José
Luis Busaniche fue un notable historiador argentino. Nació en Santa Fe de la
Veracruz, capital de la Provincia de Santa Fe, en 1892 y falleció en San
Isidro, Provincia de Buenos Aires, en 1959. Sus obras más importantes están
relacionadas con los bloqueos franco – británicos de 1838 y 1843, el papel que
jugó la Provincia de Santa Fe en esas circunstancias, el Gobierno de Juan
Manuel de Rosas y la construcción del federalismo argentino. En 1938 publica un
libro de lecturas históricas argentinas que reedita en 1959 con el título de Estampas
del Pasado.(1) Este libro ha servido de inspiración para
la sección “Residuos del Pasado” de El Recopilador He rescatado varios textos
de la colección, reproduciendo parte de las prolija referencias de Busaniche.
Tomás
Falkner (1697-1784) médico inglés que ingresó en la Compañía de Jesús en Buenos
Aires, pasó la mayor parte de su vida en el Río de la Plata. Son famosos sus
textos descriptivos del la región.(2)
Ganado
alzado en la pampa 1744(3)
“El comercio principal del país es la
ganadería. En todas partes tienen grandes majadas de ovejas y cuando yo recién
llegué era tanto el ganado vacuno, que, fuera de los rodeos de hacienda mansa,
en inmensa cantidad alzado y sin dueño, se extendía por todos los llanos a una
y otra parte de los ríos Paraná, Uruguay, y aún del mismo Río de la Plata; y
poblaban todas las pampas de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y Córdoba. La
codicia, empero, y el descuido de los españoles han destruído a tal grado el
ganado alzado, que a no ser por el hecho providencial de alguna gente algo más
previsora, ya la carne se hubiese puesto carísima en aquellas regiones. En los
primeros tiempos, no pasaba año sin que zarpasen de seis a ocho buques de
Buenos Aires cargados de cueros en su
mayor parte. Grandes eran las matanzas que se hacían sin que se aprovechase más
que los cueros, la gordura y el cebo; pero la carne se tiraba al campo para que
se pudriese. El consumo anual de ganado que se carneaba sólo en esta forma, en
la jurisdicción de esta ciudad de Santa Fe, que no era más que una de tantas,
no dejaba de alcanzar unos cientos de miles; y la costumbre aún no se ha dejado
del todo; esto no obstante, el ganado se conserva barato, y aun en Córdoba los
novillos se venden a dos pesos por cabeza; más es el caso que antiguamente no
hubiesen alcanzado a la mitad del precio actual.
“Hay también gran copia de de
caballos mansos, y un número increíble de baguales. El precio de un potrillo de
dos o tres años es medio peso, o sea dos chelines y cuatro peniques; el caballo
de servicio vale dos pesos, y la yegua, tres reales, y hasta dos a veces. Los
caballos alzados no tienen dueño, y andan disparando en grandes manadas por
aquellas vastas llanuras que delimitan hacia el este con la provincia de Buenos
Aires y el mar océano hasta el Río Colorado; al oeste con la cordillera de
Chile y el primer Desaguadero; al norte con las sierras de Córdoba, Yacanto y
Rioja; y al sur con los bosques que son los límites entre los Tehuelhets
y Diuihets. Se lo andan de un lugar a otro contra le viento, y en un
viaje que hice al interior, el año 1744, hallándome en estas llanuras durante
unas tres semanas, era un número tan excesivo que durante quince días me
rodearon por completo. Algunas veces pasaron por donde yo estaba en grandes
tropillas a todo escape durante dos horas sin cortarse; y durante todo este
tiempo, a duras penas pudimos, yo y los
cuatro indios que entonces me acompañaban, librarnos de que nos atropellasen e
hiciesen mil pedazos. Otras veces he transitado por esta misma región sin ver
uno solo de ellos.
“A la gran abundancia de caballos y
ganado vacuno se atribuye el que los españoles e indios no cultiven sus tierras
con ese cuidado y diligencia que se requiere y que la ociosidad haya cundido
tanto entre todos ellos. Lo más sencillo es que cualquiera de ellos pueda tener
o amansar una tropilla de caballos mientras que armado con su cuchillo y su
lazo está ya habilitado para proporcionarse mantención: vacas y terneros abundan
y lejos de la vista de los dueños; así es que fácil es carneralos sin que se
aperciban y ésta es la práctica general.”
Notas
y Bibliografía:
(1)
1959, Busaniche, José Luis, Estampas del pasado, lecturas de historia
argentina, Buenos Aires, Hyspamérica.
(2)
1774, Falkner, Tomás, Descripción de la Patagonia, publicado en castellano en
1911, Universidad Nacional de La Plata, Biblioteca Centenaria.
(3)
Busaniche, José Luis, Op. Cit., pp. 78-81.
Qué interesante tu blog!! ¡Cuántas cosas voy a aprender! Aquí me quedo de seguidora
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Ruqui, por tus comentarios.
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