sábado, 22 de enero de 2022

Ñandú – suri – choique - avestruz americana. Parte II: Picana de avestruz

Ir a Parte I: Chaya de ñandú

Este artículo tiene una revisión

Ya expliqué, en la Parte I qué es un ñandú y qué se usan palabras de tres lenguas vivas prehispánicas para nombrarlo, “ñandú” en guaraní, “suri” en quechua y choique en mapudungun.

He dicho estas aves corredoras que se conoce, en castellano, como avestruz americano.

Referencia de la imagen (a)

Finalmente dije que las tres denominaciones en lenguas originarias no son sinónimos en sentido estricto debido ya que aluden a dos especies distintas. Ñandú, que es la expresión más generalizada, y suri designan al avestruz americana (Rhea americana), en tanto que choique designa al avestruz petiso patagónico (Rhea pennata).

Antes de ir a las recetas con la picana de ñandú en Cuyo, unas breves notas sobre el consumo actual de la carne de ñandú.

IV Algunas consideraciones sobre el consumo de ñandú y choique

Hay varias recetas para cocinar carne de avestruz en los recetarios que he ido consultando para componer estas notas. En principio, tendí a pensar que sólo las iba a encontrarlas en los recetarios más antiguos, debido a que desde el último cuarto del siglo XX las especies de avestruces autóctonas están protegidas en La Argentina.

Sin embargo, hay recetas modernas en el recetario Sabores cuyanos publicado por el Ministerio de Desarrollo Social alrededor de 2010. En estas recetas no se indica cómo se ha obtenido la carne. (1) pero, el recetario patagónico de la misma colección, Sabores del sur, contiene varias recetas de choique en las que se hace referencia a que la carne proviene de la caza. (2)

Las imágenes pertenecen al autor o a su biblioteca, salvo indicción en contrario 

¿Hasta dónde están protegidos los avestruces en La Argentina? Consulté una interesante compilación de monografías técnicas producida por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) sobre la cadena de valor de la explotación del ñandú y el choique (3) y la legislación vigente que en esa misma obra se reseña. (4)

Las normas vigentes regulan la caza y comercialización en tanto las especies de ñandú y choique están incluidas en la fauna silvestre nacional (Ley N° 22.421). A su vez se las considera especies amenazadas (Resolución N° 348/2010 de la Secretaría Ambiente y Desarrollo Sustentable). Las condiciones de caza son sumamente restrictivas (Decreto N° 691/PEN/81) y la comercialización internacional e inter jurisdiccional está suspendida (Resolución N° 62/86 de la ex Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca), exceptuando aquellos especímenes que provengan de criaderos.

Efectivamente, el Estado Nacional permite la exportación y comercialización interna de animales vivos, productos y sub productos de Ñandú que provienen de criaderos (Resoluciones N° 283/2000 de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental y N° 231/2019 de la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable). A su vez alienta el desarrollo de esta actividad pecuaria, específicamente se choiques (Ley N° 25.679).

De modo que, en condiciones muy restrictivas, se puede acceder a la carne de avestruz mediante la cacería. Pero, por otro lado, el Estado induce a acceder a ella, comprándola en el mercado. Lo que ocurre es que la producción y el consumo de estas carnes, se encuentra en etapa de incipiente desarrollo y no se la puede conseguir con tanta facilidad en las grandes ciudades.

¿Qué se puede aprovechar de estos animales? Casi todo. El cuero, la carne, y los huevos se utilizan en la alimentación humana y el cuero y las plumas en otras industrias.


¿Cómo son los cortes de carne?

El siguiente testimonio da cuenta del aprovechamiento histórico de las distintas partes del animal para la alimentación humana. Se puede leer en el recetario Sabores del sur un comentario de vecinos de la localidad pampeana de Estación Chamaicó (a 240 km de la ciudad de Santa Rosa, cerca de la frontera con la Provincia de San Luis):

“El corte más empleado es el cuarto, bien adobado, para hacer milanesas. Los alones y el mate (pecho) se consumen asados.

”La parte dorsal se denomina picana y con ella se hacen múltiples preparaciones.” (5)

En la faena realizada por frigoríficos especializados, seguramente la diferenciación de cortes es más compleja y sistemática. Estimo, sin embargo, es innecesario entrar en ello. Esta descripción nos permite comprender las recetas, empezando por la “picana de avestruz” de la que habla Lucio V. Mansilla en Una excursión a los indios ranqueles, fragmento transcribí en la primera parte de estas notas. (6)

V Picana

Ahora que sabemos qué es la picana, les voy a mostrar algunas maneras de prepararla en Cuyo, sin obviar, las recetas patagónicas que nos servirán como punto de referencia.


