sábado, 17 de diciembre de 2022

Arropes cuyanos

Me gustan los postres que no hacen alarde de exceso de dulzura. Es por eso que, desde que empecé a hollar nuestra tierra del Noroeste Argentino, mi postre favorito siempre fue el quesillo de cabra con algo dulce. Es notable cómo ese queso popular y sencillo logra ese equilibrio que me da placer.

Referencia de la imagen (a)

Sí, claro, los dulces que se combinan con ese queso hilado argentino pueden ser varios. Los más frecuentes son de alcayota, de duraznos cuaresmillos o, incluso, de membrillo. Pero también puede ser humectado con miel de caña o con arrope.

En lo personal me gusta el arrope de chañar que se prepara en muchas provincias y ciudades del Noroeste Argentino, pero no en todas.

Pero los arropes no son una exclusividad de esa región del país. Su paciente elaboración tiene gran presencia en la cocina de Cuyo, la otra Cenicienta de la cocina argentina. En el recorrido que me impuse sobre esta tradición culinaria, es bueno exponer recetas locales que utilizan frutos que se dan muy bien en estas provincias argentinas.

I Tradición dulcera europea

Francisco Abad Alegría, en su maravilloso libro, En busca de lo auténtico, da cuenta de la larga historia de los arropes en España. Les reconoce el antecedente de la meloja, una especie de jarabe que se obtiene de mezclar panales de miel con agua, someterlos e una reducción por calor y luego filtrarlos.

La imágenes pertenecen a la biblioteca del autor, salvo indicación en contrario 

El método es utilizado para preparar arrope de uva cuya presencia en la Península Ibérica se encuentra documentada ya en el siglo I de nuestra era. Consiste en poner el mosto a una prolongada cocción hasta obtener, por reducción, el preciado jarabe. Luego habrían aparecido otros arropes, como por ejemplo el de higo, el de tuna o mi favorito, el que se obtiene a partir de los frutos de chañar.

Es muy interesante la referencia que hace el autor a un manuscrito almohade del siglo XIII (que ha sido traducido por Huici Miranda). Allí se alienta la producción de arropes de otros frutos, tratando de desalentar la elaboración de mostos de uva que podrían tentar a los musulmanes de costumbres laxas, a producir vinos, bebida inapropiada para los fieles de esa religión. Independientemente de esta nota de color, los arropes constituían, junto con la miel, la principal fuente de edulcorantes en los sectores populares hasta el último tercio del siglo XIX, en que comienza la producción de azúcar a partir de la remolacha. (1)

Referencia de la imagen (b)

El lector avisado ya habrá advertido que el arrope no constituye un dulce en sentido estricto, sino un edulcorante, del mismo modo que lo es la miel de caña. De modo que el quesillo de cabra con arrope no es un postre de queso y dulce, sino de queso endulzado.

Por otra parte, la presencia de estas técnicas en la España antigua nos permite inferir que podemos contar con una tradición ajena a la América Prehispánica, con independencia de los que hubieran hecho los indios al respecto antes de la llegada de los españoles.

II En los recetarios argentinos

Busqué en más de veinte recetarios argentinos que son los que habitualmente consulto, pero solo encontré recetas en dos de ellos y una mención en un tercero.

El asunto me llamó la atención porque los arropes son bastante visibles en la restauración de las provincias del Noroeste Argentino y en Cuyo. Lo más curioso es la ausencia de recetas de arrope en algunos libros clásicos dedicados a la cocina tradicional de las regiones argentinas.


Tal vez, el azúcar de caña que se produce en nuestro país desde hace muchísimos años ya era un producto relativamente accesible a fines del siglo XIX, por lo menos para las familias a las que pertenecían las primeras escritoras de recetarios en nuestro país, y es por eso que tal vez no hubo necesidad de recurrir a otro edulcorante.

Una rápida pasada por el más que interesante libro de Mario Silveira sobre la cocina el en Río de la Plata nos confirma en esa impresión. El precio del azúcar baja considerablemente hacia el último tercio del siglo XIX, aunque para los sectores populares aún resultaba algo prohibitivo (tendrá acceso a este edulcorante industrial a principios del siglo XX). De modo que, a pesar de que en la primera mitad de ese siglo aún se consumía arrope de higo mendocino, en la segunda mitad, los dulces ya se basaban en el uso del azúcar. (2)

Los invito a considerar las recetas. Voy a empezar por la mención que hace Francisco José Mallmann en su libro Tierra de Fuegos. En el capítulo “Placeres y picadas argentinas”, dedica una página a los postres de queso y dulce. Lo interesante es que no empieza por la consideración general de esta idea gastronómica, sino por el caso del “quesillo de cabra con arrope de chañar”, luego sí hablará de las distintas variantes de queso y dulce.


