Por Guillermo César
Gómez (1)
Muchas personas se tientan a
repetir historias absurdas sobre los chinos. Lo hacen porque desconocen la
historia de la comida y del hombre.
La imagen pertenece al autor
Lo primero que debemos señalar es
que la cultura mesopotámica fue difundida por los fenicios en el mediterráneo,
fueron los fenicios los que le hicieron conocer, el pan y el vino, a los
griegos y a los etruscos.
Al vino lo conocieron los egipcios
con los intercambios fenicios, sin poder afirmar mi pluma, con la misma
contundencia, lo mismo del pan, dada la conexión regional.
El vino en el Egipto inicial, era
un producto de lujo e importado de la isla de Biblos, este se trocaba por
papiro en el antiguo Egipto.
En las reuniones la gente siempre
hace lata las conversaciones, repitiendo la historia inadmisible del vino chino
o del fideo chino.
Los chinos no conocían ni la uva
para el vino, ni el trigo para el fideo, esos productos mesopotámicos no se
hacen con arroz, y quien vea una relación gastronómica está haciendo
asociaciones incoherentes y forzadas.
Las uvas para el vino vienen de las
planicies del Cáucaso, y el trigo nació entre el Tigris y el Éufrates, y allí
lo emplearon los sumerios para hacer pan.
Los
sumerios fueron el primer florecimiento cultural de nuestra especie, es decir,
la comunidad que creo la primera civilización de la historia.
Los fideos secos aparecieron en el
Emirato de Sicilia con los musulmanes, y es muy probable que esta invención
allá surgido, accidentalmente en los desiertos del norte de África, al
almacenar pasta y olvidarla, secándose así naturalmente. Lo novedoso es que
vuelve a ser comestible al ser hidratada otra vez.
La imagen pertenece a El Recopilador de sabores
El Triticum durum, llevado por los
musulmanes a Sicilia, comúnmente llamado trigo duro, es una especie común del
cereal, conocido también como trigo candeal, y es solo con este tipo de trigo
que la pasta soporta el secado.
Los musulmanes tomaron las isla de
Sicilia entre los años 827 y 902, llevando a cabo una reforma agraria contra
los latifundios, construyendo prácticos canales en el lugar, sobre las tierras
de la iglesia cristiana, tornando más cultivable esa parte de la isla.
La Sicilia islámica fue gobernada
desde Túnez (África). Todavía en Sicilia se dice “por amnesia histórica’’, que
los canales subterráneos de los musulmanes eran mejores que los acueductos
romanos, porque no evaporan el agua.
Los romanos también hacían túneles
para el agua, y a esa ingeniería sofisticada la conocieron los árabes mochos siglos antes de conquistar Constantinopla, heredando así la cultura romana.
En primer lugar es bueno hacer una
distinción entre pastas frescas y pastas deshidratadas: la primera tiene
orígenes sumerios y cananeos, y se obtiene de la masa de harina con la adición
de agua o huevos.
La invención de la pasta seca se
atribuye a los árabes africanos que ocuparon Sicilia, quienes habrían
desarrollado la técnica de secado, colgando en un palo, a la sombra a nuestros
populares fideos.
A esta historia la cuenta el
geógrafo Edrisi, dice que en el siglo XII, en Trabia, a unos treinta kilómetros
de Palermo, existía una gran industria de la pasta seca. Los musulmanes
dominaron este comercio exportando la masa seca a diferentes países con grandes
barcos.
Ya en el siglo XII fueron sobre
todo los genoveses quienes importaron y difundieron la pasta siciliana en el
norte de Italia. El uso de la pasta seca también se extendió también al sur de
Francia e Inglaterra.
En el siglo XVI los sicilianos
fueron apodados "comedores de macarrones", como en la Antigua Roma a
los egipcios se les llamaba comedores de pan desde Roma.
Es
concluyente, la pasta seca llegó a Sicilia con los musulmanes.
Notas y referencias:
(1) Guillermo Gómez nació en la
Provincia de Mendoza. Vive en Salvador de Bahía, Brasil, desde 2004. Es
escritor, historiador y artista plástico. Autor de Sobre vinos antiguos y entes egregios. El lector puede comunicarse
con él a través de la página de Facebook “Salvarroco Wine” (https://www.facebook.com/salvarroco.cultura)
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