2015/noviembre
Con todo mi agradecimiento a José A. Campos
y a la peña de los Happis.
Con todo mi agradecimiento a José A. Campos
y a la peña de los Happis.
Este
Recopilador ha tenido la fortuna de participar de las XIII Jornadas Micológicas
en la entrañable Villa de Igea. Ha podido andar nuevamente las calles que sus
cuatro abuelos dejaron hace más de un siglo para marchar a La Argentina y
disfrutar de las actividades programadas.
Las imágenes pertenecen al autor
Desde
el viernes 20 de noviembre hasta el domingo 22, un nutrido grupo de personas
(alrededor de 150, y tal vez algo más) han puesto energía y voluntad para recibir
y dejar satisfechos a más de mil participantes (muchos de ellos, incluso, que vinimos
desde lejos). Lo hicieron con extrema perfección a pesar de no tratarse de
profesionales; pero nada es imposible donde sobra el corazón.
Las
Jornadas comenzaron el viernes a la noche con una sesión de Stand up, siguieron
con diversas actividades cuyos momentos culminantes fueron la Cena Popular del
sábado por la noche y la Ruta de los Pinchos, el domingo por el mediodía (varias
peñas ofrecía un pequeño bocado elaborado con setas y una copita de vino).
En
paralelo con las Jornadas, ha sido agasajado por la peña Los Happis con un
extraordinario despliegue de platos de cocina riojana (algunos de ellos en
versiones tan locales que pueden recibir el especificativo de “igeanos”). Así
pudo probar un pan relleno de chorizo, pechito de cerdo y huevos que denominan
Culeca; unas albóndigas de pan y bacalao, los famosos Altalitones; un Caldillo
de pimientos choriceros (pimientos de cristal que se pone a secar al aire
libre) y un Brazo gitano de postre. Todo ello en torno de la centralidad del
gran plato local, las Patatas a la riojana (un guiso de papas y chorizo,
único).
También
pudo probar la hospitalidad de los igeanos. En la peña Los Happis, lo adoptaron
como miembro… tal es así que tendrá que poner una sucursal en Buenos Aires.
Este
Recopilador disfrutó de estas jornadas sabrosas y se sintió como en casa en
esta tierra a la que siente propia. Bah, siempre le ocurre así en Igea. Pero esta
vez tuvo un premio adicional. Frente a la puerta de entrada del Palacio del
Marqués de Casa Torre pudo escuchar la jota “Riojano de pura cepa” de los
labios de Felipe un jotero de Tudela que estaba disfrutando de esos sabores
entrañables que se ofrecían en las distintas peñas.
Volver
a Igea es volver a las raíces y disfrutar de sus fiestas es sentirse uno más.
El Recopilador llegó a Igea con el corazón dispuesto a recibir amistad, los ojos y oídos muy abiertos para disfrutar cada segundo, y el paladar predispuesto a dejarse sorprender. Los Happys y los igeanos nos limitamos a hacer lo que sabemos: multiplicar por 2 el cariño que nos dan.
ResponderEliminarAsí todo resulta y parece fácil.
Y a eso añadimos nuestros humildes platos de siempre, que son el fruto de cientos de años de tradición, sacando partido a los productos de la tierra.
Pero el recopildor se olvidó de llevarse una llave de nuestra peña para que pueda volver cuando quiera. Tendrá que volver pronto a recogerla.
Gracias, José Antonio, por tus comentarios:
EliminarPor supuesto que volveré pronto a por la llave de la bodega de los Happys.