sábado, 23 de febrero de 2013

Testimonios del Padre Falkner sj (1744)


José Luis Busaniche fue un notable historiador argentino. Nació en Santa Fe de la Veracruz, capital de la Provincia de Santa Fe, en 1892 y falleció en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, en 1959. Sus obras más importantes están relacionadas con los bloqueos franco – británicos de 1838 y 1843, el papel que jugó la Provincia de Santa Fe en esas circunstancias, el Gobierno de Juan Manuel de Rosas y la construcción del federalismo argentino. En 1938 publica un libro de lecturas históricas argentinas que reedita en 1959 con el título de Estampas del Pasado.(1) Este libro ha servido de inspiración para la sección “Residuos del Pasado” de El Recopilador He rescatado varios textos de la colección, reproduciendo parte de las prolija referencias de Busaniche.    
Tomás Falkner (1697-1784) médico inglés que ingresó en la Compañía de Jesús en Buenos Aires, pasó la mayor parte de su vida en el Río de la Plata. Son famosos sus textos descriptivos del la región.(2) 
Ganado alzado en la pampa 1744(3)
El comercio principal del país es la ganadería. En todas partes tienen grandes majadas de ovejas y cuando yo recién llegué era tanto el ganado vacuno, que, fuera de los rodeos de hacienda mansa, en inmensa cantidad alzado y sin dueño, se extendía por todos los llanos a una y otra parte de los ríos Paraná, Uruguay, y aún del mismo Río de la Plata; y poblaban todas las pampas de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y Córdoba. La codicia, empero, y el descuido de los españoles han destruído a tal grado el ganado alzado, que a no ser por el hecho providencial de alguna gente algo más previsora, ya la carne se hubiese puesto carísima en aquellas regiones. En los primeros tiempos, no pasaba año sin que zarpasen de seis a ocho buques de Buenos Aires  cargados de cueros en su mayor parte. Grandes eran las matanzas que se hacían sin que se aprovechase más que los cueros, la gordura y el cebo; pero la carne se tiraba al campo para que se pudriese. El consumo anual de ganado que se carneaba sólo en esta forma, en la jurisdicción de esta ciudad de Santa Fe, que no era más que una de tantas, no dejaba de alcanzar unos cientos de miles; y la costumbre aún no se ha dejado del todo; esto no obstante, el ganado se conserva barato, y aun en Córdoba los novillos se venden a dos pesos por cabeza; más es el caso que antiguamente no hubiesen alcanzado a la mitad del precio actual.
Hay también gran copia de de caballos mansos, y un número increíble de baguales. El precio de un potrillo de dos o tres años es medio peso, o sea dos chelines y cuatro peniques; el caballo de servicio vale dos pesos, y la yegua, tres reales, y hasta dos a veces. Los caballos alzados no tienen dueño, y andan disparando en grandes manadas por aquellas vastas llanuras que delimitan hacia el este con la provincia de Buenos Aires y el mar océano hasta el Río Colorado; al oeste con la cordillera de Chile y el primer Desaguadero; al norte con las sierras de Córdoba, Yacanto y Rioja; y al sur con los bosques que son los límites entre los Tehuelhets y Diuihets. Se lo andan de un lugar a otro contra le viento, y en un viaje que hice al interior, el año 1744, hallándome en estas llanuras durante unas tres semanas, era un número tan excesivo que durante quince días me rodearon por completo. Algunas veces pasaron por donde yo estaba en grandes tropillas a todo escape durante dos horas sin cortarse; y durante todo este tiempo, a duras  penas pudimos, yo y los cuatro indios que entonces me acompañaban, librarnos de que nos atropellasen e hiciesen mil pedazos. Otras veces he transitado por esta misma región sin ver uno solo de ellos.    
A la gran abundancia de caballos y ganado vacuno se atribuye el que los españoles e indios no cultiven sus tierras con ese cuidado y diligencia que se requiere y que la ociosidad haya cundido tanto entre todos ellos. Lo más sencillo es que cualquiera de ellos pueda tener o amansar una tropilla de caballos mientras que armado con su cuchillo y su lazo está ya habilitado para proporcionarse mantención: vacas y terneros abundan y lejos de la vista de los dueños; así es que fácil es carneralos sin que se aperciban y ésta es la práctica general.”
Notas y Bibliografía: 
(1) 1959, Busaniche, José Luis, Estampas del pasado, lecturas de historia argentina, Buenos Aires, Hyspamérica.
(2) 1774, Falkner, Tomás, Descripción de la Patagonia, publicado en castellano en 1911, Universidad Nacional de La Plata, Biblioteca Centenaria.
(3) Busaniche, José Luis, Op. Cit., pp. 78-81.

2 comentarios:

  1. Qué interesante tu blog!! ¡Cuántas cosas voy a aprender! Aquí me quedo de seguidora
    Saludos

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