El libro Cinco Años en
Buenos Aires, 1820-1825 fue publicado en Londres en 1825. Su autor usó el
seudónimo “An Englishman”, creando una incógnita que no había sido despejada
cuando se editó el ejemplar de referencia(1). El editor informa que Paul Groussac y
otros autores sostienen que se trató de Thomas George Love, fundador del
semanario porteño British Packet(2).
Hoteles
“Hay dos
hoteles ingleses en Buenos Aires: el Faunch y el de Keen. El primero es
excelente; se sirven muy buenas cenas en nuestras fiestas patrias -San Jorge y
San Andrés- además de numerosas comidas privadas a ingleses, norteamericanos,
criollos, etc. Está situado cerca del Fuerte. Faunch, el propietario, y su
mujer, han tenido una vasta experiencia de su profesión en Londres; al punto de
que no creo que se coma allá mucho mejor. El cumpleaños de Su Majestad
Británica es celebrado con gran brillo: el local se adorna con banderas de
diversas naciones y hay cantos y músicas. De setenta a ochenta personas
participan en la fiesta; entre ellas se hallan siempre los ministros del país,
especialmente invitados. Ese día el gobierno retribuye el cumplimiento haciendo
izar la bandera inglesa en el Fuerte.
”Una viuda
norteamericana, Mrs. Thorn, tiene a su cargo otro hotel muy concurrido por sus
compatriotas.
”En los
hoteles mencionados cobran cuarenta pesos mensuales por alojante y pensión y se
hace rebaja a quienes desean quedarse por cierto tiempo. Una comida, incluyendo
el vino, cuesta un peso; el desayuno, el té o la cena oscilan entre dos y
cuatro reales; la cama por la noche cuesta cuatro reales. /.../
”/.../.
”A unas
cuatro millas de la ciudad se encuentra una posada llamada “El Hotel de York”,
propiedad de un nativo. Los contramaestres criollos y gentes de a bordo suelen
llegar allí en caballos alquilados a razón de un peso la tarde; y tan
habituados están los animales al trayecto que difícilmente se logra llevarlos
más lejos.
”/.../.
”/.../.
Muchos ingleses que llegan al país por primera vez paran en casas de familias
criollas con el propósito de aprender el idioma; el precio es el de siempre
(cuarenta pesos mensuales). Las casas de las señoras Casamayor y Rubio aceptan
pensionistas; estas familias son altamente respetables y las niñas muy
atractivas y de trato amable, pero la cocina española, con sus grasas y su ajo,
disgusta tanto a paladares ingleses como franceses.”(3)
Casa de comidas
“/.../. En
el puerto cerca del Fuerte, hay una casa de comidas llamada “Hotel Comercial”.
El dueño es español, pero la mayor parte de los sirvientes y camareros son
franceses: hay también un mucamo inglés. Se come bien allí por el mismo precio
que en otros sitios. El comedor, grande y arreglado con gusto, tiene capacidad
para ochenta personas. Cuelgan de las paredes cuadros que representan la
batalla de Alejandría, el asalto de Seringapatán, retratos de Bertrand, Drouet,
Foy, etc., así como vista de París y de otras ciudades.”(4)
Cafés
“El “Café
de la Victoria”, en Buenos Aires, es espléndido y no tenemos en Londres nada parecido;
aunque quizás sea inferior a “Mille Colonnes” y otros cafés parisinos. Dignos
de mención son el “San Marcos”, el “Catalán” y el “Café de Martín”. Todos ellos
tienen patios tan amplios como no podría darse en Londres, donde el terreno es
tan caro. En verano están estos patios cubiertos de toldos, ofreciendo un
placentero refugio contra el calor del sol y tienen aljibes con agua potable.
Nunca falta en estos cafés una mesa de billar siempre concurrida -juego muy
apreciado por los criollos- y las mesas están siempre rodeadas de gente. Las
paredes de los salones están cubiertas de vistoso papel francés con escenas de
la India o Tahití, y también episodios de Don Quijote y de la historia
greco-romana.
”En diciembre de 1824 fue inaugurado un nuevo café cerca de la
iglesia de San Miguel. La música, iluminaciones y fuegos de artificios frenet
al edificio, en la noche de la apertura, atrajeron mucho público.
”/.../.
”Los
precios de los cafés son muy moderados: un vaso de licor o brandy o cualquier
bebida, té, café, y pan importan medio real; con brindis, un real. Los mozos no
esperan propina, como en Inglaterra, un “maitre” dirige el servicio en el
establecimiento.
”En el
arreglo y la decoración de los cafés nos superan franceses y españoles. En
efecto: no somos hombres de pasar el tiempo en esos lugares. Ese tiempo
transcurre para el inglés en medio de su familia o mientras está dedicado a los
negocios./.../.”(5)
Notas y Bibliografía:
(1) 1825, Un Inglés, Cinco
años en Buenos Aires, 1820-1825, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
(3) 1825, ídem, pp. 20-22.
(4) 1825, ídem, pp. 20.
(5) 1825, ídem, pp. 21-22.
No hay comentarios:
Publicar un comentario