Durante muchos años, pensé que la
esquina León Paley era el centro histórico de la bohemia judía en el Once; pero
un comentario de Ernesto Oldenburg que, a su vez, me condujo al relato de su
madre, Elisabeth Checa, me permitieron enfocar bien y recuperar del pasado la
vida inmarcesible del Bar León y su
centralidad en mis evocaciones porteñas. Esto no le quita mérito a la familia
Paley, le agrega verdad histórica a la vida del barrio Sin Nombre.
La imagen pertenece a Elisabeth Checa (fue tomada de su perfil de Facebook)
I La Reina del Plata
Vivo en una ciudad que aprendí a amar desde la más temprana edad.
Cultura, bohemia, vida nocturna la caracterizan desde hace más de un siglo, en
realidad, diría que casi dos. En ellas, el crisol de razas que hizo grande a la
Reina del Plata ha disfrutado de lugares donde la vida se compartía y de otros
en los que una determinada comunidad sentaba sus reales casi con exclusividad. Los
ejemplos más evidentes fueron los españoles en La Avenida, los italianos en La
Boca y El Abasto, los árabes en San Cristóbal y los judíos en el Once y Villa
Crespo.
Las imágenes pertenecen al autor, salvo indicación en contrario.
Esos lugares, y la vida nocturna que allí se desarrollaba, se han ido
perdiendo, pero la Reina no abandonó sus costumbres. Sigue siendo una de las
ciudades que contiene la mayor cantidad de librerías y de teatros en todo el
mundo. La vida nocturna ha desarrollado nuevos reductos como los polos
gastronómicos, el arte under e ainda mais. Palermo es, tal vez uno de los más
importante… y también el Abasto (gastronomía y teatro alternativo), donde los
tanos fueron reemplazados por los peruanos.
En este artículo, me voy a concentrar en algunos lugares que se han
perdido. Lo hago porque encontré una historia familiar que merece ser contada.
II El bar León
De él vamos a hablar porque tuvo un lugar destacado en la historia
porteña. Fue una institución clave en el centro de la bohemia
judía entre mediados de los años veinte y mediados de los años cincuenta del
siglo XX. Se ubicaba en la vereda norte de Avenida Corrientes, cruzando la
Avenida Pueyrredón hacia el Bajo, poco antes de llegar a la altura en que
Castelli desemboca sobre esa Avenida.
¿Quién fue su fundador? ¿Por qué llevaba e
se nombre bastante común en la
colectividad judía? Simplemente porque su fundador se llamaba Juan León Petroni.
Este hombre fue, dato importante en esta historia, abuelo materno de la querida
y reconocida eno-gastrónoma Elisabeth Checa. (1)
La verdad es que yo no conocí ese bar. Sí frecuenté otro, en la esquina
de Bulogne sur Mer y la Avenida Corrientes a 50 metros del teatro IFT. Era
reconocido como esquina León Paley en los años ochenta. Pero esa es otra
historia. Sólo diré, ahora, que la homonimia me confundió cada vez que me
hablaban del bar León antes de escuchar el relato de Elisabeth.
¿Quién fue Juan León Petroni? Un inmigrante suizo que decidió probar
fortuna en Buenos Aires. En esa condición, fue que instaló este bar en una
fecha que Elisabeth no puede precisar, tal vez en los primeros años de siglo
XX. Aunque no tiene ese detalle, hay otros recuerdos y relatos familiares que ella
quiere contar.
Recuerda la estructura. El bar contaba con dos espacios bien
diferenciados por la función y el acceso: un salón con ciertas pretensiones de
lujo (v. g., cubertería y menaje de plata) y un salón masculino donde se jugaba
billar, dominó con marca (2) y ajedrez. También se jugaba a los dados, una
especie de generala simultánea que exige ejercer complejas estrategias
aritméticas para poder jugar. (3) La familia Petroni vivía en los altos del
edificio.
