El
guiso de mondongo que ofrecen muchos bodegones porteños en los días más crudos
del invierno, es un plato de la infancia que mi madre preparaba con cierta
frecuencia. Entre los guisos del invierno, este se destacaba entre los que yo
prefería. Creo que la presencia del chorizo colorado era un incentivo
irresistible, éste también era el caso del guiso de lentejas. Pescar un
pedacito de chorizo provocaba un placer extraordinario.
Pero
este plato de cuchara que es tan nuestro y tan apropiado a nuestros mejores
productos, no es una originalidad del país de las vacas. Por lo que sé,
atraviesa la Europa meridional desde el valle del Po hasta la estepa
castellana. Claro está que con diversas particularidades. No es lo mismo la
buseca italiana y las tripas a la mode de Caen de la Normandía francesa que los
callos a la madrileña o el guiso de mondongo argentino.
Una
pregunta clave es qué tan distantes están las preparaciones que sirven de
título al presente artículo. Veamos cómo trata el diccionario de la que fija,
limpia y da espendor los términos callo y mondongo. Veamos si a partir de sus
definiciones podemos establecer alguna diferencia entre los platos.
Callo, en 6° acepción: “Pedazos del
estómago de la vaca, ternera o carnero, que se comen guisados”.
Mondongo,
en 1° acepción: “Intestinos y panza de las reses, y especialmente los del
cerdo”.
En
el Río de la Plata, la palabra mondongo, en términos alimenticios, claro está,
se aplica al estómago de la vaca y no a los intestinos. El diccionario de la
Real Academia, como puede apreciarse, no da cuenta de la sinonimia existente
entre mondongo y callos en el habla de nuestra región. Dicho de otro modo, no
nos ayuda demasiado para establecer una diferencia conceptual. Habrá que
buscarla entonces en las recetas.
Expongo a continuación mi receta de bodegón porteño y la voy a
comparar analíticamente con los callos madrileños. Pero antes de seguir, es
necesario señalar que el bodegón no sólo ha recibido influencia española, también
la buseca italiana se encuentra en su recetario básico de invierno. A ella
dedico un artículo especial de esta recopilación.
Guiso de
mondongo
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Fuente
(fecha)
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Laura (1),
Cocineros Argentinos(2) y Doña Petrona(3)
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Ingredientes
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Mondongo,
1 kg.
Cebolla,
1 grande.
Ají
morrón colorado, 1.
Tomates
perita, 1 lata ó 6 unidades frescas.
2
dientes de ajo.
Chorizos
colorados, 2.
Panceta,
dos trozos de 100 g cada uno (si hay tocino salado, mejor).
Caldo
de verdura, cantidad necesaria.
Garbanzos,
150g.
Porotos
secos 150g.
Vino
tinto, 1 copa.
Aceite
de oliva, 4 cucharadas.
Sal,
laurel, ají molido, pimentón y perejil, a gusto.
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Preparación
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1.- Remojar los porotos y los garbanzos, por separado, por más
de ocho horas.
2.- Escurrir los porotos y los garbanzos y cocinarlos desde agua
fría hasta poco antes de que estén (el agua debe estar salada). Reservar.
3.- Eliminar la grasa del mondongo y hervirlo desde agua fría
por una hora y media. El agua debe estar salada. Se puede agregar un par de
hojas de laurel.
4.- Dejar que se enfríe y cortarlo en pequeñas tiras de 1 por 3
cm. Reservar.
5.- Pelar y picar las cebollas en doble ciselado. Cortar el
tomate en brunoise (si son frescos, pelarlos y quitarles las pepitas). Cortar
el morrón en una especie de juliana gruesa. Cortar la panceta en lardones.
Cortar los chorizos en trozos.
6.- Preparar un sofrito a fuego medio, siguiendo este orden:
desgrasar la panceta y los chorizos; sudar el ají, la cebolla y los ajos
(enteros); salar moderadamente; agregar el mondongo y dejar que se rehogue un
poco; agregar los tomates y dejar que se cocinen un poco. Finalmente,
desglasar con el vino tinto. Condimentar con hojas de laurel, pimentón, ají
molido y perejil picado.
7.- Cuando
se evaporó el alcohol, agregar el caldo y las legumbres. Corregir la sal.
