¿Quién no ha probado buñuelos de algún tipo en
su vida? Dulces o salados, estas frituras nos han acompañado desde la infancia.
Pero, ¿quién ha probado buñuelos de algas?
Elizabeth Spoton prepara estos bocados que se
me antojan infrecuentes en las mesas del ancho mapa rioplatense; pero bastante
habituales en La Paloma, costa de Rocha en la República Oriental.
Debo confesar que la foto que publicó en el
grupo Cocineros Argentinos de Facebook me resultó impactante, tal vez
porque cifraba la estatura de mi ignorancia. (1)
I ¿Qué son los buñuelos?
Dije que todos, o mejor dicho, casi todos
estuvimos en contacto con estas frituras. ¿Qué son los buñuelos?
Francisco
Abad Alegría, gastrónomo español que procura recoger las auténticas fórmulas de
la cocina española, nos dice:
“La
denominación se ha aplicado a fórmulas diversas con una base común: masa suave
de harina generalmente con huevos, que puede incluir algún otro producto y que
se fríe en aceite. /…/.” (2)
Tomo la definición por su claridad y simpleza
y no porque estemos frente a una fórmula exclusivamente española. Los
argentinos, en particular, y los rioplatenses, en general, hemos tenido
contacto con recetas españolas e italianas de buñuelos. De hecho, he publicado
una receta de críspeles de clara raigambre itálica en El Recopilador de
sabores entrañables. (3)
La definición de don Francisco nos permite
establecer que los buñuelos no representan una receta particular, sino una idea
gastronómica genérica. Así vemos como ese “algún otro producto” nos remite una
diversidad tal como para que las algas perfectamente encuentren un lugar con la
misma ortodoxia que las acelgas o las manzanas. Porque, también es sabido, la idea
permite realizar indistintamente preparaciones dulces o saladas, casi todos
tenemos la experiencia tenemos experiencia de ello.
En lo personal, en mi familia de origen
español, se cultivaban dos recetas. Una dulce, buñuelos de manzana, otra
salada, “bocadillos” de acelga. Esta última denominación nos introduce en otro matiz
del tema.
II El problema de la denominación
La variación de denominaciones es también
amplia, como suele ocurrir con muchas preparaciones tradicionales.
Ignoro por qué, en mi familia, se usaba la
expresión “bocadillos” para los buñuelos de acelga, utilizando un morfema diminutivo
ajeno a nuestro castellano rioplatense. La difusión de la expresión excedía a
mi familia, claro está, y fue usada para aludir a los buñuelos en algunos
recetarios. (4) La expresión “bocaditos”, más cercana a nuestro habla, también fue
usada para referirse a distintas recetas de buñuelos. (5)
Doña Lola los llamaba frituras, tomando la
definición por la forma de cocción. (6) Si bien, no responde a la nomenclatura
tradicional, no representa una denominación desacertada, como otras algo
caprichosas que vi por allí y que solo quiero mencionar como “croquetas” y
“torrijas”. También, genéricamente hablando, ambas denominaciones refieren a
ideas gastronómicas diferenciadas, de manera clara y distinta, de los buñuelos
que aquí nos ocupan.
III Una receta para psicoanalistas porteños
Durante muchos años, La Paloma fue el
balneario predilecto de algunos psicoanalistas porteños, entre los que se
encontraban algunos amigos personales, que se caían por allí en febrero. De allí
que siempre pensé que esta ciudad que no conozco debe ser un sitio se ensueño…
o de sueños interpretados.
Pero, vayamos a la receta de Elizabeth. En lo
personal, ya lo he dicho, me sorprendió la idea de usar algas para hacer estos
buñuelos. Nunca lo hubiera imaginado. La pregunta que me surgió fue ¿cómo se le ocurrió a
Elizabeth la receta?
Obviamente se
la formulé. Su respuesta fue:
“Siempre fue muy común hacer los buñuelos en La
Paloma.
”En el
balneario, todos conocemos los buñuelos de algas. Los restaurantes los ofrecen.
