Esta receta es importante
en el acervo culinario del Noreste Argentino. Lo es porque nos ofrece una
cantidad de elementos que nos hablan de una identidad regional local y de su
vínculo con las del entorno. Lo es porque su nombre tiene implicancias simbólicas
que es necesario dilucidar. Lo es porque su preparación y consumo está rodeado
de leyendas propiciatorias de prosperidad y abundancia.
La imágenes pertenecen a Patricia Zacarías
La base de productos que
integran nuestra receta (maíz, poroto y zapallo) forman parte del arsenal
alimenticio del Norte Grande Argentino desde antes de la llegada de los europeos.
Hablo del Norte Grande porque estos cultivos ya se practicaban en la orillas
del Paraná a principios del siglo XVI, cuando llegó hasta el territorio de la
actual Provincia de Santa Fe la primera expedición española comandada por
Sebastián Caboto.
Entre ellos, estaba Luis
Ramírez que vino al Río de la Plata en esa armada en 1527. Escribió una carta a
un amigo en España desde el puerto de San Salvador (10 de julio de 1528). De
esa carta extraemos este fragmento:
“Todos (se refiere a los
grupos indígenas que habitaban cerca del fuerte Sancti Spiritu) vinieron a
hablar y a ver al Señor Capitán General: es gente muy bien dispuesta; /.../: de
éstos los Carcarais y los Timbúes siembran abatís (se refiere al maíz) y
calabazas y habas, y todas las otras naciones no siembran y su mantenimiento es
carne y pescado.” (1)
La palabra yopará (en
ortografía castellana) o jopara (en ortografía guaraní), según nos informa el
experto alemán Wofl Lustig, “significa en guaraní precisamente mezcla, con las
asociaciones de abigarrado, a medias, confuso, etc.” También nos dice que, además
del sentido genérico del vocablo, designa específicamente al “guiso rústico”
que es objeto de este informe y a un lenguaje entremezclado de español y
guaraní. Este lenguaje, no tiene la formalización de una lengua diferenciada;
pero es hablado por tantos paraguayos que algunos autores, infundadamente para
Lustig, lo consideran el tercer idioma de la república hermana. (2)
Este es un
artículo de cocina, de modo que no nos quedaremos a reflexionar acerca de si el
jopara es o no la tercera lengua de la República del Paraguay; pero
intentaremos demostrar que el guiso rústico que lleva ese nombre tal vez no sea
una mezcla confusa de ingredientes e ideas gastronómicas.
Para introducirme en los entresijos de esta receta,
como de todas las que estoy explorando de la cocina del Noreste Argentino, me
he dejado guiar por las sabias recomendaciones de Patricia Zacarías. Esta
cocinera de posadeña nos refiere, en su blog personal, la leyenda y el ritual
de comer yopará el 1° de octubre:
El Yopará “es el guisito
para ahuyentar al Karaí-Octubre.
”Cuenta la leyenda que este ser mitológico recorre,
cada 1° de Octubre, las cocinas de las casas para ver si en las ollas hay abundancia.
Cuentan que si no se encuentra nada, hecha un conjuro a la escasez y miseria sobre
los dueños del lugar. Eso cuenta la leyenda, que al Karaí no le gusta el “Jopará”
(Que en guaraní significa mezcla).” (3)
De modo que, estamos en
presencia de un guiso de primavera, época del año en que se van acabando las
reservas de alimentos que da el campo y aún no se obtienen los nuevos
productos. (4)
Los ingredientes básicos
de este guiso, como ya he adelantado parcialmente, son el maíz blanco pisado,
los porotos colorados y el zapallo. La receta que tomé como base para este
artículo es de Ana Fiaccadori de Posadas. (5)
La receta de Ana incluye, además de los productos
enumerados, carne vacuna. Por su parte, Patricia nos cuenta que no lleva carne,
pero que ella… en fin, vemos qué nos dice:
“Entre sus ingredientes
no pueden faltar: maíz pisado blanco, porotos colorados, mucha verdura y un
buen pedazo de queso fresco.
”Investigando un poco
este plato típico del noreste argentino y Paraguay. Se pueden encontrar muchas
recetas. Algunas llevan también varios cortes de carnes y menudencias. Hablando
con amigos de Paraguay me cuentan que conocen este Guiso sin carne solo con
verduras, poroto y maíz. Porque según ellos “si lleva carne es locro”.
”Así que va esta receta con un toque de panceta
ahumada pero respetando su base de verduras, hortalizas, porotos y maíz pisado…”
(6)
Esta es una oportunidad
para señalar vínculos e intercambios entre regiones e identidades diferenciadas
que se vienen practicando desde la época precolombina. Es sabido que el locro
que se prepara en Potosí, en el Altiplano Boliviano, tampoco lleva carne; sin
embargo, a diferencia del yopará, sí lleva papas, choclos, porotos (en este
caso, pallares), zapallo y queso. Como puede verse se trata de recetas diferenciadas
que se reconocen en ideas gastronómicas emparentadas. Sin embargo, los
potosinos insisten en utilizar la denominación “locro” para este guiso.
Para la receta que
publico tomo como base, como ya dije la de Ana Fiaccadori; pero estará
constantemente apostillada por la receta de Patricia Zacarías y por mis preferencias
personales.
Con todo debo formular
una advertencia: los comentarios míos y las apostillas hechas sobre la base de
la receta de Patricia son un tanto sofisticados. Si el lector se anima, con la
receta de Ana alcanza y sobra. Sólo tendrá que tener en cuenta, como verá, que
debe reservar líquido de cocción para dar la consistencia final al guiso.
Yopará
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Fuente (fecha)
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Ana Fiaccadori y Patricia Zacarías en las fuentes citadas arriba (2017).