Espumar, si es necesario. Agregar caldo, si es necesario (el guiso debe
quedar algo espeso). Cuando el mondongo y las legumbres están cocidos, apagar
el fuego.
8.- Servir en cazuelas con un chorro de aceite de oliva del
bueno y una lluvia de perejil picado.
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Comentarios
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Cocineros
Argentinos agrega salvia a los condimentos.
Ambas
recetas proponen pelar el chorizo antes de incorporarlo a la preparación. Mi
madre, por su parte, no lo hacía. Es un placer recuperar los trocitos de
chorizo casi enteros. Por eso, no los pelo.
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Antes de la comparación de
las recetas, veamos como tratan los recetarios argentinos el tema.
La recopilación de recetas sudamericanas de Juana Manuela Gorriti
(1890) contiene tres platos que se preparan con mondongo. En los tres casos se
refiere al estómago del animal. En dos recetas que provienen de la ciudad de
Buenos Aires (Mondongo y Mondonguito a la sultana), el ingrediente de ambas es
“panza de cordero”. En otra que proviene de Lima (habichuelas al mondongo), los
ingredientes principales son “mondongo y tripas de chancho”. Con todo, estas
recetas no utilizan mondongo de vaca y no consisten en platos de cuchara, por
ello no se parecen a las que estamos exponiendo aquí.(4)
El libro de Marta (1914) está dividido en dos partes. La primera
está dedicada a la cocina criolla, en tanto que la segunda pretende incluir
recetas de la cocina que ella llama cosmopolita. Si uno lee con atención, ambos
continentes no están claramente diferenciados. En la primera sección, encontramos
dos recetas de mondongo. El mondongo a la criolla se parece bastante al guiso
que presentamos aquí. En la otra, la criollidad del mondongo con chocolate
parece una excentricidad de la autora. En la segunda parte, en una sección
dedicada a sopas, aparecen dos recetas de buseca (a la genovesa y a la
veneciana). La palabra callos no aparece como título de ninguna receta.(5)
No es novedad que el recetario de José Eyzaguirre hace alarde de
afrancesamiento hasta en la visión cosmopolita sobre la que la alta cocina del
país galo se expone más como arquetipo platónico que como paradigma de
prácticas accesibles. Las palabras callos y busecca están ausentes en lo
nombres de las piezas de la colección. Obviamente, aparecen las Tripes a la
mode de Caen. Lo llamativo es que esta receta, incluida en el capítulo
“Menudos”, está precedida por 10 recetas de mondongo. Entre ellas, una que
lleva por título “Mondongo a la criolla”. Esta receta criolla no está
identificada en el libro con ningún país de nuestra América en particular. Se
parece bastante al guiso que ya hemos expuesto.(6)
En la edición 52° del Libro de Doña Petrona (2011) encontramos la
siguiente recetas: buseca, mondongo a la mode de Caen (tripas), mondongo al
gratín y mondongo guisado.(7) Si bien la edición 102° que publicó la editorial
Distal, es muy descuidada; se puede presumir que responde a las últimas
ediciones de la obra hechas en vida de la autora, es decir, en la década de los
años ochenta (por ejemplo, la edición 100° que fue editada en 1989 y a la que
aún no he tenido acceso). En esta edición, se reproducen las cuatro recetas de
la edición 52°, pero con un detalle: la receta de buseca fue removida de la
sección de sopas y agregada a la sección de carnes.(8)
Choly Berreteaga incluyó tres recetas con mondongo en su Cocina
fácil... Ellas son buseca a la genovesa, mondongo a la española y callos a la
madrileña. Este es el primer registro que encuentro de la de la expresión
“callos”. Los tres platos han sido clasificados por la autora como recetas de
carne y vísceras. La diferencia entre el mondogo y los callos es escasa en
cuanto a los ingredientes, pero significativa desde el punto de vista de la
técnica de cocción. Los callos están incluidos en el capítulo “El plato único”,
en tanto que el mondongo forma parte del capítulo “¿Sabe usted utilizar sus
artefactos de cocina?”, más precisamente en la sección dedicada al uso de la
olla a presión.(9)
Los libros de cocina criolla de Juan Carlos Martelli(10) y Choly
Berreteaga(11) no contienen ninguna referencia a este plato.
