Los porteños de ayer y de
hoy amamos el vermout con ingredientes. Es algo más que un aperitivo, es un
acto que marca nuestra sociabilidad. En las familias trabajadoras de mediados
del siglo pasado, los varones lo consumían los domingos, en casa con la familia
o en el bar de la esquina con los muchachos, mientras esperaban la hora del
almuerzo. Hoy, esa bella costumbre se ha transformado en una de las
alternativas del “happy hour” para muchos jóvenes de ambos sexos que buscan relajarse
después de la jornada de trabajo o encontrarse para celebrar la amistad.
I ¿Cómo
se compone el vermout con ingredientes?
La bebida suele ser
vermout o americano con hielo y soda (hay variantes algo más sofisticadas, pero
partiendo de allí quedaremos satisfechos). Los ingredientes suelen ser un
triolet (papas y palitos fritos y maníes tostados) al que se le agregan algunos
platitos con aceitunas, queso, salamín y jamón cocido cortados en daditos.
Las imágenes pertenecen al autor
Esta es la base, pero
tradicionalmente, el aperitivo ha evolucionado hasta transformarse en una
comida, la picada porteña que se caracterizaba por la abundancia de platitos.
¿Qué contienen estos
platitos? La diversidad de preparaciones es profusa. A modo de ejemplo, mencionaré
algunas: guisos o estofados de carnes cortadas en bocados pequeños (v. g, lomo
strogonoff), pescados o mariscos fritos (por ejemplo, cornalitos, rabas,
calameretis, etc.); croquetas (v. g., croquetas de jamón con salsa blanca,
bombas de papas, bombas de arroz, etc.); otros fiambres cortados en cubitos
(por ejemplo, matambre arrollado, mortadela, etc.); verduras o carnes en
escabeches o pseudo escabeches (la gran estrella de esta categoría es el que se
prepara con berenjenas); vegetales cocidos o asados (v. g., porotos
condimentados, morrón asado con ajo, ensalada rusa etc.); tortillas y milanesas
frías cortadas como bocados pequeños… y todo aquellos que la imaginación nos permita
agregar (por ejemplo, se me ocurre ahora que podríamos incluir unos rolls de
sushi).
No hace falta
explorar mucho para advertir que estas comidas provienen de diversas tradición
culinarias hay recetas populares de Italia y España, pero también las hay de la
alta cocina francesa y, por supuesto, fuertes adaptaciones criollas. Sin
embargo, visto desde otra perspectiva, la costumbre porteña está relacionada con
dos tradiciones bien precisas: el antipasto italiano y las tapas españolas. Estas fusiones han dado
lugar a una combinación estrictamente argentina muy difundida en la ciudad de
Buenos Aires y llevada a su máxima expresión en Mar del Plata, donde, algunas décadas atrás, los restaurantes de la
rambla competían por ver quién ofrecía más platitos con el vermout.
II
Decadencia y resurrección de la picada porteña
Cierta simplificación de
la cocina debida a la vagancia intelectual y material y la avaricia financiera de
algunos restauradores ha sido la causa de que ciertos platos de la gastronomía
porteña entraran en decadencia, gracias a la práctica de simplificaciones
absurdas. Resulta casi imposible, por ejemplo, encontrar ñoquis estriados un
restaurante en Buenos Aires.
La picada porteña fue
víctima de esa desidia cuando los restaurantes y confiterías de medio pelo
tomaron e impusieron la moda de reemplazarla por tablas de fiambres o quesos.
Esto ocurrió a principio de los ochenta, en el siglo pasado. Aclaro que me
fascinan esas tablas, pero son otra cosa, representan otro concepto, incluso
otros momentos de una comida.
La picada porteña se fue
refugiando en algunos pocos lugares de culto. La Cervecería de López y el Bar
de García son los más destacados, también mis preferidos. Hay otros, claro
está. Por ejemplo, la confitería London de Avenida de Mayo y Perú ofrece unos
platitos con delicias de cocina francesa.