Como no sabemos la manera en la que Lucio V. Mansilla pensaba comer la picana del avestruz que iría a bolear personalmente, una buena manera de ver cómo se la comía en el siglo XIX es comenzar por el recetario de la González y Videla. Según una nota de las autoras, la receta es original de Teresa González de Videla. (7)

Picana de avestruz asada

Fuente (fecha)

Sabores de la antigua Cocina Cuyana. Recetario de las González y Videla (1870c)

Ingredientes

Picana de avestruz.

Sal.

Pimienta.

Aceite.

Preparación

1.- Colocar en el asador la picana (parte de la nalga del avestruz).

2.- Salpimentar.

3.- Colocar el asador a las brasas.

4.- A medida que se va cocinando, se va cortando en rebanadas finas.

5.- Volver a salpimentar.

6.- Se repite el procedimiento hasta que se termina.

7.- También se puede agregar un poco de aceite.

Comentarios

Tiene una definición propia de lo que es la picana. No es enteramente diferente a la que expuse arriba, todo depende de los lugares elegidos para practicar los cortes.

Como puede verse, en Cuyo, a fines del siglo XIX, la picana se cocía al asador y se iba comiendo como el shawarma, es decir, recortando las partes cocidas y dejando el resto para que se siga asando.


Siendo la picana un corte de carne de avestruz y no una técnica de cocción o receta, es dable esperar que se utilice para preparaciones diversas.

No he podido comparar la receta que acabo de transcribir con fórmulas cuyanas actuales. Pero sí con recetas patagónicas. La primera de ellas cuya autora vive en el norte de la Provincia de La Pampa, puede hacerse indistintamente con carne de choique o ñandú.

Picana rellena

Fuente (fecha)

Valeria Araceli Godoy  de la localidad de Adolfo van Praet en Sabores del sur (2010c) (8)

Ingredientes

Para la picana:

Picana 5 kg.

Zanahorias 1 kg.

Morrones 1 kg.

Huevos duros 6.

Cebollas ½ kg.

Panceta 2 rodajas por tajo.

Para el aderezo:

Ajo.

Perejil.

Ají molido.

Sal.

Pimienta.

Aceite.

Vinagre.

Agua caliente.

Preparación

Picana:

1.- Cortar la picana, haciéndole tajos con una cuchilla larga.

2.- Rellenar los cortes con morrones, finas rodajas de zanahoria, cebolla, huevo y panceta.

3.- Colocar, en cada tajo, una cucharada o dos de aderezo.

4.- Atar la picana con un hilo resistente, tipo matambre arrollado.

5.- Hervir hasta que esté bien cocida.

6.- Una vez que está lista se saca y se deja a enfriar.

7.- Servir la picana cortada en rodajas de aproximadamente un centímetro, cortando al revés de los tajos.

8.- La picana se puede acompañar con ensaladas o puré, y un buen vino tinto.

Aderezo:

9.- Colocar en un recipiente el ajo, el perejil, el ají molido, la sal y la pimienta.

10.- Agregarles un poco de aceite, vinagre y agua caliente.

11.- Revolver unos minutos la preparación.

Comentarios

1.- Salvo para el caso de la zanahoria, la receta no indica el corte de las verduras. ¿Podemos pensar en un corte en juliana del morrón y la cebolla y rodajas de huevos duros?

2.- El aderezo es casi un chimichurri.

3.- Debe prestarse atención a la manera en que debe enrollarse la picana, de modo que pueda cortarse como lo indica la receta.

Receta interesante, ¿no? Pero la que sigue, lo es aún más. Una receta de la provincia de Santa Cruz, enviada por Ezequiel Bertino. El autor dice haberla aprendido de los paisanos del campo… y agrega:

“Esta forma de preparar la picana es la más tradicional y la utilizada por la gente de campo de la zona en la antigüedad.”(9)

Antes que nada, un dato importante. La receta es de El Calafate que se encuentra a 2.500 km, por carretera, al sur de la ciudad de San Rafael, Mendoza y a casi 1.500, por la misma vía, de San Carlos de Bariloche.

Picana a la piedra

Fuente (fecha)

Ezequiel Enzo Bertino de la localidad de la localidad de El Calafate en Sabores del sur (2010c)

Ingredientes

Picana de choique 1 grande.

Sal a gusto.

Carbón una bolsa.

Leña seca.

Piedras bolas.

Preparación

1.- Hacer un pozo en la tierra como para que quepa la picana cómodamente.

2.- Encender el carbón y la leña para calentar piedras bolas.

3.- Cuando estén bien calientes, forrar el pozo con ellas.

4.- Introducir la picana previamente salada.

5.- Taparla con las piedras calientes.

6.- Colocar encima una chapa y taparla con tierra.

7.- Dejar cocinar durante  2 ½ hs.

