La
historia de esta receta tiene una heroína, doña Anita. Pero hay que
darle un crédito a la pesca de don Zabala. Se los presento en este
enlace.
Escuchen mientras leen.
Mi
amiga Bárbara Zabala cocina con placer para su familia. Ha tenido
una gran maestra en su abuela Anita que vivía en Santa Elena,
provincia de Entre Ríos. Desde 2012 la abuela ya no está, pero
Bárbara la recuerda entrañablemente:
“Hoy,
a la distancia, entiendo su sacrificio y el porqué de su insistencia
para que continuara mis estudios. Ella no tuvo la posibilidad de
estudiar, vivió épocas muy difíciles dónde la mujer tenía
limitada accesibilidad al estudio... y la condición social era otro
impedimento.”(1)
Bárbara
recuerda con cariño a esa mujer y a su cocina festiva y familiera.
Por eso me mandó esta receta.
Las imágenes las envió Bárbara Zabala
El
chupín de pescado es un plato típico entrerriano, era una
especialidad de la doña Anita. Dice Bárbara: “confieso que le
hice algunas modificaciones a mi estilo. Yo no comía pescado en
Buenos Aires, pero en Santa Elena, todo era distinto, y más el sabor
de las comidas, quizás sería el pescado fresco y la mano de la
abuela, lo que marcaba esa diferencia a la hora de elegir ese plato
como uno de mis preferidos.”
La
abuela lo hacía con armado, dorado o surubí... dependía de lo que
el abuelo pescara ese día. Recuerda Bárbara que el surubí la hacía
protestar a doña Anita cuando tenía que limpiarlo, entre dientes,
lo llamaba “pescado basurero”.
El
relato de Bárbara tiene un colorido que vale la pena seguir al pie
de la letra:
“Era
todo un evento, preparar este “guiso de pescado”, que es lo que
era para mí, al no entender el origen del nombre “chupín”,
cosas de chicos.
”Venía
a la casa una familia amiga, con guitarra en mano, y eso significaba
que la velada iba a durar más que el horario de protección al
menor, recuerdo quedarme dormida escuchando los acordes de alguna
chamarrita, o el famoso chamamé “Kilómetro 11”, himno de la
provincia Corrientes.”(2)
Los
relatos de Bárbara no dejan de sorprenderme porque la afinidad entre
sus recuerdos y los míos. Tengo memoria de hechos de mi infancia en
la chacra de mis abuelos en 12 de Octubre que se parecen mucho a los
de ella. ¡Pero si Bárbara tiene muchos años menos que yo! ¿Será
que cosas que creí perdidas en el tiempo aún se encuentran por ahí,
en entresijos, por La Argentina interior? ¡Cómo deseo que así sea!
Para
el caso de esta receta, he hecho una recorrida por los recetarios
tradicionales para rastrear su presencia en la cocina argentina...
quien desee chuparse los dedo con el chupín, ponga un disco de
Ricardo
Zabala y Los Chamarriteros,
saltee estos párrafos y pase directamente a la receta de Bárbara
que todo va a ir maravilloso.
En
primer lugar quiero señalar algunas indagaciones que realicé acerca
de la palabra chupín. Francis Mallmann, como introducción a su
receta (chupín de pescado con vegetales de primavera)(3) sostiene
dos orígenes posibles. O bien proviene del castellano como
corrupción de la palabra chupar (“que es lo que uno hace para
tomar todos los jugos deliciosos de los huesos”) o bien del término
italiano cioppino (“guiso de los pescadores italianos”). Ninguna
de las explicaciones me dejó satisfecho.
Busqué
en el diccionario de la Real Academia Española. Allí la palabra
chupín no tiene relación con la gastronomía. Pero aparece la
palabra “chupe” (hay una receta de chupe limeño en el libro de
Juana Manuela Gorriti)(4). La definición que encontré es:
“Chupe.