Por fortuna,
algunas tendencias en boga en nuestros días, le están dando una oportunidad de
resurrección a esta tradición tan nuestra. La aparición de bares de tapas al
estilo español y la revalorización del aperitivo en los restaurantes de cocina
italiana representan oportunidades nada desdeñables. Pero quizás la más
importante es la aparición de las vermuterías o de los bares que ofrecen
vermout con ingredientes en la hora del “happy hour”. El que más me gusta, en
este tipo de propuestas, es el bar Los Galgos de Lavalle y Callao. Los nuevos
propietarios no sólo reconstruyeron con esmerado detalle este bar notable de
Buenos Aires, sino que, además, ofrecen, como novedosa propuesta, la
recuperación de esta costumbre (con la curiosidad de que vermout es tirado a la
manera de una cerveza).
III Mi
propuesta
Defensor de la picada
porteña, preparé una con 42 platitos para la Fiesta de Fin de Año en diciembre de 2013. Escribí e imprimí el menú bajo el título de “Platitos en la Rambla”.
Allí ensayé muchas de las propuestas que incluiría en una picada ideal, entre
ellas, algunas de las que expongo a continuación.
Las recetas que seleccioné
para este artículo exigen preparación en la cocina. De modo que, quesos,
fiambres, aceitunas, frutos secos y snaks de copetín no están incluidos aquí,
aunque formen parte de mis preferencias. Les deberé, también, una buena receta
de berenjenas en escabeche, pero en este caso es porque no tengo una que me
satisfaga.
Advierto que este
artículo es muy largo; pero no por los comentarios, sino por la gran cantidad
de recetas que tiene. El lector elegirá qué leer y qué no en función de sus
deseos e intereses personales. Mi único interés es que se advierta la idea
central, como en tantas otras vetas personales, en la picada, los porteños
mezclamos lo imposible.
IV Las
recetas
Los pintxos (“pinchos” en
ortografía castellana) representan un capítulo importante en el tapeo español.
Consisten en diversas preparaciones que se sirven sobre una rodaja de pan
francés cortada al sesgo. Su nombre proviene de la costumbre de llevar un escarbadientes
(un pintxo) clavado verticalmente en el centro. El palillo no se usa para
sostener la porción. En realidad, cumplían una función administrativa, el mozo
contaba los que habían quedado en el plato, estimando la adición a partir del
producto entre el número de pintxos y el precio de la unidad.
Esta tradición española
ha adquirido, en los últimos años, rangos de alta gastronomía, en especial en
el País Vasco. Recuerdo que en el bar Alarar, en el centro histórico de
Donostia comí un pintxo de bacalao ajoarriero memorable. Una joya de la
gastronomía en una porción minimalista sobre una rodaja de pan francés.
Este formato
no está presente en la picada tradicional porteña, pero sí lo estaba su primo
francés, el canapé. Amo los pinchos cuando estoy en España (en especial, en la
calle Laurel de Logroño). No me parece disparatado incluirlos en la picada
porteña, por eso lo hago.
¡Ah! Una
aclaración, incorporo en esta categoría una receta identitaria de la cocina
catalana, el pantumaca. Pero, ojo, se debe preparar sólo en verano porque el
tomate debe ser fresco y tener gusto a tomate.
Cuatro pintxos
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Fuente
(fecha)
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Basadas en experiencias personales y
en las fuentes citadas. (2014)
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Ingredientes
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Uno pantumaca :
Rodajas de pan francés
cortadas al sesgo.
Aceite de oliva.
Un diente de ajo.
1 tomate.
Sal (opcional).
Dos:
Pantumaca.
Jamón crudo.
Tres(1):
Rodajas de pan francés
cortadas al sesgo.
Aceite de oliva.
1 diente de ajo (opcional).
Queso gruyere.
Morcilla.
Miel.
Cuatro:
Rodajas de pan francés cortadas
al sesgo.
Aceite de oliva.
1 diente de ajo.
Ratatuille
preparada con anticipación y a temperatura ambiente o fría (agrego una receta
en la parte V de este artículo
para no dejarlos de a pie).
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Preparación
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Uno pantumaca:
1.- Tostar en horno las rodajas de pan a las que se
ha agregado un chorrito de aceite de cada lado.
2.- Pinchar un diente de ajo en un tenedor y
rasparlo contra el pan tostado.
