Asar carnes en el horno
parece, prima facie, una práctica sencilla. Sólo hace falta tener una idea de
cuáles son los mejores cortes, contar con un buen carnicero que garantice su
calidad y nos entregue la pieza limpia de excesos de grasa y nervios, encender
el horno y llevar la carne a él en una asadera.
Parece sencillo, pero,
¿lo es?
En primer lugar, si el
cocinero utiliza un solo corte de carne, la cocción se simplifica. Pero si su
preferencia gira en torno de la variación, la cuestión se complica porque cada
corte requiere tratamientos técnicos diferentes.
El segundo tema, es el
horno y su manejo. No sólo es cuestión de conocer cómo se debe regular la
temperatura y el tiempo de cocción de cada pieza, sino también las
características propias de cada artefacto.
Finalmente, hay una
tercera variable que aporta complejidad a la tarea, los rellenos, las
guarniciones y los adobos.
Según me contó mi prima
Haydée, a tía Maruca, le encantaba hornear carne adobada. La técnica de
preparar las carnes de este modo es antiquísima. Forma parte de la tradición
culinaria nacional. Es más, la salsa con que acompañamos las carnes asadas,
nuestro amado y reconocido chimichurri, es producto de haber mezclado un adobo
típico de nuestro país con la salmuera (esta última es una salsa tradicional
para el salado de las carnes que ya usaban los gauchos en el siglo XVIII).
Podemos comprobar esta
afirmación, si vemos algunas recetas viejas. Por ejemplo, la receta de adobo de
Teófila Benavento lleva: vinagre, pimentón orégano, ajo, comino, ají molido,
laurel, pimienta en grano y sal. Si la sal se disuelve en agua tibia, y se la
agrega al resto de los ingredientes, tenemos un chimichurri. (1)
Vayamos a las recetas. Expongo
dos, una que encontré en el recetario de tía Maruca y la otra en el Libro de
Doña Petrona. En la primera, la pieza de carne no sólo lleva adobo, sino
que, además, una protección hecha con una delgada capa de panceta.
Carne el horno
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Fuente
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Tía Maruca
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Ingredientes
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Tapa de asado: 1 kg.
Sal.
Hierbas aromáticas.
Ají molido: una cucharadita.
Panceta ahumada.
Caldo o agua.
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Preparación
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1.- Salar la carne.
2.- Frotarla con hierbas aromáticas y ají molido.
3.- Cubrir la carne con panceta ahumada cortada en lonchas.
4.- Pre calentar el horno.
5.- Colocar la pieza sobre una asadera con un fondo líquido de
caldo o agua.
6.- Cocinar media hora a fuego moderado y otra media hora a
fuego suave.
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Comentarios
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1.- La receta contiene sobre entendidos. Alguno lo corregí en el
texto (v. g., que la panceta ahumada debe estar cortada en lonchas); otros
los someto a interpretación (por ejemplo, la combinación de hierbas
aromáticas parece estar relacionadas con productos de la industria
alimentaria como los currys que vienen preparados).
2.- Mi prima me ha dicho que su madre prefería, para las carnes
rellenas, la tapa de nalga. Pero, en fin, ese es otro capítulo de las carnes
asadas al horno y de la cocina familiar. Las carnes rellenas de mi prima
Haydée son una cosa seria.
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Veamos la receta de la salsa para adobo
de doña Petrona. En su ejemplar de del Libro…,
tía Maruca tenía señalada esta receta, por eso la incluyo y considero razonable
pensar que la usaba para guiarse en la preparación de uno de sus platos
favoritos.
Salsa para adobos
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Fuente
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Doña Petrona (2)
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Ingredientes
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Dientes de ajo: 10.
Ají picante molido: 2 cucharadas.
Perejil: 2 cucharadas.
Sal.
Pimienta.
Vinagre: 2 tazas.
Aceite: 1 taza.
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Preparación
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1.-
Picar finamente el ajo.
2.-
Añadirle el ají molido, el perejil picado, la sal, la pimienta, el vinagre,
el aceite.
3.-
Poner todo en una fuente de vidrio o en una botella y sacudir.
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Comentarios
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1.- Doña Petrona nos dice que esta
salsa se usa para adobar lechones o asados al asador.
2.- Adviértase la similitud de esta
receta con la de un buen chimichurri (sólo le falta el agua). Doña Petrona le
asigna la misma función que a esta salsa y promueve su uso a la manera en que
los paisanos usan la salmuera desde tiempo inmemorial (sólo le falta indicar
que la botella debe llevar un corcho al que se le han de practicar un par de
estrías).
3.- Como ya he dicho, Tía Maruca tenía
marcada esta receta en su libro. De modo que es razonable pensar que la usaba
como guía para hacer sus carnes adobadas al horno.
Si seguimos el procedimiento de la
receta anterior, podremos obtener un resultado excelente con un kilogramo de
una buena tapa de asado.
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Notas
y bibliografía:
(1) 1940, Benavento, Teófila, La perfecta
cocinera argentina, Buenos Aires, Escuela Taller Divino Rostro, 1° edición
de 1894, pag. 12.
(2) 1942, Gandulfo, Petrona C. de, El libro
de doña Petrona, Buenos Aires, edición 11° (1° edición de 1934), pp.
135-136.
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