llegada desde Rusia. La familia Feldman se había instalado en Villa Crespo, cerca de la ribera del Arroyo Maldonado. En el proceso de rectificación y entubamiento del ese curso de agua, debieron mudarse. Se afincaron en el Once lo que los hizo asiduos concurrente al templo de la calle Paso, donde ejerció su sacerdocio el nunca bien recordado rabino Blum. Del matrimonio nacieron cuatro hijos, Gerardo y sus hermanos  Graciela, Guillermo y Gloria. Se habla en la familia de la existencia de una clave oculta que explica la razón por la que los cuatro hermanos llevan nombres que se inician con G, pero Gerardo la desconoce, y sus hermanos también. Gerardo refiere la circunstancia con una sonrisa, complaciente y despreocupada, como si se tratara de un tema divertido, pero de escasa trascendencia   
Cuando empecé a publicar mis artículos en El Recopilador de sabores, surgió espontáneamente la idea de recuperar las recetas de Bas Szywa. La mujer apenas puede cocinar hoy porque ha perdido fuerza en sus manos. Ella misma reconoce que es su hija menor, Gloria, la que sigue con mayor fidelidad su manera de cocinara, preparando el guefilte fish, los knishes y otros platos de esa tradición culinaria casi como si los hiciera ella. Pero, además de este reconocimiento que asegura la continuidad de la tradición que se sigue transmitiendo entre las generaciones de mujeres en el seno familiar, ha decidido impartir sus conocimientos a sus nietas Carolina y Florencia (hijas de Guillermo) que recibieron sus “clases de cocina” con orgullo.
Para la recopilación Gerardo recurrió a su hermana Graciela quien con caligrafía prolija, admirable y envidiable en nuestros días, copió las recetas de falso salmón, guefilte fish y léikaj de ciruelas que Bas Szywa conserva en un cuaderno que la viene acompañando, como recetario personal, desde hace muchísimos años.
Ya he publicado recetas de la tradición culinaria askenazi (los knishes de papa demi amiga Gloria), con lo cual tengo ya algunas referencias para encarar estas piezas dictadas por Bas Szywa. Además cuento con la referencia valiosa del maravilloso libro de Ana María Shua para darme cuenta de cómo las familias de inmigrantes han transformado la pobreza material con la que llegaron a La Argentina en una riqueza cultural llena de creatividad, diversidad y tolerancia.(1)  
Notas y referencias:

(1) 1993, Shua, Ana María, Risas y emociones de la cocina judía, Buenos Aires, Emecé. 

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