Comentarios

¿No es acaso la técnica del curanto que se atribuye a los mapuches chilenos?

Esta última receta pertenece al sur profundo de La Argentina, al sur aonikenk, apenas influenciado por el predominio araucano del Comahue. Sí, sí, en los caminos de la caravanería tehuelche.

Conocí, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, la técnica de cocción con piedras calientes en un pozo que los paisanos chilotes denomina “curanto” en mapudungun. Allí seguí el relato turístico de la familia Goye que consigna la auto atribución de esta familia de inmigrantes suizos como importadores esta técnica culinaria desde Chile.


A su vez, Francis Mallmann, can más apertura mental y menos tensión marketinera, da el siguiente testimonio en su libro Siete Fuegos:

“Esta forma ancestral de cocinar, enterrando los alimentos, forma parte de muchas culturas en distintas regiones del mundo. Cuando niño, en Bariloche, comencé a escuchar acerca del curanto cuando se festejaban en setiembre las fiestas patrias chilenas en las Enramadas. Bariloche, por su proximidad con Chile, siempre tuvo un fuerte intercambio cultural con este país, y las bellas tradiciones de la selva valdiviana y de Chiloé están aún presentes en la cocina regional patagónica.” (10)

La técnica de cocción con piedras calientes no es originaria de la Isla de Chiloé, como sí lo es la palabra que la designa. Según el diccionario Mapuche – Español, podría significar conjunto de piedras (de “cura” = piedra y “entu” = terminación colectiva). (11) De modo que el nombre parece indicar que la esencia de este modo de cocción se encuentra más en las piedras calientes que el pozo.


Ni las cocciones en pozos, ni las que se hacen con piedras caliente son, en nuestro país una aporte exclusivo de los paisanos chilotes. En el Noroeste Argentino hay dos platos que aluden a estas técnicas, la carapulca y la huatia. La carapulca es un guiso que se cocina en una vasija mediante la introducción de piedras muy calientes en ella. La cabeza guatiada consiste en cocinar una cabeza de vaca en un pozo que ha sido previamente calentado con fuego. Ambas preparaciones se practican en la Quebrada de Humahuaca y en el Valle de Lerma, entre otros sitios de nuestra larga y trajinada geografía.

También veremos en esta serie de notas como la cocción en un pozo es habitual en Cuyo en recetas como, por ejemplo, el pollo al barro.

Ahora bien, la pregunta es si la combinación de ambas técnicas se ha producido en Chiloé, como los testimonios de Bariloche parecen indicar. A la luz de la receta que acabo de publicar ubicada muy lejos de la influencia mapuche, me parece una afirmación algo temeraria.

Lo más probable es que esta técnica que combina el pozo con las piedras calientes y que por cierto es muy primitiva, haya subido desde el sur, desde las poblaciones fueguinas de Chile y La Argentina hacia el norte. En esta adopción, que juzgo tardía, “las gentes de la patria” la habría adoptado y nombrado con su propio idioma, del mismo modo que llamaron tehuelches a los aonikenks.

Ya he escrito al respecto en 2014, cuando leí por primera vez la receta que acabo de publicar. (12)

A su vez, Margarita Elichondo transcribe, en el capítulo dedicado al “Ámbito Patagónico” de su obra dedicada a la La comida criolla, (13) un fragmento de un libro de Roberto J. Payró en el que se describe como se cocina la “picana con piedra”.

Referencia de la imagen (b)

Payró escribió un libro sobre su aventura periodística por la costa patagónico-fueguina (La Australia argentina, 1898). Los capítulos fueron publicados inicialmente como folletín en el diario La Nación. Encontré este relato en el libro de Margarita Elichondo en los capítulos dedicados a las aventuras vividas por el autor mercedino en el Puerto de Santa Cruz. Elichondo lo publica fragmentariamente y yo lo reproduzco en forma ampliada porque reviste un interés especial:

“–¿Y probó la picana con piedra?– me preguntó el segundo Méndez, que se había divertido mucho con nuestras aventuras diurnas y nocturnas.

”–¡Cómo quiere que saliéramos! (se refiere a las inclemencias del tiempo) Además, tendríamos que haber andado mucho para encontrar avestruces.

”La picana con piedra es un plato indígena del que hablan primores cuantos lo han comido; consiste en el armazón posterior de un avestruz gordo –o flaco si no hay otro,– en cuyo interior se echa una piedra previamente calentada todo lo posible; luego se cierra la caparazón cosiendo la piel, que se ha dejado á ese objeto, y se pone el todo un rato al rescoldo. En un momento más la picana está hecha, se abre, y en la fuente natural queda un guiso exquisito –dicen cuantos lo gustaron,– en que los trozos de carne se bañan con una salsa que no podría imitar el más hábil cocinero.

