del
17 al 19 de junio de 2012
Siempre
me causó gracia esa manera de pronunciar la letra “d” final casi como si fuera
una “z” de algunos españoles, especialmente los castellanos. Gracioso fue que
en nuestra andanza por el barrio de Maravillas, hoy llamado Malasaña, por la
calle Fuencarral, llegando al Tribunal de Cuentas del Reino de España, nos topamos con un bar
llamado “Madrid-Madriz”. No dejó de causarme una gracia amable. Esa presencia
me confirmó que allí estábamos, en la última etapa de nuestro viaje con escaso
tiempo para seguir disfrutando. Sí, sí, pocos días en la capital, pero además
una dulce sensación de fatiga por el recorrido realizado, por lo andado y lo
vivido en los últimos cuarenta días y, como si esto fuera poco, la expectativa
de una vida social intensa para las 48 horas que allí íbamos a estar, por ende,
nos restaba poco tiempo para andar la ciudad... y sin embargo... Madriz,
siempre es Madriz y pudimos disfrutar de sus calles en una pequeña, aunque placentera aventura.
Las imágenes son propiedad del autor
La
primera noche, fuimos a cenar en un restaurante cercano a la Puerta del Sol con
Víctor “Tito” Durana, primo de Haydée, su esposa Estela y su hijo Julián. Luego
fuimos a tomar café al barrio de la bohemia literaria. Allí nos quedamos
disfrutando de una noche de verano en una terraza sobre la Plaza de Santa Ana,
a pocos metros de la estatua de Federico García Lorca, en el barrio de Huertas.
Disfrutamos de la charla y del afecto que nunca se ve mediatizado por la
distancia.
La
segunda noche, fuimos hasta el barrio de los Nuevos Ministerios a cenar a la
casa de Mónica Zgaib y de su marido. Con Moni trabajamos juntos y formamos un
gran equipo de trabajo hace bastantes años. Ella se casó y se fue a vivir a
España y hacía más de una década que no nos veíamos. Fue una noche de disfrute,
de charla, de casi ponernos al día con todo lo que pasa.
Nuestra andanza por las calles de la ciudad nos condujo a un paseo
por el barrio de Malasaña. La emoción me embargó cuando accedimos a la Plaza 2
de Mayo y nos enfrentamos con el monumento que recuerda a los capitanes Daoiz y
Velarde, héroes del levantamiento popular contra los ejércitos de Napoleón
Bonaparte del 2 de Mayo de 1808 en Madrid. Bueno, tan héroes ellos como los
chisperos, los pobladores del barrio que asistieron los cañones con que estos
jóvenes oficiales resistieron a las tropas imperiales. Con esa acción heroica y
desesperada encendieron la llama de la rebelión en toda España. Por supuesto,
entre los chisperos, es bueno recordar a Manolita Malasaña, la heroína de la
jornada, cuya entrega personal explica que el antiguo barrio de las Maravillas
de Madrid, hoy se llame Malasaña.
No
nos podíamos ir de Madrid sin almorzar en el restaurante Algarabía (calle Unión
8), a metros del Teatro Real (el teatro de ópera y zarzuela más importante de
la ciudad). Este local es propiedad de dos hermanas que son riojanas, Pilar que
atiende los fuegos e Isabel que se encarga del salón. Es siempre un placer
disfrutar de cocina riojana con marca indeleble de cocina de autor que allí se
sirve. Llevaba postales de Buenos Aires que me había pedido Isabel cuando
fuimos en 2009. Nos recibieron con la amabilidad con que se recibe a un
paisano. Isabel viajó a Buenos Aires en el ínterin de nuestras dos visitas,
pero recibió las postales con entusiasmo, como si nunca hubiera estado en La
Argentina.
Erróneamente,
supuse por años que la palabra algarabía significaba jolgorio, fiesta y
alegría. Pero no, resulta que hasta hace algún tiempo, para el diccionario de
la lengua significaba confusión de lenguas. El artículo ha sido enmendado
recientemente, el diccionario hoy nos dice que algarabía, en tercera acepción,
significa “gritería confusa de varias personas que hablan a un tiempo”, se
aproxima a lo que siempre pensé, pero no es. Le pregunté a Isabel, por qué
dieron ese nombre al restaurante. Ella me explicó que, en principio le daba al
término el mismo significado que yo; pero que un profesor la había desasnado...
y sin embargo, ella siguió creyendo que en esa confusión podía haber alegría y
fiesta... y puede ser este el lugar en donde los seres humanos podamos entrar
en contacto y comunicarnos, concluyó...
...y
después, a hotel, a rehacer las valijas y a Buenos Aires...
¡Muy completo el servicio de este blog.!
ResponderEliminarNo sólo aprendemos de gastronomía, costumbres, lugares sino también idioma.
¡¡¡ CUANTA SABIDURIA JUNTA !!!
¡¡¡ GRACIAS POR COMPARTIRLA !!!
Un abrazo
No es sabiduría... es una gran cantidad de lecturas a lo largo de la vida y una cabeza llena de conocimientos intrascendentes...
EliminarMe parece que ese sería tema de amplia discusión:
ResponderEliminar¿Cuál es la diferencia entre sabiduría y conocimiento?
¿Hasta dónde llega la una y el otro?
Gracias, Oscar, como siempre por los comentarios.
EliminarSeguro que hay conocimiento en la sabiduría, pero se puede acceder a ella por muchas vías... la lectura, el estudio sistemático es sólo un camino para alcanzarla. Aunque quizás sea el más pobre porque, en él, el acecho de la soberbia es permanente.
Por eso, desde hace muchos años, trato de no confundir sabiduría con erudición... No siempre lo he logrado.