”(Del
quechua chupi,
sopa).
”1.
m. Á.
Andes,
Chile
y
Pan.
Guisado
hecho de papas en caldo, al que se le añade carne o pescado,
mariscos, huevos, ají, tomates y otros ingredientes.
”2.
m. Ven.
Sopa
hecha con caldo de gallina, pollo o camarones al que se le añade
leche, granos de maíz, trocitos de papa y queso.”(5)
De
modo que es muy probable que la palabra chupín provenga de chupi, es
decir, sopa en quechua. Pero como no soy especialista, no puedo
afirmarlo con certeza. ¿Podemos comparar el chupín con una sopa de
pescados? Por supuesto... Tanto como lo podemos hacer con la
bullabesa de la Provenza francesa.
¿Es
demasiado atrevido especular con que el chupín de doña Anita ya
existía, en alguna forma un poco más primitiva en el noreste
argentino antes de la llegada de los españoles? ¿Cómo me lo
imagino? No llevaría tomates que trajeron los españoles desde la
América Boreal, ni cebollas, traídas desde la Península Ibérica.
Muy probablemente tendría mandioca en lugar de, o con, las papas y,
tal vez, zapallo y porotos. Muy diferente, ¿no? Pero seguiría
siendo una sopa con los pescados del río. En fin, todas estas son
especulaciones sin fundamentos que sólo pueden orientar la búsqueda.
Lo cierto es que encontramos recetas de chupín en los libros de
Marta(6), doña Petrona(7) y Juan Carlos Martelli(8).
Vamos
a detenernos un momento en las recetas de doña Petrona para señalar
la diferencia que hay, para ella, entre el chupe a la peruana y el
chupín de pescado. El chupe de doña Petrona se prepara con mariscos
y lleva leche en el caldo. Por su parte, ella propone hacer chupín
con corvina, en dos versiones, con y sin mariscos.
De
todas las recetas que vi., la que más me gustó fue la de doña
Anita porque me declaro fanático de los pescados del río, de la
pesca fresca, la auténtica pesca del día, y la delicada soltura del
relato de Bárbara.
Chupín
de la pesca del día
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Fuente
(fecha)
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Recetas
de la abuela Anita (2014)(9)
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Ingredientes
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8
filetes de merluza (si no se consigue pesca del río).
3
cebollas grandes en rodajas bien finitas.
2 morrones rojos cortados en juliana. 5 dientes de ajo en rodajas finas. 1 Kg. de tomates maduros sin piel ni semillas, y bien picados.
1
Kg. de papas, peladas y cortadas en rodajas gruesas.
2
o 3 zanahorias.
Hojitas de laurel. 1 litro de caldo de verduras. 1/2 vaso de vino tinto, blanco, y si queremos echarle un poco más, ¡adelante también! Sal, pimienta, pimentón, orégano.
Aceite
para rehogar, jugo de limón y, para sacar la acidez, ½
cucharadita de azúcar (toque esencial).
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Preparación
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1.-
Salar y marinar el pescado con jugo de limón y ajo y perejil
picado durante media hora.
2.-Picar
todas las verduras, en juliana (morrón, cebolla y zanahoria) y el
ajo, también.
3.-
Calentar aceite y luego saltear las verduras, primero poner el
ajo.
4.-
Una vez doradas las verduras, agregar las papas en rodajas y
posteriormente, el tomate picado.
5.-
Condimentar con el laurel, el perejil y la pimienta, no olvidar la
media cucharadita de azúcar.
6.-
A medida que la preparación se va cocinando, agregar el caldo, y
parte del vino.
7.-
Cuando la papa está al dente, sacar la preparación del fuego y
volcarla en una fuente para horno del siguiente modo: primero
parte de las papas y las verduras, sobre ellas el pescado. En ese
momento hay que volver a condimentar con las especias nuevamente,
pimienta, ajo y perejil, y limón, y también lo que quedo del
vino. Finalmente, colocar encima el resto de las papas y las
verduras.