También en la feria de artesanos en verano. Yo hace muchos años los hago… y, la
verdad, son muy ricos.” (7)
Para ellos la receta de Elizabeth. (8)
Buñuelos de algas |
|
Fuente (fecha) |
Elizabeth Sponton (2020) |
Ingredientes |
Algas frescas cantidad a gusto. Huevos 1. Harina leudante 400 g. Cerveza helada 1 lata de 300 cc. Ají. Sal. Pimienta. Aceite para freír. |
Preparación |
1.- Buscar las algas comestibles en la orilla del mar de la
costa de Rocha. 2.- Lavarlas bien y picarlas chiquitas. 3.- Preparar la crema con cerveza bien fría, agregando huevos
y harina leudante y condimentado con sal, pimienta y ají. 4.- Integrar las algas picadas. Mezclar hasta obtener una
crema espesa. 5.- Hacer buñuelitos con una cuchara y freírlos en aceite
caliente. 6.- Colocar la fritura sobre papel absorbente unos minutos y
comer calientes. |
Comentarios |
De Elizabeth: 1.- Desconoce el nombre de la especie da algas que usa. 2.- Llama crema de cerveza a la masa que servirá de base para
los buñuelos. De modo que, aquí, llamaremos crema a esa pasta. 3.- La cantidad de algas es variable según el gusto del
cocinero. A Elizabeth le gusta que lleven mucha cantidad. El detalle a cuidar,
entonces, es que la crema de cerveza quede espesa. 4.- A Elizabeth le gusta
acompañar los buñuelos con una salsa de queso crema, ajo picado, sal y
pimienta. Lo recomienda. 5.- También se pueden comer
fríos, pero es mejor comerlos cuando están calientes, recién fritos. Míos: 1.- Elizabeth recoge personalmente las algas frescas cuando está
en su “rancho” en La Paloma. De modo, que habría que ver qué algas comestibles
se pueden conseguir en los comercios de Buenos Aires para reemplazar las que ella
cosecha en el mar de Rocha. |
Notas y bibliografía:
(1) 2020, Elizabeth
Sponton, en Cocineros Argentinos,
grupo privado de Facebook, leído el 17 de octubre de 2020 en https://www.facebook.com/groups/583823478392404/permalink/3338916242883100/.
(2) 2017, Abad Alegría, Francisco, En busca de lo auténtico (Raíces de nuestra cocina tradicional),
Gijón, Trea S. L., pp. 181-182.
(3) 2012, Aiscurri,
Mario, “Crispeles”, en El Recopilador de
sabores entrañables, leído el 10 de noviembre de 2020 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2012/07/crispeles.html
.
(4) Teófila Benavento
(1895) tiene varias recetas de “buñuelos”, todas ella dulces, pero una de ellas
ha sido expuesta bajo el título “Bocadillos especiales de banana, durazno,
manzana y pera”. Ver en 1895, Benavento, Teófila, La perfecta cocinera argentina, duodécima
edición, Buenos Aires, Tusquets, 2020, 1° edición de 1888, pp. 27-27.
Choly Berreteaga (2010) tiene una receta de “Bocadillos de merluza”, pero no se
trata buñuelos, sino de croquetas. Ver en 2010, Berreteaga, Choly, Cocina fácil para la
mujer moderna -edición aniversario 35°-, Buenos Aires, Editorial Atlántida,
1° edición 1976, ´pag. 39.
(5) Marta (1914-1957)
tiene una receta de buñuelos bajo el nombre de “Bocaditos de sesos”. Ver en 1957(c), Cocina
tradicional argentina por Marta, Buenos Aires, Distal, nueva edición de La
cocinera criolla, facsímil de una edición más moderna (no indica fecha),
2010 (1° edición 1914), pag. 13.
En El arte de cocinar (1974) hay un
capítulo de “Albóndigas y croquetas”. En él, hay una receta de buñuelos bajo el
nombre de “bocaditos de acelga”. Ver en 1974, Congregación de Hijas de María y Santa Filomena de
Tucumán, El arte de cocinar, San Miguel de Tucumán, Universidad Nacional
de Tucumán, 6ª edición (impresión) de 2011, pp. 189-204
(6) En el libro de Doña
Lola (1944) hay varias recetas bajo la denominación “Fritos de…”, muchas de las
cuales se corresponden con la definición que tomamos de “buñuelos”. Ver en 1944, L. P. de P., El arte de la mesa. Recetario de doña Lola, Buenos Aires, Guillermo Kraft LTDA, passim.
(7) 2020, Elizabeth
Sponton a Mario Aiscurri, correo-e del 9 de noviembre.
(8) Ídem, correos-e del
8 y 9 de noviembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario