Este
es un clásico de la cocina criolla. En casa formaba parte del
repertorio de frituras para el domingo por la tarde. El mito rezaba
que si el domingo por la tarde llovía, ese era el momento más
propicio para tomar mate y hacer tortas fritas. Se trata de un plato
sencillo que no lleva las complejidades de otros (estoy pensando en
los pastelitos con dulce de batata o membrillo) pero que requiere un
ingrediente fundamental, la grasa.
La imagen la envió Bárbara Zabala
¿Cómo
eran las torta fritas que hacía doña Anita en Santa Elena? Veamos
qué me contó mi amiga Bárbara Zabala cuando me mandó la receta:
“Para
el mate, y sin mate también, ultra calóricas! Empezabas con una y
no podías parar! Para mí era toda una ciencia, ver como de un
paquete de harina, mi abuela con su magia, preparaba esos disquitos
tan codiciados por todos (familiares, los amigos que venían de
visita, y algún vecino chusma que pasaba por ahí).”(1)
Tortas
fritas
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Fuente
(fecha)
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Recetas
de la abuela Anita (1891)(2)
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Ingredientes
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1
Kg. de harina de trigo.
1
Kg. de grasa vacuna (creo que aquí, está el secreto de ese
sabor, único).
1
taza o 2 de agua tibia.
1
cucharada de sal gruesa.
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Preparación
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1.-
Ponía en
una taza el agua tibia con 1 cucharada colmada de sal gruesa y
revolvía mientras me pedía que le cebe un mate.
2.- Luego, sobre la mesada,
colocaba 3/4 Kg de harina y, en el centro, ponía 4 cucharadas de
grasa de vaca. De a poco agregaba el agua, y revolvía, y pisaba
con un tenedor la grasa (para mezclarla más fácilmente). Así se
iba formando la masa y sólo, si era necesario, agregaba un poco
de agua.
3.-Cuando
el bollo ya tenía cuerpo, lo amasaba, agregando pequeñísimas
cantidades de harina, hasta que no se le pegara más en las manos.
4.-
Mientras tanto, ponía a calentar la grasa restante a fuego lento.
5.-
La masa la cortaba en cilindros de 4 o 5 cm y los estiraba en
forma de círculos, hasta conseguir unas tortas finas. Les hacía
un agujero en el medio y las iba reservando a un costado.
6.-
Cuando la grasa que teníamos al fuego ya estaba en ebullición,
echaba las tortas que freía de ambos lados, dejando más o menos
2 ó 3 minutos por cada lado.
7.-
Cuando ya tenían ese color marrón clarito, las retiraba y
colocaba en una fuente con papel abajo.(3) Nunca me dejaba
acercarme al aceite... ¡Se agarraba cada chinche, si no hacía
caso!
8.-
Su toque final era espolvorearlas con un poco de azúcar. Si
gustan más saladitas, se puede evitar ese toque.
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Comentarios
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Repito
la operación que llevé adelante en las recetas de tallarines y
de torrijas
de doña Anita: no corrijo esta receta y dejo que Bárbara hable
con su propia voz.
¡Ah, y no se olviden de escuchar la música de Ricardo Zabala y Los Chamarriteros mientras preparan las tortas fritas! |
Notas
y bibliografía:
(1)
2014, 3 de marzo, de Zabala, Bárbara a Aiscurri, Mario, archivo
adjunto a correo-e.
(2)
Ídem.
(3)
Ver explicación en los comentarios de la receta de torrijas de la abuela Anita.
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