La imagen pertenece a Elisabeth Checa (fue tomada de su perfil de Facebook)
Por la descripción que hizo Checa era un bar digno del barrio señorial
que el Once quiso ser a fines del siglo XIX y principios del XX. Para sostener
este aserto invito al lector a recorrerlo. No hay más que ver los edificios
lujosos (entre modernistas y art decó) que aún se conservan en la zona… sin ir
más lejos, la enorme mole que se asienta en la esquina noroeste de Corrientes y
Pueyrredón, el mismo que, según la leyenda que los porteños creemos a pie
juntillas, asombró al poeta Baldomero Fernández Moreno quien contó, en él, los setenta
balcones y la total ausencia de flores (este edificio es de un estilo academicista
francés, fue construido en 1908).
Elisabeth recuerda que, siendo niña, vivía en Castelar con sus padres,
que cuando venía al Centro. Antes de volver, pasaban por el bar familiar. Allí le
servían “bomba chilena”, una especie de licuado de leche con granadina. Esa
bebida le producía sentimientos encontrados. Era muy desagradable para un niño,
pero ella la tomaba en un sitio de irresistible atracción, la casa de la
familia, sus tíos, sus primos.
Los relatos familiares cuentan que durante la revolución de 1930 el
local fue atacado por los partidarios de dictador José Félix Uriburu debido a
que pensaron que Juan Léon Petroni era
judío. Es verdad que se trataba de un nombre muy frecuente en la colectividad,
pero él no lo era. Aunque en cierto modo… en fin, era el reducto preferido por
la colectividad. De hecho se recuerda, en la familia, que era el sitio al que
recurrían los judíos emigrados a partir de la persecución de los nazis en Europa
para componer sus cosas en La Argentina.
Cuando Juan León Petroni falleció,
sus hijos mantuvieron el establecimiento hasta mediados de los años cincuenta.
Entonces, vendieron y, en el mismo solar, se construyó un edificio. Elisabeth y
su hijo Ernesto atesoran algunos objetos de aquel bar familiar.
Lamentablemente, no conservan una carta que nos hubiese permitido saber que se
ofrecía de comer y de beber a los parroquianos, más allá de la “bomba chilena”,
claro está.
III Los recuerdos de Pablo
Mi amigo Pablo Lijtztain me cuenta que, efectivamente, el bar León era
el centro de la sociabilidad judía en el del Once. Un barrio que concentraba
una serie de instituciones memorables en dos cuadras a la redonda de la esquina
de Corrientes y Pueyrredón. (4)
La imagen pertenece a Pablo Lijztain (fue tomada de su perfil de Facebook)
Pablo recuerda que en Corrientes y Castelli estaba la redacción del Di
Presse. Periódico de la comunidad judía argentina de tendencia socialista. También
estaba por allí el Yidishe Zaitung, periódico de centro derecha (Pablo no
recuerda donde estaba su redacción, pero sí que estaba en el Once. Afirma Jorge
Schussheim que se ubicaba en Corrientes entre Uriburu y Junín). Ambos medios
gráficos fueron muy importantes en la vida cultural y política de la
colectividad judía en Buenos Aires. (5)
En la calle Paso, a metros de la Avenida Corrientes, hay una sinagoga
importante y muy conocida. Allí profesaba el rabino Blum. Pablo lo recuerda
asomado a los balcones del edificio cuando, en 1948, se declaró la Independencia
del Estado de Israel (La Argentina fue el segundo país en reconocer esa
independencia). Hubo otros periódicos de la colectividad que tuvieron una
trayectoria importante.
También recuerda que en Corrientes y Pueyrredón había baños públicos.
Las familias humildes vivían en conventillos con baños compartidos que no
contaban con duchas y bañeras. En esas instalaciones, los varones se podían
bañar por 1 peso. Esos baños eran utilizados por la colectividad, especialmente
los viernes por la tarde, para dar comienzo a la celebración del Sabbath.