Con motivo de las celebraciones por el bicentenario de la
Revolución de Mayo, supermercados Disco publicó un recetario de cocina
argentina (es bueno dar cuenta del atributo “argentina”, no “criolla”) escrito
por Agustina Arias. Cuenta con una receta de mondongo popular.(12)
En mi experiencia personal, el guiso de mondongo, ya lo he dicho,
formaba parte del recetario de mi madre. La influencia de la cocina popular
española en ese recetario ha sido más que evidente (mis cuatro abuelos eran
oriundos de la Villa de Igea en la Rioja Baja). Sin embargo, sólo accedí a la
denominación callos cuando comencé a frecuentar restaurantes de prosapia española, en especial, aquéllos que están
vinculados con las instituciones de la colectividad o los que se encuentran
avecinados a la Avenida de Mayo que, casi casi, viene a ser lo mismo.
Veamos ahora algunas particularidades de las recetas de callos que
he consultado (en el sitio Euroresidentes(13), en el recetario de cocina
riojana del sitio Valvanera(14) y en el blog Mercado calabajío(15)). Entre las
carnes que llevan estas recetas, encontramos el uso del morro de la vaca y el
agregado de morcillas y jamón serrano, y en algún caso pata de vaca (el
agregado de patitas de cerdo, es una opción que se encuentra en muchas recetas
argentinas por lo que no configura una diferencia). En cuanto a las legumbres,
lleva una importante cantidad de garbanzos mucho mayor que la que solemos
agregar a nuestro guiso. En los condimentos, se agrega una guindilla que nosotros
reemplazamos por ají molido, lo que no configura una diferencia conceptual, y
clavo de olor que en el guiso argentino no suele aparecer. Desde el punto de
vista del procedimiento tampoco hay diferencias conceptuales. El mondongo y sus
acompañantes se hierven previamente al igual de los garbanzos y los porotos para ser agregados luego a un
sofrito.
Hay otras diferencias vinculadas con el arte personal que cada
cocinero pone en su receta. Se preguntarán por qué, si estoy buscando una
receta madrileña. Hice una consulta en el recetario de Valvanera que es de
cocina riojana. En primer lugar, porque me parece que no se trata de un guiso
urbano, sino de un guiso popular rural de la estepa castellana que ha llegado a
su máximo reconocimiento en la restauración metropolitana. En segundo lugar, me
pareció oportuno tenerlo en cuenta porque, siempre que puedo, pongo un toque
riojano en lo que cocino (a veces de modo inconsciente), es un algo que me
inspira confianza porque lo llevo en la tradición familiar.
Como
ha podido apreciarse, estos platos, aunque difieren en la complejidad de los
ingredientes que se utilizan, parecen formar parte de una misma tradición
culinaria. En La Argentina el uso de la expresión “callos” es muy reciente,
como ha podido comprobarse en el recorrido por los recetarios. Este parentesco
alcanza también a la buseca. Se trata de platos que se han argentinizado por el
uso y por la apropiación de las recetas por parte de los cocineros argentinos.
De la buseca ya he dicho algunas cosas aquí, pero seguiré diciéndolas en el
artículo que le dedico.
Notas y
referencias:
(1)
Laura en http://recetasdeargentina.com.ar/guiso-de-mondongo/, leído el 21 de setiembre de 2012.
(2)
Cocineros Argentinos en http://www.cocinerosargentinos.com/?menu=recetas&secrece=3&receta=963, leído el 21 de setiembre de 2012
(3)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, El libro de doña Petrona, Buenos Aires,
1958, edición 52°, pp. 314.
(4)
1890, Gorriti, Juana Manuela, Cocina ecléctica, Buenos Aires, Félix
Lajouane Editor (Librairie Générale), 1890. leído en http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/miscelanea/cocina_eclectica/cocina_00indice.htm, el 4 de noviembre de 2011.
(5)
1914, Cocina tradicional argentina por Marta, Buenos Aires, Distal,
nueva edición de La cocinera criolla, pp. 31, 87.
(6)
1946, Eyzaguirre, José, El libro del buen comer, Buenos Aires, Editorial
Saber Vivir, 1946, 2° edición, pp. 237-240.
(7)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, El libro de doña Petrona, Buenos Aires,
1958, edición 52°, pp. 147, 276, 314.
(8)
1934, Gandulfo, Petrona C. de, El libro de doña Petrona, Buenos Aires,
Distal, 2011, edición 102°, pp. 378, 422-424.
