I Las
berenjenas de mi infancia… y un poco más acá
Esta es una de las
mayores delicias de mis recuerdos de infancia. Mi preferencia por lo salado, y
aún por lo ácido, sobre lo dulce, me inclinaban a elegir estas berenjenas,
siempre que podía, para acompañar con ellas, montadas sobre una rodaja de pan
francés, la leche chocolatada en la merienda. No había en el gusto ni maridaje
ni refinamiento, sólo reinaba el absolutismo del placer sensual de la infancia.
Mi madre, mis tías, mi
abuela las preparaban siempre. Recuerdo que tía Negra, las conservaba en un
enorme frasco acomodado sobre una mesa arrinconada que tenía en el vestíbulo de
su casa. Era una tentación enorme él sólo verlas. En casa de tía Maruca,
competían, con capacidad para lograr un empate honroso, con sus ajíes en
vinagre.
Tanto hablar de la
infancia, y de los sabores de aquella época dorada, nos hace poner en dudas la
fidelidad de los recuerdos. Sin embargo, en este caso, podemos confiar bastante
en ello porque la preparación de berenjenas en escabeche no ha quedado archivada
en el pasado. Se siguen haciendo casi como se hacían… ¿Qué las berenjenas no
tienen el sabor que tenían? Puede ser, pero, en este caso, la variación es
mínima en relación con el resultado final. Es que estoy tratando de rescatar la
receta de mi tía en los años noventa del siglo pasado… cuando yo ya no era un
niño y las berenjenas ya habían cambiado de sabor.
II Una
digresión sobre los escabeches
Hasta el momento de
escribir este artículo, solía dar por supuesto que los escabeches forman parte
de un conjunto mayor de preparaciones en conserva que usa como elemento básico un
medio ácido, generalmente vinagre. Además de los cebiches que comparten el
origen etimológico con los escabeches (la palabra árabe assukkabág), hay una
serie de preparaciones que utilizan el mismo principio. Destaco dos recetas
italianas, las sarde in saor y la caponata siciliana, y una española, el conejo
en salmorejo que se prepara en las Islas Canarias (suelo practicarlas a las
tres). Sin embargo, no todo es tan sencillo y homogéneo. Hay alguna divergencia
que es necesario considerar. Sobre todo después de consultar El Diccionario
(sí, el mataburros de la que fija, limpia y da esplendor).
En sus páginas, en primera acepción, escabeche
es una “Sala o adobo que se hace con aceite frito, vino o vinagre, hojas de
laurel y otros ingredientes, para conservar y hacer sabrosos los pescados y otros alimentos “. De modo que la presencia
del vinagre no resulta esencial, de hecho puede ser reemplazado por vino. (1)
¿De dónde venía entonces mi confusión?
Rápidamente imagino que del parentesco con el cebiche y las recetas que mencioné.
Pero, leyendo bien el diccionario, me doy cuenta que mi entendimiento estaba
vinculado a una visión local de la cosa, mucho más antigua que estas
impresiones recientes. Así es cómo, en tercera acepción, El Diccionario afirma
que en muchos países de Hispano América (entre ellos, La Argentina) se denomina
escabeche a los encurtidos; definiendo, a su vez, encurtir como “Hacer que
ciertos frutos o legumbres tomen el sabor del vinagre y se conserven mucho
tiempo teniéndolos en este líquido.” (2)
Independientemente de la
confusión conceptual, no puedo dejar de señalar que existe una fuerte tendencia
a reducir la pungencia del vinagre mediante un uso más moderado del producto o el
agregado de algún edulcorante (generalmente azúcar), o una omisión en el caso
en que su uso sea opcional. El resultado llega a extremos fastidiosos, como
encontrar platos sin acidez cuando la receta no admite confusión. Me ha pasado,
por ejemplo, pedir sarde in saor en Venecia y ver que me colocaban, sin que yo
entendiera por qué, una botella de aceto de Parma sobre la mesa. Al probar el
primer bocado, advertí la razón. Las sardinas no tenían el menor rastro de
acidez. Algo similar me ocurrió con una caponata que comí en un restaurante de
Taormina, en Sicilia.
III Las
berenjenas de mi tía
¿Cómo las preparaba tía
Maruca? Entre los papeles que encontré en su recetario, había un pequeño
recorte de diario que contiene una receta. Es bastante parecida a la de doña
Petrona, aunque carece de la calidad técnica que nos entrega la gran cocinera
nacional. Ambas recetas se resuelven en dos pasos fundamentales: las berenjenas
se cuecen en vinagre, como si se tratar de un encurtido, y luego se conservan
en aceite, aunque éste es usado crudo. Pero vayamos a la receta de Tía Maruca:
Berenjenas en escabeche
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Fuente
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Recorte de diario, s/d, encontrado en el recetario de Tía
Maruca.
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Ingredientes
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Berenjenas.
Sal.
Vinagre blanco.
Ajo.
Orégano.
Laurel.
Pimentón.
Pimienta.
Aceite.
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Preparación
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1.- Pelar las berenjenas y cortarlas en rodajas de poco más de
medio cm de espesor. (3)
2.- Dejar una hora espolvoreadas con sal.
3.- Enjuagarlas y ponerlas a hervir cubiertas en vinagre
blanco.
4.- Cuando apenas estén tiernas (ojo, que se deshacen cuando
menos se lo espera), colocarlas sin encimar sobre lienzos secos.
5.- Cuando estén bien escurridas ubicarlas en frascos,
condimentándolas con ajo, orégano, laurel, un poquito de pimentón y pimienta
en grano.
6.- Cubrirlas en aceite y dejarlas estacionar por una semana
antes de consumirla.
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Comentarios
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1.- La receta no indica las cantidades de los ingredientes.
2.- La receta no indica un método para esterilizar los frascos.
3.- La receta no indica si la preparación requiere
refrigeración.
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Notas
y bibliografía:
(1) Leído
el 13 de abril de 2017 en http://dle.rae.es/?id=G5Ltbth.
(2) Leído
el 13 de abril de 2017 en http://dle.rae.es/?id=FBjCI5E.
(3) De Haydée Espada a Mario
Aiscurri, Correo-e del 25 de abril de 2017.
Mario ¿Te olvidaste que somos de la época que nada era malo?
ResponderEliminar¿Para qué esterilizar?
Se conservaba en la oscuridad de la despensa.
Gracias, Oscar, por tus comentarios.
EliminarEn esa defensa se escondían los resultados de una magia prodigiosa, la de cocinar con amor.