Francis no nos da una receta de arrope y otra de quesillo, sino de cómo se arma el postre a partir de dos productos ya elaborados. Transcribo el texto porque resulta de interés a la búsqueda de la auténtica cocina cuyana:

“El arrope riojano acompaña en honores al quesillo de cabra andino. Esta miel proviene de la fruta del chañar, árbol típico de las zonas secas, que cuando está madura es muy dulce y tiene todos los sabores de la cocina cuyana. El contraste de consistencias y gustos hace de esta mezcla un postre perfecto que puede estar acompañado por nueces, almendras o avellanas.” (3)

En El libro de la cocina criolla de Juan Carlos Martelli y Beatriz Spinosa, aparecen dos recetas, “arrope de tuna” y “arrope de chañar”. Ambas piezas reproducen el formato tradicional de estas preparaciones, es decir, hervir los frutos en agua hasta lograr una especie de jarabe, sin utilizar otros elementos. Dicho de otro modo, se trata de rescatar el dulce natural de la fruta sin el agregado de azúcar, como sí ocurre en mermeladas, jaleas y otros dulces.


Este libro ofrece un pequeño problema, los autores incluyen a la región de Cuyo dentro de la del Noroeste Argentino lo que no permite diferenciar qué receta corresponde a cada región. Sin embargo, es muy valioso porque se trata de la única obra de cocina tradicional argentina que considera los arropes como parte de nuestra tradición culinaria. (4)

Hay una receta más interesante aún. Bueno, la receta en sí misma no, lo interesante, y yo diría curioso, es la obra en la que está expuesta. El libro se llama El arte de cocinar y fue publicado en San Miguel de Tucumán a mediados de los años veinte del siglo pasado. La impresión más reciente, a cargo de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán, reproduce la 4° edición de 1974. No es un recetario regional, aunque posee recetas locales; pero tiene una fuerte inclinación a defender la industria local, la cantidad de recetas con azúcar es verdaderamente significativa. Por eso llama la atención encontrar allí una receta de “arrope de tuna”. Reconozco que tuve una sensación de felicidad al encontrarla. (5)

¡Ah, pero si hay un receta más! Sí claro no puedo dejar pasar por alto la receta fallida de “arrope de tuna”, expuesta en Gastronomía regional argentina, obra ambiciosa publicada por la Federación Argentina de Empresaria de Hotelera Gastronómica de la República Argentina. ¿Por qué fallida? Porque, lamentablemente, a los cocineros profesionales que desarrollaron las recetas, se les ocurrió agregar azúcar en el procedimiento para hacer arrope.


Suele ocurrir con frecuencia que los cocineros locales desconozcan el ABC de la tradición culinaria a las que pertenecen. Yo mismo me he encontrado con el rechazo de muchos de ellos a leer algo más que aquellos textos que se refieren a técnicas e ideas gastronómicas en boga. Cuando mucho dedican alguna energía a rescatar los mejores productos de la tierra, de su tierra, quiero decir. (6)

III Dos recetas cuyanas

Las recetas que voy a publicar a continuación las he tomado de Sabores Cuyanos, esas bellas recopilaciones realizadas por el Ministerio de Desarrollo Social alrededor de 2010. (7)


La primera corresponde al capítulo de Mendoza. Es una de las pocas recetas cuyo autor no puede ser identificado por error en la edición del texto. ¿Será arbitrario de mi parte atribuirla a María Leticia Albornoz, identificada como autora de la siguiente receta (“Uva en grapa”). María Leticia es de la localidad de General San Martín, en el Gran Mendoza. Es decir, vive en la zona este del Río Mendoza, tradicionalmente identificada por la producción de vinos a granel en grandes proporciones.

Como podrá ver el lector, la receta es muy sencilla, como toda receta de arrope y está muy bien explicada.

Arrope de uva

Fuente (fecha)

María Leticia Albornoz (c2010)

Ingredientes

Para 2,5 kg de arrope

Uva 20 kg.

Cáscara de naranjas. (opcional)

Preparación

1.- Lavar la uva.

2.- Separar los granos del escobajo.

3.-Moler los granos para extraer el jugo.