(9)
2010, Berreteaga, Choly, Cocina fácil para la mujer moderna -edición
aniversario 35°-, Buenos Aires, Editorial Atlántida, 1° edición 1975, ppa.
29, 150, 155.
(10)
1991, Martelli, Juan Carlos y Spinosa, Beatriz, El libro de la cocina
criolla, Buenos Aires, Edicol.
(11)
2005, Berreteaga, Choly, La cocina de nuestra tierra, Buenos Aires,
Editorial Atlántida.
(12)
2010, Arias, Agustina, Platos con historia (200 años de cocina argentina)
Jumbo Retail Argentina S. A., ppa. 112-113.
(13)
Leído el 24/09/12 en http://www.euroresidentes.com/Recetas/cocina-madrilena/callos-a-la-madrilena.htm
(14)
Leído el 24/09/15en http://www.valvanera.com/cocina/callos.htm
(15)
Leído en 28/09/12 en http://www.mercadocalabajio.com/2007/09/lujo-de-callos-la-madrilea.html
¡Una receta deliciosa!
ResponderEliminarGracias, Elsa, por tus comentarios.
EliminarHola Mario, buscando recetas de Mondongo a la Española, caí en tu blog. Se ve interesante tu receta. La probaré y vuelvo con comentarios. Muy oportunos tus comentarios sobre estos "Tiempos Modernos" Adhiero en 101% Gracias!
ResponderEliminarGracias, Daniel, por tus comentarios.
EliminarNo dejes de escribir y comentar el resultado de tu ensayo con el mondongo.
Hola Mario, buscando recetas de Mondongo a la Española, caí en tu blog. Se ve interesante tu receta. La probaré y vuelvo con comentarios. Muy oportunos tus comentarios sobre estos "Tiempos Modernos" Adhiero en 101% Gracias!
ResponderEliminarPuesto que me gusta comer bien, sin alardear de "gourmet", me gusta la cocina. Y aunque tengo un Diploma que me acredita como "Cocinero Profesional", no cocino más que para deleitar a mis seres queridos, y, claro, a mí mismo. Debo a esos deleites el sobrepeso que asumo, aún cuando aquello de "haz lo que yo digo no lo que yo hago", me justifique en parte, ya que soy médico, pero es que no he dejado por ello de ser "Pueblo". Reconozco que la técnica culinaria es importante, pero no es ella lo que convierte a la cocina en arte, sino los sentidos que le dan la tradición, la cultura, esos saberes que sin afecto mediante, no logran transmitirse. Me apasiona rescatar esos saberes,que además de reivindicarnos con nuestros orígenes (o el de otros), nos elevan a la categoría de cultores de ese arte, y Maestros en el afán de transmitir compartiendo, lo que nos aleja simplemente copiar recetas. Es el conocer los fundamentos de lo que uno hace lo que marca la diferencia. Entenderás entonces por qué decirte GRACIAS simplemente, no alcanza a expresar la enorme satisfacción, el placer de haber encontrado en lo que escribiste TODO lo que siempre busco,y en un solo texto, que incluye referencias, por si fuera poco, para refrendar lo escrito o para ampliarlo. Qué placer! Gracias!. Orlando Barrionuevo.
ResponderEliminarGracias, querido Orlando.
EliminarUso el "querido" porque, aunque no te conozco personalmente, siento que estoy hablando amablemente con vos sentados a una mesa.
Mis humildes escritos pretenden transmitir esos sentimientos que describís en tu comentario. No buscan otra cosa que preservar una identidad y encontrar algún destinatario que los comparta.
Mi trabajo, de tanto en tanto, recibe un premio grande que me reconforta... este es el caso, tus notas, digo.
Hola Mario. Me gusto la calidez de tus comentarios, ese "querido" es muy de personas que sienten y tienen una sensibilidad para ver la vida desde el corazón. Me encantó la descripción que haces del mondongo, del origen de su uso en tu familia y la revisión que haces de las diferentes corrientes culinarias, es indudable que todas tienen mucho en común y haré mi guiso de mondongo con los datos que expusiste, me gusta cocinar para la gente que quiero y espero que salga rico jaja. Gracias y seguiré en contacto con tu pagina. Abrazo.
ResponderEliminarGracias, Lito, por tus comentarios.
EliminarA pesar del rigor lógico que procuro darles, pongo el corazón en estos textos.
Espero que te salga bien el guiso.