”Pero ese manjar, antes cuotidiano en Patagonia, escasea hoy sobre la costa, porque los avestruces han ido retirándose hacia el interior, en un repliegue defensivo á que los han obligado los intrépido é infatigables cazadores. Digo intrépidos, porque se necesita valor real para correrlos á rienda suelta, cuesta arriba y cuesta abajo, por campos cubiertos de piedras y guijarros, donde si no hace la vizcacha sus madrigueras, practica sus oscuras minas el tucu-tucu, –más temible, porque sus trampas no se ven, como las del otro roedor. Este avestruz, –creo haber dicho antes– difiere de su hermano de la Provincia de Buenos Aires, no sólo en su carne, más apetitosa, sino también en varias particularidades, que lo han hecho llamar Struthio Darwinii, mientras el otro lleva el nombre S Rhea.

”No se caza entre muchos, como en las boleadas de nuestra provincia; en  Patagonia  suele un solo jinete ir con sus perros –esos extraños perros que sólo se ven allí y en el Jardín Zoológico– y volver con varios ejemplares del enorme pájaro, cuya pluma se vende á buen precio, cuyos alones y picana se comen, y de cuya piel del pescuezo se hacen tabaqueras (chupas) sacándola al estilo de la botas de potro.”(14)

Puede apreciarse con claridad, como las técnicas de cocción más primitivas se han utilizado y utilizan para el consumo de la carne de choique en la Patagonia. En Cuyo, en cambio, la carne de ñandú sigue comiéndose, pero con formas de cocción típicas de la cocina hispano criolla.

Notas y bibliografía:

(1) 2010(c), Presidencia de la Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores Cuyanos. Rescatando lo autóctono desde la historia familiar, Gamarra, María Liliana, Proyecto Recetarios Regionales. Leído el 18 de agosto de 2021 en https://www.desarrollosocial.gob.ar/wp-content/uploads/2015/08/7.-Sabores-Cuyanos-Recetas-Cuyo.pdf..

(2) 2010(c), Presidencia de la Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores del sur: de la cordillera al mar, Gamarra, María Liliana, Proyecto Recetarios Regionales, leído el 24 de agosto de 2021 en https://www.desarrollosocial.gob.ar/wp-content/uploads/2015/08/10.-Sabores-del-Sur-Recetas-Patagonia.pdf.

(3) 2015, Bernad, L, Sánchez, M. E, y von Thüngen, J, Cadena de valor de la carne y cuero de ñandú y choique, Buenos Aires, INTA.

(4) Las normas de pueden consultar en el buscador del sitio Web InfoLEG Información Legislativa y Documentación, leído el 28 de agosto de 2021 en http://www.infoleg.gob.ar/?page_id=112.

(5) 2010(c), Presidencia de la Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores del sur…, Pag. 29.

(6) 2012, Aiscurri, Mario, “Los placeres del gourmet”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 22 de agosto de 2021 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2012/01/los-placeres-del-gourmet.html.

(7) 1988, González Videla de Segura, M. A. y González Videla de Cavanagh, F. C., Sabores de la antigua Cocina Cuyana. Recetario de las González y Videla, Mendoza, INCA Editorial, Pag. 21.

(8) 2010(c), Presidencia de la Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores del sur…, Cit. Pag. 29.

(9) Ídem, Pag. 58.

(10) 2010, Mallmann, Francis, Siete fuegos, mi cocina argentina, Buenos Aires, V&R, pag. 173

(11) 2012, sin indicación de autor, Nuevo diccionario mapuche – español. Nombres propios mapuches. Topónimos del Nuequén. Mitologías patagónicas., Buenos Aires, Ediciones Alfonsina, pag. 48.

(12) 2014, Aiscurri, Mario, “Curanto de Víctor Goye” en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 7 de setiembre de 2021 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2014/08/curanto-de-victor-goye.html.

(13) 1990, Elichondo, Margarita, La cocina criolla. Memoria y recetas, Buenos Aires, Ediciones del Sol, 2008, pp. 221-222.

(14) 1898, Payró, Roberto J., La Australia argentina. Excursión periodística a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de los Estados, Buenos Aires, Imprenta de “La Nación”, pp. 73-75.

(a) S/D, “Choique – Ñandú Patagónico – Rhea pennata”, Patagonia express, leído el 14 de enerode 2022 en https://www.patagoniaexpress.com/index.php/excursiones/canopy/44-de-interes/flora-y-fauna/300-choique-nandu-patagonico-rhea-pennata.html

(b) S/D, “La Australia argentina – Roberto J. Payró” en DLBahia, leído el 14 de enerode 2022 en https://dlbahia.com.ar/producto/la-australia-argentina-roberto-j-payro/


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