Con este artículo completo las
publicaciones sobre el viaje que hicimos con Haydée en octubre de 2014 al Valle
Calchaquí. Elegí esta receta por varias cuestiones: está llena de sabiduría y perfección,
la practico a menudo y está inspirada en doña Petrona, célebre cocinera
nacional oriunda de Santiago del Estero.
¿Soy amante de la cocina tradicional? Sí,
pero sólo en el caso en que entandamos por tradición un conjunto de valores que
están construidos en tiempo humano en el pasado y el presente y, por ende,
podrán ser modificados por un futuro igualmente humano. ¿Qué quiero decir? Un
ejemplo quizás lo aclare. La evolución que supone el reemplazo de la grasa de
cerdo por la manteca de leche y de ésta por el aceite de oliva es parte de una
tradición plausible, si se aplica a ideas gastronómicas propias. Practicar
viejas recetas con estas adaptaciones representan para mí lo más vital de una
tradición.
En el caso de las humitas, tenemos una
peculiaridad. Se trata de una receta que ha evolucionado muy poco con los años,
años que, tal vez debamos medir en siglos, e incluso en milenios. Esto la hace
un plato único. Además, una vez que se aprende a armar los paquetitos (no es
difícil, ni lleva demasiado tiempo), tienen una presentación digna del más
sofisticado refinamiento.
Pero, doña Petrona ¿qué tiene que ver con
todo esto?
La imagen pertenece al autor
He
debatido, en varios artículos, sobre el alcance del concepto de cocina criolla
que ensayan Juan Carlos Martelli y Beatriz Spinosa. El debate, a diferencia de
la polémica, no busca escándalo y griterío sin resolución, sino, el diálogo y
el intercambio de ideas. El libro de Martelli y Spinosa es indispensable para
introducirse en el tema y ha iluminado muchas de posiciones conceptuales que
sostengo(1). Afortunadamente, para los interesados en el tema, ha sido
reeditado recientemente.
Una
de las ideas que no comparto con los autores es la de que las ecónomas
mediáticas de los años cuarenta a sesenta del siglo XX, elusiva alusión a doña
Petrona Carrizo de Gandulfo, no deben incluirse en la cocina criolla por
tratarse de una cocina burguesa e impostada. No sé qué tan burguesa fuera mi
abuela que seguía las propuestas de la doña en su cocina a leña en una chacra a
30 km de la ciudad de 9 de Julio, que siendo tan española, amasaba tallarines
siguiéndola en su libro.
Por
mucho tiempo me vengo dedicando a recuperar varias de sus recetas tradicionales
publicadas en su libro (ese libro que, en La Argentina se vendió tanto como La
Biblia y el Martín Fierro). Su condición de santiagueña, presumo, le ha dado
una particular sensibilidad para la cocina regional del noroeste argentino.
Esta búsqueda me permitió celebrar la invención de un plato único que confirma
mi idea de la tradición: los canelones de humita(2).
En
este artículo, reproduzco mi receta de humita en chala, basada en la receta de
doña Petrona, mejor dicho, dialogada con la receta de doña Petrona.
Humita en chala
|
|
Fuente (fecha)
|
Basada en la receta de
Petrona Carrizo de Gandulfo(3)
|
Ingredientes
|
6 choclos.
Manteca.
Aceite de oliva.
1 cebolla mediana.
1 tomate maduro.
1 ají morrón colorado de tamaño mediano.
1 diente de ajo.
Sal.
Ají molido.
Pimentón dulce de Payogasta.
1 cucharadita de azúcar.
Harina c/n (opcional).
Leche c/n o pan mojado en leche (opcional).
|
Preparación
|
1.- Preparar las chalas: hacerles un corte con un cuchillo
alrededor del tronco del choclo (un poco más arriba del cabo), separar la
chala lo más entera posible, lavarla y dejarla escurrir. Reservar.
2.- Limpiar los choclos, sacándoles bien las barbas.
3.- Rallar los choclos con un rallador grueso y raspar después el
marlo con el canto del cuchillo para sacarle todo lo que pueda haber quedado.