3.- Agregar el tomate. Se puede hacer partiéndolo al
medio y rallar la pulpa directamente sobre el pan o rallarlo aparte y agregarlo
con una cucharita. Ojo, con los excesos en esta segunda opción… la película
de tomate debe ser sutil.
4.- Si se va sin otros relleno, se le puede agregar
un poquito de sal (ojo, muy poquito). Este paso es opcional.
Dos pantumaca con jamón:
1.- Preparar pantumaca sin salar.
2.- Agregar una feta de jamón crudo sobre cada
rodaja de pan. Si se cuenta con jamón de cerdo ibérico, aunque sea de cebo o
recebo, mejor.
Tres queso, morcilla y miel:
1.- Tostar en horno las rodajas de pan a las que se
ha agregado un chorrito de aceite de cada lado.
2.- Pinchar un diente de ajo en un tenedor y
rasparlo contra el pan tostado. Este paso es opcional.
3.- Superponer una lasca de queso gruyere, una
rodaja de morcilla pelada, un chorrito de miel y otra lasca de queso gruyere.
Sujetar con un escarbadientes.
4.- Calentar en un horno fuerte por espacio de 2 a 3
minutos (no excederse porque el pan ya está tostado y puede quemarse). Servir
al toque.
Cuatro:
1.- Si la ratatouille lleva tomate, tostar en horno
las rodajas de pan a las que se ha agregado un chorrito de aceite de cada
lado rallar el ajo. Si no, opcionalmente se puede armar el pintxo sobre
pantumaca.
2.- Rellenar el pan tostado con ajo rallado o el
pantumaca con una cucharada generosa de ratatouille.
3.- Agregar un chorrito de aceite de oliva, en lo
posible chanclot, antes de servir. (agrego
una receta en la parte V de este
artículo para no dejarlos de a pie)
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Las croquetas también representan una tradición
española. Consisten en una bola de relleno que es apanado a la inglesa (pasadas
por harina, huevo y pan rallado sucesivamente) y fritas. La tradición española
indica que el relleno se hace con salsa bechamel a la que se le agrega un
producto que le da sabor (jamón crudo, hongos y setas, etc.). Puede que haya
una influencia francesa en esta preparación, pero la maestría es enteramente
española.
En la picada
argentina tradicional, es más frecuente encontrar a sus primas de tradición
italiana, las bombas de papa y las bombas de arroz. Cada vez que sobraba arroz,
mi madre lo utilizaba para hacer bombas, pero como era hija de españoles, las
llamaba croquetas de arroz. No se van a quedar con las ganas: primero, las
croquetas, luego, las bombas de arroz.
Vayamos por ahora a las
croquetas de jamón. Pero no a cualquier receta, sino la que me dio mi tía la
Caracola (Carmen Martínez Espada).(2) Yo las preparo, pero nunca me salen como
las que ella hizo en su casa, allá arriba, en Arrabal de Solana, en la Villa de
Igea, en La Rioja española en 2007.
Croquetas
de la Caracola
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Mi
tía la Caracola de Igea (2007)
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Ingredientes
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150
g de jamón crudo (que no sea muy apretado porque si no queda muy seco, decía
mi tía. Lo que los españoles llaman jamón de bodega va muy bien).
6 cucharadas de harina
(alrededor de 180 g).
½
cebolla.
Aceite
de oliva.
1
litro de leche.
Sal.
Huevo.
Pan
rallado
Ajo
y perejil.
Aceite
para freír.
Manteca
(opcional).
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Preparación
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1.- Rehogar la cebolla
picada, agregando el jamón para que se transparente algo.
2.- Agregar la harina y remover hasta que esté
integrada.
3.- Agregar la leche de a
poco y remover para que no se formen grumos.
4.- Salar y detener la
cocción cuando la consistencia es algo espesa y ya no tiene gusto a harina
cruda.
5.- Dejar unas horas en la
heladera.
6.- Armar choricitos de 5
ó 6 cm de largo por 2 cm de diámetro.
7.- Empanarlos a la
inglesa, pasándolos por harina, huevo (con ajo y perejil picados), pan rallado.
8.- Freír en aceite de oliva
muy caliente, cuidando de sacar los restos sólidos entre tanda y tanda.
