No
hay chuletas de cerdo grilladas en ninguno de los recetarios riojanos
que tengo y mucho menos un plato que hable de un estilo riojano para
prepararlas y servirlas.(1)
Sin embargo, durante años fue mi plato preferido en los bodegones de la ciudad porque me evocaba la cocina de mi abuela riojana.
Se
trata de uno de esos platos de restaurantes porteños creados a
partir de la reelaboración de la comida de los inmigrantes
españoles. Presumo que algún inmigrante riojano debe haber
participado en los primeros pasos de esta preparación. Es tan
difícil saberlo.
El
origen de las cosas humanas suele ser olvidado. Puede haber algún
caso, en tiempos modernos en que se valoran esos detalles casi
periodísticos, en que una anécdota recuerde al autor. Viene a mi
memoria la historia de Arturo Gramajo inventando el revuelto que
lleva su nombre o Federico Leloir creando la salsa que evoca al Golf
Club de Mar del Plata donde tal innovación se llevó a cabo... Y aún
así, estas historias tienen ribetes de leyendas urbanas, al punto de
que la atribución de un plato a un creador llega a ser confusa (el
revuelto de marras, por ejemplo, también fue atribuido al coronel
Gramajo, asistente del General Roca en la Campaña del Desierto).
Hay
una anécdota que alude a estas confusiones. Hace unos diez años, en
un invierno frío en Buenos Aires, fuimos a almorzar con unos
compañeros de trabajo a un bodegón, ya desaparecido, que quedaba
sobre la calle Yrigoyen (no recuerdo el nombre, ni la ubicación
exacta... sería al 800 de esa calle). En la pizarra anunciaban que
el plato del día era lentejas a la riojana. Lleno de sentimientos
evocadores y emociones diversas, engullí el contenido de un plato
enorme que me sirvieron. Pregunté al mozo a qué se hacía
referencia con el nombre del plato, deseando, claro está, que los
dueños del restaurante fueran españoles riojanos, o sus
descendientes, por lo menos. La respuesta lacónica fue: el cocinero
es riojano. Había nacido en la provincia Argentina de La Rioja.
Ya
sobre la receta en sí misma, hay que prestar un poco de atención al
nombre de las cosas. Nosotros llamamos costillas de cerdo a los
bifes, es decir, al carré con hueso. Los españoles las llaman
chuletas, palabra que, en La Argentina también se usa, y reservan el
nombre costillas de cerdo para lo que nosotros denominamos pechito
que es, en realidad, el costillar que, cuando se trata de carne
vacuna, simplemente llamamos asado de tira.
Ahora
bien, una pregunta se impone. ¿Por qué me recuerda la cocina de mi
abuela Agustina? En principio porque ella hacía huevos fritos en
tocino en una sartencita individual sobre una cocina económica
alimentada con leña. La sartén era llevada a la mesa y apoyada
sobre un plato y el huevo se sopaba con el pan de campo argentino, la
galleta de piso. El consumo de carne de cerdo, su uso en embutidos y
fiambres diversos, estaba más vinculado, en la familia, a la vida en
el campo que a la vida urbana. Por otra parte, la rusticidad de la
costillas de cerdo a la riojana es amiga de viejos fogones y aún de
cocinas a leña, y los productos de la huerta (el morrón, las
arvejas) que lo guarnecen también eran propios de la cocina de mi
abuela.
Con
el tiempo, los bodegones porteños fueron sucumbiendo a las modas de
la cocina light. Primero, el tocino fue reemplazado por panceta
ahumada. Hasta allí es tolerable, pero no cuando un nuevo reemplazo
introduce el jamón cocido que no siempre es jamón. El plato se
desnaturaliza. Otra incidencia de esta moda la encontramos en la
dimensión del plato. La receta que trascribo es para dos personas,
pero hoy suelen comer cuatro con ella.
Costillas
de cerdo a la riojana
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Fuente (fecha) | Elaboración personal sobre distintas fuentes (2012).(2) |
Ingredientes |
4
chuletas de cerdo
4
huevos
2
lonjas de tocino
2
papas medianas
150
g de arvejas
½
morrón colorado
½
diente de ajo
Aceite
de oliva para freír
Manteca
para freír
Sal
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Preparación |
1.-
Pelar las papas. Con la ayuda de una mandolina cortarlas en finas
rodajas y luego lavarlas con abundante agua y secarlas con un
repasador.
2.-
Freír las papas en abundante aceite de oliva bien caliente.
3.-
Saltar las arvejas en manteca y aceite.
4.-
Saltar el ajo picado y el morrón cortado en juliana.
5.-
Grillar las chuletas y el tocino.
6.-
Freír los huevos.
7.-
Presentación en un plato por persona: 2 costillas de cerdo, dos
huevos fritos, una feta de tocino, papas fritas, arvejas y morrón.
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Notas
y referencias:
(1)
1983, Garrido, Adela (viuda de Ruíz de Azúa), Cocina
práctica,
Logroño, edición de la autora.
ttp://www.valvanera.com/cocina/carnes.htm
y
http://www.euroresidentes.com/Recetas/cocina-riojana/rioja.htm
(2)
En las siguientes fuentes
http://www.cocinoencasa.com/recetas-de-costillas-de-cerdo-a-la-riojana.html,
http://elgourmet.com/receta/15079-costillas_de_cerdo_a_la_riojana
y
http://www.recetas.com/receta-de-costillas-de-cerdo-a-la-riojana-5614.html,
leídas el 21 de marzo de 2012.
Hola Mario, este plato es un gran favorito de mi marido, y yo suelo no hacerlo por la combinación de los fritos con cerdo. Pero, voy a tener que enmendar esta ausencia en mi recetario. Estoy liada como dicen los amigos españoles, con poco tiempo y por las dudas que no pueda pasar otro día a saludarte, te deseo unas muy felices fiestas y que tengas un excelente año. Un abrazo,
ResponderEliminarGracias, Mir, por tus comentarios.
EliminarHacele las costillas de cerdo a tu marido. Es verdad que son un tanto pesadas; pero con prepararlas de tanto en tanto y comiendo porciones más pequeñas, todo estará resuelto.
si no nos comunicamos antes, feliz Navidad.
Gracias Mario :) Te aviso si las hago, felicidades!
Eliminarque buena pinta, me lo anoto, te invito a que pases por mi blog
ResponderEliminarwww.cocinaconvanesarico.blogspot.com
un saludo
Gracias, Vanesa, por tus comentarios.
EliminarPasaré por tu blog.
Chuletas a la riojana, por La Rioja España o Argentina... ? Excelente receta la voy a ensayar. Gracias
ResponderEliminarGracias, Oscar, por sus comentarios.
EliminarEn realidad, se trata de una receta típica de los restaurantes de Buenos Aires. No he podido dar con el origen del nombre, pero presumo que fue creación de algún cocinero inmigrante de la Rioja española.
He explorado mucho la cocina de esa Comunidad Autónoma y no he encontrado una receta que se le parezca. Sin embargo, siempre que las pido en Buenos Aires, me acuerdo de la cocina de mi abuela (carne de cerdo, panceta y huevos fritos).
Le agrego que mis cuatro abuelos nacieron en La Rioja española.