El Americano Gancia es un
producto comercial pensando para el momento del aperitivo. Se trata de un licor
macerado que ha tenido amplia aceptación entre los argentinos desde hace casi
un siglo. Se toma con soda y se acompaña con “ingredientes”, es decir, el
típico “triolet” porteño (maníes tostados, chips de papas fritas y palitos
fritos salados) con o sin el agregado de algunos platitos (salame, jamón cocido
o queso gouda cortados en dados, aceitunas, simples o rellenas de morrón, etc.)
y rodajas de pan francés.
Las imágenes pertenecen al autor
Es tal la pasión argentina
por este licor que muchos han intentado prepararlo de forma casera con
excelentes resultados. La web está llena de recetas que el lector puede
consultar. De modo que es bueno preguntarse qué tiene de particular la receta
de Veis, qué justifica su inclusión en El Recopilador de sabores.
Bastaría con que les dijera que he probado el que hace mi amiga y que me gusta
más que el original. Pero hay algo más rico e interesante, la historia personal
que le da origen a su receta.
Como ya lo he dicho en el
artículo central de esta recopilación, mis amigas Veis Molinari y Merche Gámez
comparten un grupo de amigos aficionados a los deportes náuticos. Ellos
organizan “expediciones” en el río Paraná, se internan en el Delta y llegan
hasta islas y recovecos que encuentran río arriba, buscando la salud que aportan
el contacto con la naturaleza y con la bonhomía de los paisanos que allí viven.
Pero, veamos cómo lo cuenta Mercedes:
“Es costumbre
remar por el Paraná, río arriba, río abajo y también internarse por los casi
infinitos arroyos y canales con nombre muy diversos. El caso es que, en general,
nos topamos con carteles poco halagüeños que rezan “Prohibido bajar”,
“Propiedad Privada”, “No Bajar”, etc., etc., y es por esto que el personaje del
cual escribiré se torna relevante.
”Martín vive en
las islas a la orilla del Paraná y a 10 km de nuestro club de remo. Hace
algunos años, bajamos a su territorio tentados por la ausencia de carteles
intimidatorios. Se acercó con su tractor y empezó una hermosa amistad que nos
permitió conocer la isla y las costumbres de su gente. Su trabajo de puestero
de un territorio extenso de la isla no le permite movilizarse y es así que
muchas veces llevamos cosas que necesita y compramos sus cosechas de nueces de
pecan.
”La vida de la
isla es muy dura. Es gente de trabajo intenso, plantan y talan árboles, los
trasladan, crían búfalos (son los únicos que se adaptan a la geografía de las
islas) y arrancan los juncos y totoras que crecen en la vera de los arroyos y
que se usan para cestería y cortinas.
”Las casas están
construidas en alto a sabiendas de los problemas que acarrean las sucesivas
inundaciones.
En el extenso
territorios que cuida nuestro amigo Martin, se dedican a la plantación de jazmines,
de más está decir, lo delicioso que es llegar en los meses de verano y sentir
el aroma intenso de tantos jazmines florecidos. Además, de los frutales,
arboles de pomelo, naranja, mandarinas, limones, flores que crecen en forma
exuberante en esa tierra fértil (azaleas, hortensias, orquídeas) y los hermosos
árboles de nueces de pecan tan populares en estas islas.
”Fue así que paulatinamente fuimos
elaborando alimentos y licores con los frutos de esta tierra. Bizcochuelos de
todos los frutales con nueces, dulces y mermeladas varias y licores (lemoncelo
y quinotos) y aperitivos como el “Gancia”.”(1)
Uno de los circunstantes
miembros de la cofradía les pasó la receta de ese “Gancia” que Veis prepara con
frecuencia, y Mercedes, a veces. Lector, cuando prepare este licor, recuerde
que lo más importante no está en la receta, sino en la calidad de los productos
cítricos que se utilizan.
Aquí va la receta de Veis,
con las variantes que introduce Mercedes cuando lo hace por su cuenta…
Licor “americano” casero
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Fuente (fecha)
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Edelweiss “Veis” Molinari (2016)
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Ingredientes
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1 pomelo.
1 naranja.
1 limón.
2 clavos de olor.
1 chorro de vainilla.
1/2
litro de alcohol etílico.
750 g de azúcar.
Agua c/n.
Mercedes le quita el clavo de olor y usa 1kg de azúcar.
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Preparación
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1.- Cortar los cítricos en pedacitos pequeños. Van con la
cáscara y
las semillas.
2.- Poner todos los ingredientes en una damajuana de 5 litros, agregar
agua filtrada o mineral hasta llenar el envase. Tapar bien. Sacudir el
contenido para que se mezclen los ingredientes y se disuelva el azúcar.
3.- Dejar el contenido en maceración por un mes, poniendo la
damajuana en un lugar en que no le dé la luz directa.
4.- Cada tanto, sacudir la mezcla.
5.- Cumplido el mes colar el líquido varias veces, por lo menos
cuatro, hasta que no queden restos sólidos.
6.- Embotellar y conservar en lugar fresco.
7.- Cada tanto, regalarle una petaquita de licor a El
Recopilador de sabores.
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Notas
y bibliografía:
(1) Mercedes
Gámez a Mario Aiscurri, correo-e del 6 de octubre de 2016.
Una petaquita no será poco por tanta promoción?
ResponderEliminarNo, no es una sola. Es una por cada damajuana que haga.
EliminarPrometo que lo voy a hacer. Luego cuento. Y si sale bien. Una botella para el recopilador y otra para la dueña de la receta.
ResponderEliminarGracias, Mario, por tus comentarios.
EliminarEspero la botella que me vas a dar, porque estoy seguro que te va a salir bien.