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Ingredientes
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½ kg de porotos negros o colorados.
½ kg de maíz blanco.
½ kg de zapallo.
2 cebollas.
300 g de carne cortada en trocitos.
1 taza de cebolla de verdeo picada.
1 cucharada de orégano seco o varias ramitas de orégano fresco.
1 cucharadita de ají molido.
1 cucharada de aceite.
Sal (a gusto).
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Preparación
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1.- Poner en remojo los porotos y el maíz en recipientes
separados por un tiempo de 4 a 6 horas.
2.- Poner a hervir, desde agua fría, sin sal, el maíz y los
porotos en ollas separadas, hasta que estén casi cocidos.
3.- Freír la cebolla picada en el aceite.
4.- Cuando esté transparente, salar, agregar el ají y la carne
cortada y dorar.
5.- Agregar el zapallo cortado en trocitos, luego incorporar
el maíz para terminar su cocción y finalmente los porotos.
6.- Poco antes de finalizar la cocción, agregar el orégano y
la cebolla de verdeo.
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Aclaraciones de Ana
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1.- Originalmente el yopará se hace con carne seca (supongo
que hace referencia al charqui).
2.- Respetando la base de maíz poroto y zapallo, se puede
agregar mandioca o batata.
3.- “Las variantes y condimentos dependen de los ingredientes
con que se cuenta.”
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Apostillas tomadas de la
receta de Patricia Zacarías
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1.- En relación con los
ingredientes, agrega más legumbres (lentejas y porotos blancos) y verduras
(zanahorias, morrones, apio, salsa de tomates, etc.). Por otra parte,
reemplaza las carnes por una porción pequeña de panceta ahumada (30 g) y
agrega 300 g de queso fresco. En cuanto a los condimentos, agrega ajo,
perejil, tomillo, vino blanco, etc.
2.- Inicia el sofrito dorando la
panceta, agregando luego algunas verduras bien picadas; después el vino
blanco y, finalmente, el tomate.
3.- Toma como olla base para la preparación
del guiso la que lleva la cocción del maíz en a que irá agregando el resto de
las verduras, los porotos y el sofrito; conservando el caldo de cocción de
los porotos para lograr la consistencia deseada.
4.- Poco antes de terminar, agrega
parte del queso cortado en trozos y, en el momento de servir, agrega el
resto.
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Comentarios míos
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1.- En materia de ingredientes, la gran diferencia cualitativa
es que Patricia reemplaza la carne por panceta y agrega queso fresco. El
resto es gusto personal y sofisticación generada por la codificación
académica. En este sentido, también hay que tener en cuenta el comentario de
Ana acerca de la accesibilidad a los productos.
2.- No entiendo, en la receta de Ana, cómo logra la
transparencia de la cebolla sin agregarle una pizca de sal al principio.
3.- No queda claro, en la receta de Ana, la consistencia final
del guiso y cómo se logra. Acaso ¿da por supuesto que el maíz o los porotos
deben ser incorporados al sofrito con su líquido de cocción? En ese sentido,
es más clara la propuesta de Patricia (agregar todo a la olla del maíz).
4.- Llama la atención que Patricia no reserve parte de la
cebolla de verdeo para agregar un crujiente sobre el final. En fin,
preferencias son preferenecias.
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En mis recetarios de consulta habitual,
encontré dos recetas más de yopará. Una en el libro sobre cocina criolla de
Juan Carlos Martelli y Beatriz Spinoza. (7) La otra en el libro de Margarita
Elichondo. (8) No difieren demasiado de la de Ana, salvo por el detalle de que
esta última no lleva zapallo. Es necesario tener en cuenta que esta obra no se
caracteriza por contener recetas precisas. De una manera muy tradicional, la
receta de Martelli Spinoza agrega la carne sin sellarla.
Notas
y bibliografía:
(1)
La carta de Luis Ramírez fue publicada en Madero, Eduardo, Historia del
Puerto de Buenos Aires. Yo la tomé de 1959, Busaniche, José Luis, Estampas
del pasado, lecturas de historia argentina, Buenos Aires, Hyspamérica, pp.
23-24. La publique en 2012, “Descripción de los indios del litoral del Paraná
(1527)”, El Recopilador de sabores
entrañables, leído en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com.ar/2012/07/descripcion-de-los-indios-en-el-litoral.html,
el 13 de agosto de 2017.
(2)
1995(c), Lustig, Wolf, “Mba'éichapa
oiko la guarani? Guaraní y jopara en el Paraguay”, leído el 13 de agosto de
2017 en http://www.staff.uni-mainz.de/lustig/guarani/art/jopara.pdf.
(3) 2016,
Zacarías, Patricia, “La ruta del guiso: Jopará”, en PatriciaZacariasMChef, leído el 28 de julio de 2017 en http://patriciazacariasmchef.blogspot.com.ar/2016/10/la-ruta-del-guiso-jopara.html?m=1.
(4) 2010(c), Presidencia de la
Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores con sapucay, Gamarra,
María Liliana, Proyecto Recetarios Regionales, leído en https://www.desarrollosocial.gob.ar/wp-content/uploads/2015/05/11-Sabores-con-Sapucay1.pdf
el 28 de julio de 2017, pag. 40.
(5)
Ídem, pp. 39-40.
(6) 2016, Zacarías,
Patricia, Cit.
(7) 1991, Martelli, Juan Carlos y Spinosa,
Beatriz, El libro de la cocina criolla, Buenos Aires, Edicol, edición
corregida, 2009, pp. 122-123.
(8) 1990, Elichondo, Margarita, La cocina criolla.
Memoria y recetas, Buenos Aires, Ediciones del Sol, 2008, pp. 144-145.
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