9.- Escurrir en papel de cocina y servir calientes.
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Ajuste
personal
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Le
agrego 130 g de manteca en el paso (2) para completar la formación del roux.
Después
de empanarlas, paso (7), las dejo por lo menos media hora en la
heladera.
Aclaro
que el agregado de la manteca lo hago bajo autorización, porque la tía que
hace todo a ojo, me iba explicando y me dice “entonces terminas la bechamel”
(refiriéndose a los pasos (3) y (4)). En ese momento le pregunto “¿no le
ponés manteca?”… “Bueno, si quieres, sí”… una genia…
|
Vayamos, ahora, a la otra península. Las bombas de
arroz de la picada porteña tienen, según mi modesta opinión, su origen en la
receta siciliana de los arancini. He publicado una receta de ellos; pero es un
tanto complicada.(3) Por lo tanto, propongo hacer las bombas con restos de un
risotto y un poco salsa boloñesa. No es lo propio para denominarlos arancini;
pero sí para hacer bombas de arroz. Es como yo lo hago cuando estoy apurado y,
probablemente como la hicieron, por años, los tanos en La Argentina.
Bombas de arroz
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Fuente
(fecha)
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Adaptación
personal sobre la receta de arancini que tomé de un recetario siciliano que
adquirí en Taormina (2015)(4)
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Ingredientes
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Risotto
(enlace a la receta que publiqué)
Salsa
boloñesa (ver capítulo V del
presente artículo)
Harina.
Huevos.
Pan
rallado.
Sal.
Aceite
para freír, preferentemente de oliva.
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Preparación
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1.- Armar unas bolas del tamaño de una
mandarina con el arroz. Formar una cavidad en centro de cada bola y meter, en
ella una cucharada de salsa boloñesa. Cerrar nuevamente la bola. Si es
necesario, agregar un poco de arroz para que el relleno quede en el interior
de las bombas.
2.- En una fuente apropiada, batir los
huevos con una pizca de sal. Pasar las bolas por harina y, luego, sumergirlas en los huevos batidos de a unos pocos por
vez. Escurrirlos y pasarlos por el pan rallado.
3.- En una sartén profunda, calentar
abundante cantidad de aceite para la fritura.
4.- Sumergir las bombas en el aceite
bien caliente, de a unos pocos por vez. La fritura estará lista, cuando se
encuentren dorados sin exceso por fuera.
5.- Dejar que se escurran sobre papel de
cocina y servirlos calientes.
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Ajustes
personales
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1) La receta original que utilicé como base sostiene que los
Arancini deben freírse en aceite de maní. Yo prefiero usar el aceite de oliva
virgen para tal fin.
2)
Armo las bombas con todos los ingredientes fríos. Los llevo a la heladera por
30 minutos antes de empanarlos. Vuelvo a llevarlos a la heladera por 30
minutos, por lo menos, antes de freírlos.
3)
Aunque la receta original no lo indica, para el apanado prefiero la técnica
denominada a la inglesa: pasar las bolas primero por harina, luego por el
huevo y, finalmente, por el pan rallado.
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Comentarios
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Entiendo
que también se pueden comer fríos. De hecho, en los bares con comida al paso
de Sicilia, los sirven fríos, como puede ocurrir con la Tortilla de papas en
España. Sin embargo, al igual que las tortillas, la fritura recién hecha proporciona
un placer superior.
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Vayamos ahora a una receta
criolla que me pasó el ingeniero Daniel Fernández. El hombre trabaja en el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Salta. Ama el Valle Calchaquí.
Conoce la tierra, el clima y los productos del Valle como pocos. Hablando en su
casa sobre estos temas, hizo una defensa encendida de los porotos pallares, un
producto que tiene un arraigo milenario en la región y poca prensa en Buenos
Aires.
Daniel y su
esposa Elsa disfrutan de la cocina con productos y recetas argentinas. Luego de
aquella amable charla, les pedí algunas recetas. Entre las que me mandaron,
está esta de porotos pallares en escabeche. En un sentido parecido a lo que
ocurre con las berenjenas, no se trata de un escabeche estricto porque carece
de un medio ácido en su conservación. Estos porotos condimentados que llevan la
identidad argentina en el sabor que aporta el ají molido, es típico de la
picada porteña. Los que preparan en la Cervecería de López son los mejores que
comí después de los de Daniel.