8.-
Tapar con papel aluminio y llevar a horno medio por 30 minutos.
9.-
Una vez que el pescado estaba listo, sólo se deja reposar
10.-
Y luego, con un rico vinito, a chuparse los dedos con el chupín!
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Comentarios
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De
Bárbara:
1)
Una opción es licuar
el tomate antes de agregarlo a la cocción, pero no es necesario.
Para pelar los tomates, se les puede hacer un corte en cruz en la
base, sumergirlos un instante en agua hirviendo y luego pasarlos
por agua fría: la piel se va a desprender más fácil así.
2)
“también podríamos reemplazar los tomates frescos por conserva
o puré de tomate, pero ya sabemos lo que pensaría mi abuela
Anita de ese sacrilegio! Así que no lo recomiendo, sólo hay que
usarlos en caso de suma necesidad y urgencia.”
3)
Cuando se vuelca la preparación en una fuente para horno, “yo
prefiero la de vidrio o una de cerámica que me regalo una querida
amiga Sandra Francolino (no podría no nombrarla, me mata)”.
4)
Tapar con papel de aluminio para llevar al horno, “es un
agregado mío. Mi abuela lo cocinaba al horno sin papel,
controlando una y otra vez que no se le secara, meta a caldo o
vinito; o bien en una sartén gigante, donde controlaba
minuciosamente que no se le desmenuzara el pescado, una auténtica
campeona.”(10)
5)
El marinado del pescado
es también una incorporación propia. Por
otra parte, si “estoy muy vaga y no quiero meter la preparación
en el horno, la dejo con la verduras y papitas en la olla sobre la
hornalla e incorporo los filetes enrollados y sujetos con un
escarbadientes, también media hora más o aproximadamente. Eso me
lo copié de mi padre.”(11)
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Notas
y bibliografía:
(1)
2014, 3 de marzo, de Zabala, Bárbara a Aiscurri, Mario, archivo
adjunto a correo-e.
(2)
Ídem.
(3)
2010, Mallmann, Francis, Siete
fuegos, mi cocina argentina,
Buenos Aires, V&R, pag. 146.
(4)
1890, Gorriti, Juana Manuela, Cocina
ecléctica,
Buenos Aires, Félix Lajouane Editor (Librairie Générale), 1890.
leído
en
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/miscelanea/cocina_eclectica/cocina_00indice.htm,
el 10 de marzo de 2014.
(6)
1914, Cocina
tradicional argentina por Marta,
Buenos Aires, Distal, nueva edición de La
cocinera criolla,
pag. 18.
(7)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, El
libro de doña Petrona,
Buenos Aires, 1958, edición 52°, pag. 147, 206-207.
(8)
1991, Martelli, Juan Carlos y Spinosa, Beatriz, El
libro de la cocina criolla,
Buenos Aires, Edicol, p. 145-146.
(9)
2014, 3 de marzo, de Zabala, Bárbara, Cit.
(10)
Ídem.
(11)
2014, 21 de marzo, de Zabala, Bárbara a Aiscurri, Mario, archivo
adjunto a correo-e.
Hola, Mario !
ResponderEliminarQué historia tan linda la que nos trajiste en este post. Me sucede algo muy particular con el chupín, que por cierto aún no he tenido oportunidad de probar. Lo conocí a través de la chamarrita que nos recomendaste pero en la versión de los hermanos Cuestas y siempre pienso en hacer este plato siguiendo esas instrucciones, pero claro ¿cómo tener la certeza de que el resultado final es un chupín si nunca he probado uno de pura cepa?
Y por eso de la morocha y todo en frío, sin tener demasiadas razones lógicas, el chupín me suena a ese guiso que se prepara en la isla de Pascua, un pozo en la tierra, y que tan bien describe Isabel Allende en Afrodita.