En esa misma distancia había otras instituciones muy importantes como el
teatro IFT (Idischer Folks Teater) que sigue existiendo, (6) y el bar Comercial
de Corrientes y Boulogne sur Mer que después fuera la esquina León Paley… y un
poco más allá de las dos cuadras, la sede de la AMIA y el teatro SHA (propiedad
de Sociedad Hebraica Argentina)…
…y tantas cosas más que Pablo recuerda con cariño, como el aroma de las
rotiserías judías. Él mismo me invitó a recorrerlas, leyendo el maravilloso
texto de Jorge Schussheim denominado “Los perfumistas del Once” (aquí mismo lo
recomiendo al lector, es imperdible). (7)
Sus recuerdos evocan también la trascendencia
del bar León como centro de sociabilidad de la colectividad, una especie de
pulpería urbana, de almacén de barrio con despacho de bebidas en el Centro de
la ciudad. En su infancia, Pablo vivía con su familia en Agüero y Corrientes.
Los domingos al mediodía, su madre lo enviaba a buscar a su padre al bar León
con el mensaje de que la comida ya estaba lista.
IV El Once, un barrio sin nombre
Sabemos que los límites entre los barrios de la ciudad son el resultado
de una convención arbitraria que careció de sentido práctico hasta la sanción
de la Ley N° 1777 (en 2005) que organiza las Comunas, es decir el poder
descentralizado de la ciudad, agrupando barrios ya consagrados por el
dispositivo legal de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La
mencionada ley utiliza el diseño de los barrios aprobados por la Ordenanza
Municipal N° 26.607 de 1972; que corrige una Ordenanza de 1968.
En esa arbitrariedad desaparecen barrios que los vecinos reconocen como
tales. En algunos casos, esa desaparición es intrascendente. Yo me crié en el
barrio de Nueva Chicago; pero la pertenencia al barrio de Mataderos que es más
amplio, ni nos incomoda ni nos resta identidad.
Pero hay otros casos en los que no ocurre lo mism
o. El Once, es una
identidad social y cultural claramente diferenciada del resto del barrio de
Balvanera al que pertenece. Aunque creo que es muy difícil establecer el límite
entre los dos barrios, me parece una injusticia que el Once no tenga su nombre
estampado entre los barrios oficialmente reconocidos en la Ciudad.
Ignoro las razones por las cuales
las cosas son como son en la materia. Tengo algunas sospechas, no tengo
fundamentos para sostenerlas… de todos modos, para los vecinos de la Ciudad, el
Once existe.
Notas y referencias:
(1) La historia familiar de Juan León Petroni me la contó Elisabeth
Checa por teléfono Elisabeth también tuvo la amabilidad de corregir el borrador
de este artículo (junio de 2019).
(2) Se trataba de un truco eficaz para indicar a su compañero qué número
era favorable colocar para ganar la partida. Se apoyaba la ficha sobre la mesa,
haciendo énfasis con los dedos en el número elegido. Claro está que,
rápidamente la marca pasó a desempeñar un sentido ritual, debido a que perdió
eficacia en el juego porque todos conocían la seña.
(3) Se jugaban digamos cinco generalas a la vez y cada jugador iba
anotando el resultado en la columna que más le convenía, de manera de
concentrar los mejores puntajes en las primeras columnas.
(4) Las referencias al barrio que hizo Pablo Lijtztain, me las refirió
en una charla personal. También tuvo la amabilidad de corregir el borrador de
estas notas.
(5) 2019, de Pablo Lijtztain a Mario Aiscurri, correo-e del 1° de julio.
(6) El teatro IFT fue creado por la ICUF (Federación de Entidades
Culturales Judías) a principios de los años treinta del siglo XX (el edificio
actual fue construido en los años cincuenta del mismo siglo). 2019, ídem y http://www.sintesiscomuna3.com.ar/amplia-nota.php?id_n=145,
leído el 3 de julio de 2019.
(7) Leído el 23 de junio de 2019 en https://www.elcohetealaluna.com/los-tres-grandes-perfumistas-del-once/
En un momento pensé que hablaban del Bar León de Sarmiento al 2800, entre Boulogne Sur Mer y Pueyrredón, vereda par. Local profundo y medio oscuro al fondo con mesas de fórmica que aumentaban el ruido de las fichas de dominó. Bar minutero de porciones generosas y lugar de reunión de la paisanada judía de la zona. Un buen recuerdo de mi juventud cuando con un carrito, trabajaba repartiendo rollos de entretela por todo el Once.
ResponderEliminarGracias, Horacio, por tus comentarios que traen recuerdos tan interesantes.
