El tabule o tabbuleh es una ensalada bastante
conocida en los restaurantes de cocina árabe. Pero entraña una dificultad para
los neófitos que quieren prepararla en casa, el trigo burgol.
Efectivamente, en algunos restaurantes árabes
suelen servir una pequeña porción de tabule, con otras de hummus y babaganoush,
como parte de la mehza (picada árabe que antecede a la comida) con la panera.
Luego uno puede elegir comerla como plato, ya sea como entrada o como
acompañamiento de carnes.
Es una ensalada fresca, ideal para un almuerzo
frugal de verano, porque lleva mucho perejil y menta y alguna verdura de la
estación, como el tomate, y cebolla; pero a su vez es contundente, por la
presencia del trigo burgol.
Ahora bien, muchos hacen una ensalada parecida
utilizando cous cous, y allí está el inconveniente. No está mal que alguien
quiera comer esta ensalada; pero no debe darle el nombre de tabule. Podría
llamarla, por ejemplo, ensalada de perejil con cous cous, u otra denominación
que se le pueda ocurrir.
Aquí estoy reproduciendo una receta familiar libanesa, la de Mario Sorsaburu, la que su esposa, Mora, aprendió a hacer con las
enseñanzas de su suegra que se basa en la tradición milenaria del trigo burgol
en esa parte del planeta. (1) La presencia del cous cous en el Líbano es muy
reciente en la región, digamos que del siglo XX.
El burgol se obtiene de cocinar semillas de
trigo de grano blando, dejarlo secar y luego molerlo en diversas dimensiones
(grueso, fino, extra fino). Esta variedad de trigo es propia del Oriente Medio,
digamos, desde Egipto hacia el este.
El cous cous consiste en unas bolitas de
sémola de trigo de grano duro que se van formando haciendo girar la palma de la
mano humedecida sobre la sémola dispuesta en una tabla. El trigo de grano duro
es propio del Magreb (región que se extiende por el norte de África desde Libia
hasta el Atlántico). (2)
La diferencia no sólo reside en que representan
distintas tradiciones de cultivo y procesamiento de trigo; sino en un resultado
diferente en la textura y el sabor. La diferencia se notará más, si se consume
un cous cous bien preparado. (3)
Hechas estas aclaraciones, los invito a que
nos concentremos en el tabule.
Obviamente, hay una receta en el libro del
Chef Abdala que básicamente se parece mucho a ésta. Sólo agrega pepino a las
verduras de base y juega con distintos tipos de pimientas como hacen muchos
cocineros profesionales. Pero hay un detalle en la fórmula de Abdala que quiero
rescatar por su carácter pintoresco. El chef agrega hojas de lechuga y explica
que hay una costumbre popular que consiste en servir una porción de tabule
sobre una de las hojas junto a una cucharada de hashue caliente (un picadillo
de carne y cebolla que se usa para rellenar kebbe y pasteles). El comensal
enrolla luego la hoja sobre el tabule, dándole forma de cono, y la come con las
manos. (4)
La receta de la familia Sorsaburu es, según
mis módicos conocimientos, ortodoxa, ya que el gran protagonista de la ensalada
es el perejil picado… y, también lo es por los hábitos familiares para comerla,
tan típicos como los reseñados por el chef Abdala.
En principio, por ejemplo, el pepino que está
ausente en la composición estricta de la ensalada, tiene su presencia en el
momento de comerla. Cuenta Mario que, cuando Mora prepara tabule agrega, por
separado, una ensaladas de pepinos aliñada con sal, limón y aceite de oliva.
Ocurre lo mismo con rabanitos y habas que muchos suelen agregar al tabule, pero
los Sorsaburu prefieren comer aparte.
Es costumbre de Mario y Mora comer tabule acompañando
carnes (kepbe crudo, kafta o cordero asado). Suelen armar los bocaditos con
pan, carne y tabule. Arman, por ejemplo, unos arrolladitos en pan labash con
kepbe y tabule o rellenan un pan de pita con cordero asado y tabule. Como puede
verse, las combinaciones son variadas y representan todo un arco de
posibilidades que ofrecen el tabule y las costumbres de cada familia. (5)
Transcribo ahora la receta, verán qué fácil es
preparar esta ensalada.
¡Ah! Cuando vaya a la dietética de su
confianza para buscar los productos para reproducirla en su casa, pida trigo
burgol extra fino… dejen el cous cous para otras recetas.
Tabule |
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Fuente (fecha) |
Receta de Mora Sorsaburu (2020) |
Ingredientes |
Perejil 2 tazas grandes. Menta fresca varias cucharadas al gusto del cocinero. Tomates maduros redondos 3. Burgol fino ½ taza. Cebollas chicas 2. Limones 2. Agua ½ taza. Sal. Aceite de oliva c/n. |
Preparación |
1.- Remojar el trigo burgol en agua media hora antes de
preparar la ensalada. 2.- Picar bien finito el perejil y la menta. Las medidas,
tazas y cucharadas respectivamente, deben tomarse cuando ambos ingredientes
ya están picados. 3.- Picar la cebolla y el tomate en cubos chiquitos. 4.- Exprimir los dos limones. 5.- Mezclar, en una ensaladera, el tomate la cebolla y el
trigo burgol hidratado. 6.- Agregar el perejil y la menta y seguir mezclando. 7.- Condimentar con sal, el jugo de los dos limones y aceite
de oliva. |
Ajuste personal |
Le agrego pepino cortado en cubos
pequeños. |
Comentarios |
El trigo burgol grueso debe ser
hidratado y cocinado para su uso en recetas que son, generalmente, más
contundentes, como el guiso de cordero con burgol. En el caso de las
moliendas fina y extra fina, alcanza con hidratarlo con agua, o con caldo, en
partes iguales de líquido y trigo. |
Notas y bibliografía:
(1) 2020, Mario
Sorsaburu a Mario Aiscurri, comunicación por Messenger del 23 de agosto.
(2) 2019, Aiscurri,
Mario, “Cuscús (revisión)”, en El
Recopilador de sabores entrañables, leído el 24 de agosto de 2020 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2019/08/cuscus-revision.html
(3) 2019, Ramos,
Pancho, “El couscous en tres pasos de Fatima Hall”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 24 de agosto de
2020 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2019/08/el-couscous-en-tres-pasos-de-fatima-hall.html
(4) 2007, Chef Abdala, Pasión por la
cocina árabe, Buenos Aires, Atlántida, Pag. 18.
(5) 2020, de Mario
Sorsaburu a Mario Aiscurri, correo-e del 25 de agosto.
Es increíble la dimensión de importancia que toman estad modestas cosas de todos los días presentadas en un honroso marco como tu blog, con detalles, anotaciones, bibliografía y referencias al pie, tan de academia como lo presentás y divulgas. Realmente da gusto y te muestra, querido Mario, tal como sos, un historiador que como pocos ha tomado la historia de la cocina, recetas y herencias con mucho respeto y rigor lo que hace que aquello que pareciera menor se agrande y enaltezca en tu pluma. Gracias y felicitaciones.
ResponderEliminarGracias, Mario, querido amigo, por tus comentarios.
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