4.- Colar la preparación resultante, usando un colador grande de alambre.

5.- Cocinar a fuego moderado.

6.- Espumar cuando hierve.

7.- Dejar en el fuego por 2 o 3 horas, hasta que se consuma y espese un poco.

8.- Retirar del fuego, dejar enfriar y envasar (si se desea, se puede agregar cáscara de naranja).

9.- Esta preparación puede utilizarse para acompañar sopaipillas (tortas fritas), rodajas de pan casero, postres, etc.

Comentarios

1.- La operación de espumar es bastante conocida y se usa habitualmente cuando se hierven carnes. En este caso, se usa para quitar la espuma en el mosto en ebullición. La operación se realiza con una espumadera.

2.- Si bien el texto ubica el agregado opcional de cáscara de naranja en el paso que identifiqué como 8, no resulta claro el momento en que se puede realizar esta operación, si en el momento del enfriado o durante la cocción.

3.- En una nota aclaratoria final que incluye la etimología de  la palabra arrope, la autora indica que se trata de un jarabe. (8) Pero agrega “Es una forma tradicional de hacer dulce sin azúcar. Es similar a una mermelada.” No puede detectar la inconsistencia de la última frase. Precisamente, el azúcar es ingrediente fundamental para hacer mermeladas.

La siguiente receta es de la Provincia de San Luis. Su autora es Irma Pérez de la localidad de Pantanillos, Las Chacras, Departamento San Martín.

Arrope de higo

Fuente (fecha)

Irma Pérez (c2010)

Ingredientes

Higos.

Agua.

Preparación

1.- Colocar los higos en pailas con un poquito de agua.

2.- Poner a hervir.

3.- Luego de un rato amasar los higos, agregar un poquito de agua y seguir hirviendo.

4.- Repetir esta operación varias veces para que los higos larguen todo el jugo.

5.- Colar con un trapo limpio.

6.-Continuar el hervor del mosto resultante del colado, mientras va espesando.

7.- Cuando larga espuma, espumar.

8.- Cocinar el arrope hasta que adquiere el “punto almíbar”.

9.- Retirar del fuego.

Comentarios

1.- No indica los ingredientes con precisión.

2.- Afirma que el arrope se cocina en una “palia”. Hay aquí un error, por ello reemplace la expresión por “paila”.

3.- No indica, en el paso 3, como de deben “amasar” los higos con el agua hirviendo. Supongo que mediante la utilización de una o dos cucharas de palo.

4.- Se calcula que el tiempo de hervor insume medio día. Es necesario no parar de revolver cada tanto.

Me gusta el postre sencillo que se hace con queso y dulce. Hay muchas variantes, pero prefiero el “contraste de consistencias y gustos” que tiene el quesillo de cabra combinado con arrope de chañar.

Notas y bibliografía:

(1) 2017, Abad Alegría, Francisco, En busca de lo auténtico (Raíces de nuestra cocina tradicional), Gijón, Trea S. L., pp. 125-129.

(2) 2005, Silveira, Mario, Cocina y comidas en el Río de la Plata, Neuquén, Editorial de la Universidad Nacional del Comahue, pp. 49-72 y 100-115.

(3) 2012, Mallmann, Francis, Tierra de fuegos, mi cocina irreverente, Buenos Aires, V&R, pag. 28.

(4) 1991, Martelli, Juan Carlos y Spinosa, Beatriz, El libro de la cocina criolla, Buenos Aires, Edicol, pp. 105-106.

(5) 1974, Congregación de Hijas de María y Santa Filomena de Tucumán, El arte de cocinar, San Miguel de Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán, 6ª edición (impresión) de 2011, Pag. 375.

(6) 2014, AAVV, Gastronomía regional argentina, Buenos Aires, FEHGRA, Pag. 42..

(7) 2010 (c), Presidencia de la Nación, Ministerio de Desarrollo Social, Sabores Cuyanos, Gamarra, María Liliana, Proyecto Recetarios Regionales, pp. 20 y 41-42.

(8) Ver “Arrope”, en Diccionario de la Lengua Española, leído el 23 de agosto de 2022 en https://dle.rae.es/arrope.

Imágenes

(a) Leído en https://cerrito.gob.ar/reservalovera/?p=762 el 17 de diciembre de 2022.

(b) Leído en https://destinosanjuan.com.ar/gastronomia-sanjuanina-quesillo-de-cabra-salado-y-dulce/ el 17 de diciembre de 2022.


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