Ya he publicado esta
receta. Pero me pareció que esta selección merecía que la reeditara porque
completa el trípode básico de las fuentes de la picada porteña: recetas
españolas, italianas y criollas.
Porotos pallares en escabeche
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Fuente (fecha)
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Daniel Fernández (2014)(5).
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Ingredientes
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Pallares de Cachi.
Ajo c/n.
Ají molido c/n.
Sal.
Aceite de girasol c/n.
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Preparación
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1.- Lavar bien los porotos y eliminar aquellos que estén
feos.
2.- Poner a hervir. Se sabrá cuando están, porque se
hinchan, cambian el color hacia un tono manteca o algo más oscuro y se
ablandan.
3.- Una vez fríos, se salan a gusto y se agrega ají
molido (la cantidad y el grado de picor lo maneja cada uno a su gusto) y ajo
picado muy fino.
4.- Se envasa en frasco con aceite.
5.- Al momento de consumir, se prepara una vinagreta,
utilizando el propio aceite del frasco. El tipo de vinagre es también a gusto
del comensal.
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Ajustes personales
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Le agrego un poquito de pimentón de Payogasta,
les da un toque más que interesante para mi gusto.
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Comentarios
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Daniel su receta con estos
comentarios(6):
1.- “El
poroto pallar es típico del Valle Calchaquí, ya que por sus características
se lo produce en zonas de altura. Para realizar esta preparación, nada mejor
que unos buenos pallares de Cachi.”
2.- En
relación con el aceite: “Algunos prefieren el de oliva, pero otros lo
encuentran de sabor fuerte al paladar, en ese caso nada mejor que un buen
aceite de girasol.”
3.- “Ideal
para acompañar una picada, o carnes a la parrilla por ejemplo.”
Agrego:
La vinagreta
con que Daniel completa el servicio, pareciera ser una referencia al
escabeche originario que da nombre a la receta. En libre asociación de ideas,
recuerdo ahora que, en Venecia, pedí unas sarde in saor, un plato tradicional
que debe llevar un acento marcado de acidez. Me lo sirvieron con una botella
de aceto cuya presencia me intrigó. Cuando probé el plato era dulce y carecía
de cualquier indicio de la acidez esperada… entonces entendí para qué estaba
esa botella sobre la mesa.
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El pescaito frito es típico de la cocina andaluza.
En La Argentina se prepara con cornalitos, representan el gran aporte
marplatense a los platitos de la picada porteña.
Cornalitos
fritos
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Fuente
(fecha)
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Recetas de Argentina (2017)(7)
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Ingredientes
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Cornalitos, ½ kg.
Harina 0000, cantidad
necesaria.
Aceite neutro (girasol o
mezcla de buena calidad), cantidad necesaria.
Limón, 1.
Sal, a gusto.
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Preparación
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1.-
Hay quien prepara los cornalitos sin quitarles la
cabeza ni las vísceras, a mi gusto quedan amargos de esa forma.
2.-
Sumergir los cornalitos en abundante agua fría.
3.-
Tomarlos de a uno, tirar de la cabeza imprimiendo
un movimiento circular, de esta forma se retiran también las vísceras.
4.-
Lavar y escurrir los cornalitos.
5.-
Pasarlos por harina y freír de a poco con abundante
aceite caliente hasta que estén dorados.
6.-
Retirar y escurrir sobre papel absorbente.
7.- Servir acompañado del
limón cortado en gajos.
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Ajustes
personales
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Uso
aceite de oliva en la fritura.
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Comentarios
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Amo
las recetas de Laura en el sitio Web Recetas de Argentina. Sus fórmulas
coinciden plenamente con mis conocimientos y gustos. Por eso celebro,
encontrarme con ellas, cada vez que busco una receta argentina en la
Internet. Este ha sido el caso.
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Hasta aquí las recetas
que propongo para invitarlos a renovar la picada porteña y prepararla en casa.
