Georges
Clemenceau (1841-1929) fue una de las figura políticas más
importantes de la Tercera República francesa. Fue presidente del
Consejo de Ministros entre 1906 y 1909 y volvió a serlo en 1917 en
los momentos más críticos de la Gran Guerra. Fue uno de los
ilustres invitados a las celebraciones del centenario de la
Revolución de Mayo. Como consecuencia de ello visitó La Argentina
en 1910, realizando escalas en la República Oriental del Uruguay y
la República Federativa del Brasil. Las impresiones recogidas en el
viaje fueron publicada en L'Illustration.(1)
La cocina porteña
“Difícilmente
se puede hablar de la cocina de Buenos Aires -más bien
internacional-, excepción hecha de las casas que se pueden permitir
el lujo de un jefe de cocina francés. Influencia marcada de Italia
con sus pastas y sus quesos. Poca variedad en los pescados.
Deplorable costumbre de una carne rebelde, por la sencilla razón de
hacer uso de ella demasiado recientemente muerta. Legumbres
indiferentes. Demasiados frutos tropicales y demasiado efecto
tropical sobre las frutas europeas. Cabrajos y pescados de Europa,
importados por los frigoríficos -poco recomendables. Agua magnífica.
Platos nacionales: el puchero,
buey hervido, excelente cuando el animal (lo cual es raro) no ha sido
sacrificado por la mañana; el asado,
cordero asado todo entero, sabroso recuerdo de mis excursiones por
Grecia, donde los encontré con el nombre de cordero a la palikara.
Podría añadir una larga lista cuyo principal interés serían
nombres raros dados a platos conocidos. Sobre el fondo inmutable del
hombre y de sus sociedades, ¿no está el placer más claro de
nuestros cambios, en la variedad de las apariencias y de las formas
de expresión?”(2)
Notas
y Bibliografía:
(1)
1986, Clemenceau, Georges, Notas
de Viaje por América del Sur,
Buenos Aires, Hyspamérica, traducido por Miguel Ruiz.
(2)
Ídem, pag. 104.
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