“-¿Es verdá que no soy el de siempre y
que esos malditos pesos van a desmentir mi vida de paisano?
”-Mirá
-dijo mi padrino, apoyando sonriente su mano en mi hombro-. Si sos gaucho en de
veras, no has de mudar, porque ande quiera que vayas, irás con tu alma por
delante como madrina'e tropilla.” (Güiraldes,
Ricardo, Don Segundo Sombra, Cap.
XXV, pág., 223)
Ricardo
Güiraldes nació en Buenos Aires, en 1886, en el hogar de la alta burguesía nacional
que algunos denominan “aristocracia” y otros, “oligarquía”. Fue un prolífico
escritor argentino, a pesar de su muerte temprana a los 41 años de edad, que
recibió múltiples influencias de sus viajes (Francia, el Lejano Oriente,
México, el Caribe, etc.) y de sus largas temporadas de residencia en la
localidad bonaerense San Antonio de Areco.
Las imágenes pertenecen al autor o a su biblioteca
De sus
viajes a París, tomó elementos fundamentales de las vanguardias literarias, en
especial del impresionismo. De su residencia en San Antonio, el conocimiento de
la vida rural argentina de principios del siglo XX. De esta última experiencia
surgen tres obras importantes Cuentos de
muerte y de sangre (1915) y las novelas Raucho
(1917) y Don Segundo Sombra (1926).
Esta última le dio justificada trascendencia en la literatura y la cultura
argentina.
Estuvo
casado con Adelina del Carril, nieta de Salvador María del Carril. La muerte de
Güiraldes en 1927 (acaecida en París) le impidió conocer a su concuñado Pablo
Neruda quien conoció a Delia del Carril en 1935, conviviendo luego con ella por
veinte años.
Los
fragmentos que se presentan a continuación pertenecen, en general, a Don Segundo Sombra. Refieren a la
alimentación de los reseros, peones rurales que eran contratados ocasionalmente
para el arreo de tropas de vacas.
Don Segundo Sombra es la historia contada en primera persona por un gaucho adolescente que se va haciendo hombre bajo el tutelaje de don Segundo. Desconcierta el lenguaje refinado con el que el personaje relata sus aventuras y desventuras. Avanzada la obra sabremos que se llama Fabio Cáceres y las circunstancias en que ha adquirido el dominio “culto” del idioma castellano.
Ginebra, caña, anís y cerveza
I Caña
de durazno y anís Carabanchel en
una pulpería.
“Los
demás entraron al despacho, saludaron al pulpero conocido en otros viajes, y
pidieron éste una ginebra, aquel un carabanchel.
”-¿Qué
vah'a tomar? -me preguntó don Segundo.
”-Una
caña'e durazno.
”-Te
vah'a desollar el garguero.
”-Deje
no más, Don.
”En
silencio, vaciamos nuestras copas.
”Por
turno, un rato más tarde «tumbiamos» y yo me eché otra caña al cuerpo.” (1)
II Baile
en una estancia. Las mujeres
tomaban refresco, licores y sangrías. Los hombres, ginebra, anís Carabanchel,
caña de durazno o guindado.
“A medianoche vinieron bandejas con refrescos
para las señoras. También se sirvió licor y algunas sangrías. /…/.
”Los
hombres por su lado se acercaban al despacho de los frascos, que hoy habíamos
contemplado con Pedro, y allí hacían gasto de ginebra, anís Carabanchel y caña
de durazno o guindado.” (2)
III Cuadreras junto un boliche
en medio del campo. Los reseros bebían cerveza y comían pasteles dulces en la carpa instalada a tal efecto por
un gringo.
“Jugué
en una cuadrera. De a posturas chicas, comprometí setenta pesos. Llevaba las
paradas en el puño y, de entre mis dedos salían los papeles, como espinas de un
abrojo. Una por una, tuve que entregar las paradas.
Me
fui un rato a la carpa, con mis compañeros, donde tomamos unas cervezas y
ensartamos pasteles en la punta del cuchillo. Don Segundo perdía cincuenta
pesos. En cambio, entre los dos reseros amigos, juntaban ciento setenta y dos
de ganancia. A uno de esos suertudos le entregué cien, para que me los jugara.
Me los perdió en la primera ocasión, quedándome sólo cinco como todo capital. ¿Ah
sí? Pues, perdido por perdido, fui a ver mi contrario perudo, que por su parte,
de entrada, me ofreció desquite.” (3)
Notas
y Bibliografía:
(1) 1926, Güiraldes, Ricardo, Don Segundo Sombra, Santiago,
Editora Nacional Gabriela Mistral, 1973, Cap. VII, pp. 55- 56.
También en Biblioteca Virtual Universal, http://www.biblioteca.org.ar/libros/92790.pdf,
leído el 6 de abril de 2019.
(2) Ídem, Cap. XI, pág. 84
(3) Ídem Cap. XX, pág. 178
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