4.- Picar la cebolla y el ají en brunoise, cortar el tomate en
concasé (sin piel, pero conservando las semillas) y el ajo en forma grosera.
5.- Rehogar la cebolla y el ajo en el aceite y la manteca, salar
moderadamente.
6.- Cuando la cebolla, agregar el morrón.
7.- Cuando el morrón está blando, agregar el tomate y dejar
cocinar hasta que se deshace en el sofrito. Condimentar con ají molido y
pimentón.
8.- Agregar el choclo rallado, corregir condimentos, agregar la
cucharadita de azúcar y cocinar a fuego lento y removiendo constantemente
hasta que todo esté bien cocido. Retirar del fuego y dejar enfriar (si se
puede conservar poco más de uno hora en la heladera, mejor).
9.- Colocar las chalas en cruz sobre la mesada, poner abundante
relleno y cerrar las puntas sobre el centro (primero las chalas que están
debajo, luego las que están en contacto con el relleno). Atar los paquetitos
con un piolín.
10.- Cocinar los paquetitos en caldo de verduras hirviendo por
20 minutos (si se los saca de la heladera, después de una hora de reposo,
mejor).
11.- Quitar los paquetitos del caldo y dejar que escurran el exceso
de líquido.
12.- Servir antes de que se enfríen.
|
Ajustes personales
|
1.- Cambié la cantidad de
ingredientes (ver comentarios).
2.- Omito las pasas de
uva.
3.- Uso choclos tiernos
en lugar de los “bien granados y algo duros” que propone doña Petrona.
4.- Agregué el diente de
ajo, el pimentón y el ají molido.
5.- Le dejo las semillas
al tomate por gusto personal. Salvo para el caso en que el tomate deba
presentarse crudo (v. g., en bruschetas), lo hago siempre porque las semillas
tienen mucho sabor y la cocción permite que se puedan digerir con facilidad.
|
Comentarios
|
1.- Los ingredientes de
doña Petrona son:
“2 docenas de choclos,
100 grs. de manteca, 4 cucharadas de aceite, 1 cebolla, 2 tomates, 1 ají, 100
grs. de pasas de uva, sal, pimienta, 1 cucharada de azúcar.
”VARIOS: Caldo o agua con
sal y verduras.”
2.- Doña Petrona ata los
paquetitos con cintas hechas con la misma chala (en quechua se le llama wata,
huata o huatana que quiere decir atadura).
3.- Recomendaciones
adicionales de doña Petrona: “Si los choclos son muy duros se cuecen las
humitas durante unos treinta minutos, y si no, con veinte es suficiente, si
los mismos fueran muy duros y al rallarlos quedara la preparación muy
seca, se le agrega media taza de leche. Si gustan dulces las humitas, se les
agregará un poco más de azúcar; de lo contrario se le suprime toda. También
se pueden agregar dos yemas y zapallo rallado.”
4.- En el armado de los
paquetitos, aumenté el ancho disponible, usando dos hojas de chala en cada
sentido. Para que quede prolijo, es necesario solapar una hoja sobre la
otra.
5.- Como usé choclos
frescos, la cocción de la humita fue muy rápida, tanto para el relleno, como
en la cocción en el caldo. No fue necesario que usara licuantes (leche) o
espesantes (pan mojado en leche o harina).
6.- Otras recetas que he
consultado llevan zapallo de modo invariable. El rehogado, en las recetas más
tradicionales, se hace con grasa.
|
Notas y bibliografía:
(1) 1991, Martelli, Juan Carlos y Spinosa, Beatriz, El libro de la cocina criolla, Buenos Aires, Edicol, pag. 17.
(2)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, El libro de doña Petrona, Buenos Aires,
1942, edición 13°, pag. 109.
(3)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, Ídem, pag. 279.
Te felicito. Me gusta cómo comentás la receta original y tus cambios.
ResponderEliminarGracias, Elina C, por sus comentarios
Eliminarbuen dia,la leche se agrega en el paso 8?
ResponderEliminarGracias, Néstor, por sus comentarios.
EliminarQué grande la Señora Petrona C de Gandulfo.
ResponderEliminarMuy buena su receta
ResponderEliminar