EliminarNo recuerdo ese bar del que hablás, a pesar de que viví unos años cerca de allí.
Te mando un abrazo, Mario.
Mi querido Pablo se equivoca: Di Idishe Tzaitung estaba en Corrientes entre Uriburu y Junín. Me consta porque allí me llevaba los sábados por la mañana mi abuelo Aarón León Schussheim, su editor político. Di Presse era el que estaba en Castelli casi Castelli. Valga aclarar que cada uno de ellos tiraba cerca de 150.000 ejemplares diarios.
ResponderEliminarGracias, Jorge, por tus precisiones.
EliminarPablo reconoció su error y yo corregí el texto.
Recuerdo el Bar León de la calle Sarmiento y pueyrredon yo trabaja a la vuelta e iba a tomar cafe
EliminarYO RECUERDO DE IDISCHE ZAITUNNG EN CORRIENTES 2314 ENTRRE PASTEUR Y AZCUENAGA MIENTRAS QUE DI PRESSE EN CASTELLI ENTRE V. GOMEZ Y SARMIENTO - MEMORIA PODRIA FALLAR -
ResponderEliminarGracias, Pinie, por sus comentarios.
EliminarYo vivia en el edificio de Corrientes y Pueyrredon, y recuerdo mucho el bar Leon porque indefectiblemente treminabamos jugando al billar casi todas las noches, tambien se que lo cerraronprobablemente principio de los 70, luego abrieron en la calle Sarmiento, ya no era lo mismo, son los ultimos recuerdos del bar Leon, ya que unos años despues me fui del pais.
ResponderEliminarEstimado Mario,
ResponderEliminarGracias por tantos lindos recuerdos,sin embargo creo que el bar Comercial,adónde acompañaba a veces a mi padre, estaba en Av.Corrientes entre Uriburu y Junín.
Gracias, Sauli, por sus comentarios y precisiones.
EliminarSi. Esa era la ubicación de laconfitería donde iba con mis padres a tomar un tei a la tardecita era el lugar de encuentro con sus amigos todos inmigrantes. Eso era un importante paseo de día domingo.
EliminarCreo recordar que esa era la ubicación del comercial, que era una confitería de un target muy superior al Leon (que en realidad y sin ánimo de ofender) era un antro donde se concretaban algunos negocios non sanctos. Al comercial iban parejas y era punto de encuentro para ir a los teatros judíos de la zona que por cierto eran muy importantes y que seguramente merecen comentarios aparte.
ResponderEliminarAl comercial concurrían también los integrantes del directorio del importantísimo Bco. Israelita que estaba enfrente y que hasta que lamentablemente fue destruido por dirigentes venales, era una de las instituciones orgullo de nuestra comunidad
Gracias, Unknown, por sus comentarios.
EliminarHola lo lei y pienso que yo y mi hermana podemos agregsr muchos detalles de lugares,actividad y que se comia y mas temas,sin ofender y con respeto.me gusto y Gracisd
ResponderEliminarNorberto Jatemliansky..pense tambien que se trataba del bar leon de la calle Sarmiento,,y respecto de la Confiteria El Comercial,mi viejo nos llevaba luego de alguna "matinee" teatral o de cine..yo era un pibe y tenia cierta idea que estaba en Corrientes y Pueyrredon,pero una vez le manifeste en un chat mi duda a Jorge Schuscheim y me escribio que El Comercial estaba casi enfrente del hoy banco Nacion de Junin y Corrientes que en esos años fue la casa central del banco israelita y Rio de la Plata,donde laburaba mi viejo...lamentablemente no quedan muchos que puedan sacarme la duda.
ResponderEliminarGracias, Unknown, por sus comentarios.
EliminarSe olvidaron de dos lugares muy importantes para la comunidad judía de esa zona, la confitería Pinati en Corrientes y Pueyrredón y el Teatro Soleil que ofrecía obras musicales en idish
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo, por su aporte.
EliminarGracias, Anónimo, por sus comentarios
EliminarYo trabajaba en Ecuador y Sarmiento y almorzábamos casi a diario en el bar León de Sarmiento.
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por el comentario. Pero el artículo refiere a otro establecimiento.
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