En la próxima sección, van un par de recetas para preparar algunos ingredientes
que se usan en las preparaciones expuestas.
V Anexo de recetas
complementarias
Ratatouille
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Fuente
(fecha)
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Basado
en una receta de Paula Méndez Carreras (c. 2005).(8)
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Ingredientes
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1 berenjena.
1 zucchini
1
cebolla
1
ají pimiento rojo
1
ají pimiento verde
1
tomate maduro
Sal
y aceite de oliva
Romero
Tomillo
1 diente de ajo (opcional)
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Preparación
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1.- Cortar las verduras en cuadrados de 0,5 cm de
lado, teniendo en cuenta que a los morrones y tomates es necesario quitarles
las pepitas y que, en el caso de la berenjena y el zucchini, sólo se usa la
piel con un poco de carne, no se debe llegar a las semillas.
2.- Rehogar cada verdura por separado y reservarlas
en un colador.
3.- Cocinar todo junto en
una olla y condimentar con sal y romero y tomillo frescos picados. Poner el
diente de ajo entero, machacado y con la camisa (opcional) en el momento de
la cocción conjunta.
4.- Dejar que los jugos se
aquieten por unos minutos. Se puede comer caliente, tibia o fría (como en el
caso del pintxo que se propone arriba).
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Ajuste personal y
comentarios
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1) Si releo la receta en la
Web, descubro unos detalles que no recuerdo de cuando la tomé directamente del
programa. Por ejemplo, no recuerdo que en el programa haya agregado tomates
(de hecho, no está en la lista de ingredientes de la Web, aunque sí en el
procedimiento). Durante años preparé
esta receta sin tomates hasta que descubrí que le aporta bastante en la
untuosidad final del plato y en la compleja trama de sabores.
2) Con respecto a los
condimentos: el recuerdo que tengo del programa fue el subrayado que la
cocinera hizo de la combinación de romero y tomillo como una constante de la
cocina provenzal.
3) Suelo pelar y filetear
el ajo que puse entero, cuando estoy por servir o, incluso, pelarlo,
filetarlo y dorarlo en una olla antes de agregar las verduras saltadas para
la cocción final indicada en el paso 3).
4)
El tomate lo agrego cuando hago la cocción final (paso (3)) sin freírlo
previamente como indica la receta de la Web.
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Salsa
boloñesa
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Fuente
(fecha)
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Recetas de Argentina (2017) (9)
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Ingredientes
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Tomates perita pelados, sin semillas y
cortados en cubitos 6 (se los puede reemplazar por una lata de tomates al
natural cubeteados)
Cebolla mediana, 1.
Ajo, 1 diente.
Carne picada, ¼ kg.
Vino blanco, 1 vaso.
Caldo, cantidad necesaria.
Ramo de hierbas (orégano, tomillo, laurel,
perejil, un tallo de apio), preferentemente frescas, 1.
Aceite de oliva, cantidad necesaria.
Laurel, 2 hojas.
Sal y ají molido
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Preparación
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1.-
Picar cebolla.
2.-
Calentar la sartén.
3.-
Agregar un chorro de aceite de oliva.
4.-
Rehogar la cebolla a fuego moderado hasta que transparente.
5.-
Agregar la carne picada y saltear a fuego vivo, revolviendo.
6.-Incorporar
un vaso de vino blanco, revolver y dejar reducir cinco minutos.
7.-
Poner las hierbas.
8.-
Agregar los tomates.
9.-
Condimentar con el ají molido y la sal y cocinar lña salsa bolognesa al menos
½ hora, agregando un poco de caldo de ser necesario.
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Ajuste
personal
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Cuando se trata de preparar una salsa
para rellenar bombas de arroz, reduzco los tomates a la mitad y duplico la
cantidad de carne. La salsa debe quedar espesa, casi seca.
Para introducir variaciones en las bombas,
se puede usar carne de cerdo o cordero.
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Comentarios
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Nuevamente recurro a Laura y las
Recetas de Argentina. No he estudiado, ni me interesa hacerlo en el momento,
su desvío con relación a la ortodoxia de las fórmulas originarias de la Emilia
Romania porque estoy buscando un sabor argentino en este artículo… ya llegará
el momento de ocuparme de ello.
