sábado, 7 de enero de 2017

Empanadas polaquitas



Hace varios años, debió ser por 2012 porque comentábamos en el trabajo cuestiones referidas a las primeras recetas de El Recopilador de sabores, María Fernanda me comentó que en la familia de su marido, en San Miguel de Tucumán, cuando se celebraba algo con un asado, su tío abuelo Alexis, le decía a su esposa “¿Por qué no te preparás una empanadas polaquitas?”.

Sorprendido, exclamé “¿Empanadas polaquitas? ¿Cómo se hacen?”. Fernanda me explicó que eran unas pequeñas empanadas rellenas de papas que se cocinaban hervidas. “¡Ah, varenikes!”, dije por fin… “Sí, sí pero en la familia de Ulises las llaman “empanadas polaquista… si querés, te escribo la historia.” 
La imagen pertenece a María Fernanda Mina 

Algún tiempo después, Fernanda me mandó un correo electrónico con la historia completa, aquí va, y después la receta:

“Cuenta la historia de la familia de Ulises (mi marido); de mamá tucumana y papá bahiense, que en San Miguel de Tucumán allá por los años 40 había venido “en los barcos” OLESKA KOLISNYK un polaco de ojos azules escapando de la guerra. Este país lo recibió y la provincia de Tucumán lo alojó sin poder volver nunca a su tierra.

”El polaco, como le decían, trabajó incansablemente y de cualquier cosa para poder ganarse el pan de cada día, entre tantas tareas que hizo, vendía carbón a domicilio.

”En una casa de la alta sociedad de San Miguel, la casa de los Rondoletto, trabajaba Juana como cocinera (dicen, en la familia, que era una de las mejores), ella lo recibía cada tarde de invierno con un café con leche y alguna dulzura para aminorar el frío. Entre charla y charla, bolsas de carbón y café caliente; se enamoró del Polaco. Ella solía decir: “Venía el gringuito y lo único que se le veía eran sus ojos azules, lo demás era todo negro, puro carbón”. El se enamoró de ella. Se casaron y tuvieron dos hijos Juan y Cristina.

”Así es como esta receta el polaquito, el gringuito, Alexis llegó a manos de Juana y así a nuestra familia.

”Las polaquitas son para acompañar el asado, el lechón, cualquier carne asada o al horno.”(1)
Barenikes de la abuela Juana
Fuente (fecha)
María Fernanda Mina (2016)
Ingredientes
Masa:
½ paquete de harina común (500 g).
½ paquete de manteca (100 g).
Agua (250 cc).
Salmuera (10 g de sal gruesa disuelta en agua tibia).
Relleno:
½ kg de papas.
100g. de manteca.
200 g de queso provolone o reggianito rallado.
Nuez moscada a gusto.
Preparación
Masa:
1.- Mezclar los ingredientes amasar bien. Dejar descasar media hora, por lo menos.
Relleno:
2.- Preparar un puré bien seco.
Armado:
3.- Hacer bolitas chicas con la masa (como para empanadas de copetín).
4.- Oflar las bolitas (estirarlas con palo de amasar) para darles forma circular.
5.- Rellenar con puré y cerrar las empanaditas (van solo cerradas, sin repulgue).
6.- Sumergirlas en agua hirviendo salada y dejarlas cocinar por 15 minutos.
7.- Servir, cuando el asado está listo, en una fuente o bandeja con un poco de manteca para que no se peguen.
Notas y bibliografía:
(1) María Fernanda Mina a Mario Aiscurri, correo-e del 9 de junio de 2016.

2 comentarios:

  1. Rara receta y combinación! Los varenikes de mi abuela rusa judía eran de papa y cebolla rehogada, con más cebolla como salsa. Y no me imagino las "empanaditas polacas" como acompañamiento de un asado, pero habrá que probar...

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    1. Gracias, Anónimo, por sus comentarios.
      La historia de la receta es verdadera.
      Sin embargo, si uno analiza la receta, ve en ella un fuerte proceso de acriollamiento, tanto en la circunstancia en que se comen, como en el relleno.
      No llevan carne se cerdo, por ello, estas empanaditas pueden asociarse a los varenikes. Sin embargo, no habría que descartar que provinieran de alguna receta familiar de pierogis.

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