Liniers, 2 de abril de 2015
La uva llega a Buenos Aires
desde Mendoza, cuando llega. De modo que, aunque es feriado, fuimos
con Rubén Cirocco y Mario Wenceslao Becerra al barrio de Liniers a
comprarla.
Allí, Marta, la encantadora
hija de don Gaspar, no recibió con amabilidad y oficio. Nos permitió
seleccionar la uva y hacer una molienda con su máquina
despalilladora.
Disfruté del colorido de las
escenas de intercambios entre los proveedores y los compradores,
mayoritariamente italianos o hijos de italianos, pero también judíos
y de otros orígenes.
Desde allí nos fuimos hasta
Monte Grande. Abusando de la generosa hospitalidad de Rubén, dejamos
la uva molida con sus hollejos en unos contenedores en los que
guardarán agitado y ruidoso reposo durante los 10 días que lleve la
maceración del mosto.
Nos espera el filtrado para la
que la fermentación siga su curso hasta que “todita es'uva vino se
hará”. En ese momento, verificaremos si el grado de alcohol
desarrollado permitirá la elaboración de la “vineta”.
Esta bebida es un vino
sumamente liviano que se obtiene agregando un poco de agua a los
hollejos en lugar de prensarlos. Pero esto sólo es posible si el
vino principal tiene suficiente graduación alcohólica. De otro
modo, el jugo obtenido de este segundo prensado debe ser volcado al
mosto del vino principal o simplemente conservado aparte para su
consumo cunado completa su fermentación.
Agradezco a Rubén por la
experiencia que estamos desarrollando y a Mario Wences por ser de la
partida.
Para mayor información de lo
que estamos haciendo, recomiendo la lectura de mis artículos sobre
los vinos caseros en el Gran Buenos Aires y sobre los que Rubén
Cirocco elabora en Monte Grande (Parte I y Parte II).
Hola venden vino casero ??
ResponderEliminarNo.
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