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¡Bueno provecho!
Notas
y bibliografía:
(1) Leído en http://quenotefalteunperejil.blogspot.com.ar/2014/04/tapa-de-morcilla-queso-y-miel.html,
el 18 de enero de 2017.
(2) Leído
en http://elrecopiladordesabores.blogspot.com.ar/2012/06/las-croquetas-de-la-caracola.html,
el 18 de enero de 2017.
(3)
Publiqué una receta de arancini: leído el 19 de enero de 2016 en http://elrecopiladordesabores.blogspot.com.ar/2016/12/arancini-cataneses.html.
Pero hay una mejor en 2016, Rosemberg, Raquel, Sabores que matan, Buenos aires, Catapulta editores, pag. 170.
(4) S/D,
S/indicación de autor, Profumi e sapori della cucina siciliana, Milano,
Grafiche Milan Cards snc, adquirido en Taormina en 2015, pp. 16-17.
(5) 2015,
de Daniel Fernández a Mario Aiscurri, Salta, correo-e del 12 de febrero.
(6) Ídem.
(7)
Receta de Laura, leída en http://recetasdeargentina.com.ar/cornalitos-fritos/,
el 19 de enero de 2017.
(8)
c 2005, Méndez Carreras, Paula, Hierbas
y Vegetales, programa de la señal el Gourmet, leído en http://elgourmet.com/receta/ratatouille-3,
el 17 de enero de 2017.
(9)
Receta de Laura, leída en http://recetasdeargentina.com.ar/salsa-bolognesa/,
el 19 de enero de 2017.
Querido Recopilador,
ResponderEliminarLeí con placer y nostalgia tu artículo. Es cierto que las tablas achataron lo que era una forma tradicional de servir. No olvidemos que existían y es vendían a rolete para regalar en los casamientos las bandejas de acero con huequitos donde posicionar los ingredientes.
El antecedente o versión italiana del vermouth es el aperitivo, que como su nombre indica es la apertura, el telón que se abre para dar espacio a la comida que vendrá después. Viene rigurosamente acompañado por aceitunas, quesitos, papas fritas, maníes, bruschettine, croquetitas... y raramente por fiambres. Ya escribí algo acerca de las bebidas amargas en Italia que sirven tanto para abrir como para cerrar comidas, pero hay más para exponer, todo interesante. La bebida "vermut" es de invención italiana. Continuará, un afectuoso saludo de La Instigadora Culinaria
Gracias, querida Instigadora, por tus comentarios.
EliminarEl vermucito como aperitivo. En casa de mi tío Carlos, era un clásico.
Es notable lo que contás sobre la composición de ingredientes del aperitivo italiano. Se parece mucho al chiquiteo que consiste en tomar una tapita, o incluso un café, en un bar antes de ir a casa por la comida.
La picada porteña que se nutre en esas fuentes, ha adquirido status de comida principal. Ignoro si esto ocurre, o ha ocurrido, en España o Italia.
La nostalgia de la que hablás se puede curar, alentando la práctica de preparar picadas más sofisticadas en casa o yendo a los bares y restaurantes que las ofrecen todavía en Buenos Aires.
Lamentablemente del Almacén y Bar de San Cristóbal cerró. Pero el Café de García, en Devoto, y la Cervecería de López, en Villa Ortuzar, siguen vivitos y coleando.
También se puede ir a Matu's en el Barrio de San José del Talar (cerca de la Facultad de Agronomía) donde podés elegir los ingredientes de tu picada. Allí tenés quesos y fiambres, pero también croquetas y escabeches, entre otras cosas.
Recientemente, tuve una grata sorpresa con una picada, muy afrancesada por cierto, en la confitería London de Perú y Avenida de Mayo, en el barrio de Moserrat, a una cuadra de la Plaza de Mayo. Lleva escabeches y algunos estofados calientes.
Mario... qué eso del "chiquiteo"? Nunca lo había escuchado nombrar,y curiosamente los platitos del aperitivo que se sirve en Venezia se llaman CICCHETTI (pronúnciese chiqueti, con dobles consonantes). Quién desciende de quién, Mario?
EliminarNotable.
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