En cuanto a la etimología que proponés, me parece muy acertada. Veré si puedo averiguar algo más y te cuento.
La tierra entrerriana es un reducto privilegiado por su gente y sus tradiciones. Quizá porque está asociada a mi adolescencia, le guardo un cariño especial. Muestra de esa generosidad es Bárbara con esta receta que te ha hecho llegar.
Es siempre un placer leerte. Saludos desde Cba.
Gracias, Silvia, por tus comentarios.
EliminarLos elogios son inmerecidos, pero alimentan el alma. De modo que tengo un segundo motivo para agradecerte.
En relación con el "chupín de pura cepa", no creo que haga falta llegarse hasta Entre Ríos para probarlo. Es un plato habitual entre los pescadores deportivos. Si tenés amigos que van a pescar a Mar Chiquita, te podrán preparar uno. No será tan refinado como el de Bárbara, pero será un chupín tan auténtico como el de la receta.
Ahora bien, si no tenés amigos pescadores, es una buena excusa para una escapada de Fin de Semana a la maravillosa Provincia de Entre Ríos... ¿Qué será? ¿500 km de autopista para llegar a Victoria? Además, en Rosario, seguramente vas a poder conseguir buenos restaurantes donde lo ofrecen.
No conozco esas particularidades de la cocina de la Isla de Pascua a la que se refiere Isabel Allende; pero me parecen semejantes a lo que en lengua mapuche se denomina curanto (cocinar a partir de piedras incandescentes) y en el altiplano de Argentina y Bolivia llaman guatia.
Nuevamente gracias por tus comentarios.
Hola, Mario!
ResponderEliminarTomaré en cuenta sus recomendaciones para finalmente probar el chupín. A decir verdad, tenemos pendiente un fin de semana en paraná porque mis hijos aún no conocen el túnel subfluvial. SOlo que la lluvia nos tiene a mal traer por estas latitudes (y buena parte del país, a decir verdad).
Vuelvo porque me quedé pensando en esta cuestión de la etimoloía. Recordé que la palabra "chusma" tiene su origen en el genovés, una lengua muy encriptada por la marcada influencia del árabe y el francés sobre lo que sería la base latina (de hecho, es una lengua romance). Desconozco absolutamente si hubo una cuña migratoria genovesa importante en la zona de Entre Ríos, pero yo tomaría como hipótesis el genovés y el propio guaraní como base etimológica. Habría que ver luego si la hipótesis se sostiene o no. Encontré algo, mínimo en google books, https://books.google.com.ar/books?id=a6M3_PioQQIC&pg=PT156&lpg=PT156&dq=etimolog%C3%ADa+de+chup%C3%ADn&source=bl&ots=aOytzQRK7a&sig=i52ZmlVMPEU4N3hmuXGw0Pf_usU&hl=es-419&sa=X&ei=wFAEVaKVI8LXgwT94IPgCA&ved=0CCwQ6AEwAw#v=onepage&q=chup%C3%ADn&f=false, voy a tratar de conseguir capítulo completo.
Las entradas de la abuela Anita son imperdibles.
Nuevamente gracias, Silvia, por tus comentarios.
EliminarEfectivamente, hay una corriente que ve en la palabra chupín un origen italiano (en el artículo menciono la opinión de Francis Mallmann al respecto).
Lo mío es una especulación más asociada a un deseo que a un testimonio o conocimiento concreto.
La palabra aparece en muchos recetarios argentinos del siglo XX, Pero no en el más antiguo que tengo (Cocina Ecléctica de Juana Manuela Gorriti). Este es el único recetario del que tengo certeza de que fue compuesto, tal y como lo leemos, en las últimas décadas del siglo XIX. Esto apoyaría la idea del origen italiano del nombre.
Pero también puede ser el resultado de un sincretismo...
Sigamos buscando y, cuando vayas a Paraná, si algún día deja de llover, contame como te fue.