Cuando Ernesto Conde me pasó sus recetas, buscó un
estilo de precisión académica, sobre la base de la guía que yo le había
proporcionado. La guía era ésta:
“Finalmente te pido que
me pases algunas de tus recetas, siguiendo alguno o varios de los siguientes
criterios:
·
Las que más
te gusta preparar todos los días.
·
Las que más
te gusta preparar en ocasiones especiales.
·
Las que, en
tu opinión, te dan mejores resultados (tanto en lo cotidiano como en las ocasiones
especiales).
·
Las que más
le gustan a los demás, también en ambas circunstancias.
Pueden ser dulces, saladas, encurtidos y conservas,
etc.”(1)
La imagen pertenece al autor
Fue así que me pasó una
receta para cada criterio. Lo que más me sorprendió fue que la que eligió para “Las
que más me gusta preparar todos los días es la receta de cuscús. (2) Vi
claramente que esa elección respondía a la impresión que me habían dado sus
comentarios acerca del sentido libertario que la cocina tenía para él. Una
libertad que no sólo se pone en juego en la creatividad necesaria para experimentar
en materia de selección de ingredientes o de prácticas procedimentales; sino
también en materia de gusto. Es como si Ernesto escribiera su cocina sobre una
tabla rasa.
I De
qué se trata
El cuscús es simplemente
trigo duro molido y procesado con una técnica artesanal milenaria. (3)
En cuanto al origen del
plato, los autores que he consultado parecen estar de acuerdo con situarlo en
Marruecos. Su consumo se ha extendido por todo el Magreb (desde Libia hasta
Mauritania), y un poco más allá (Francia, Sicilia, Palestina, etc.). Tengo, por
ejemplo, una receta de cuscús en un libro dedicado a la cocina tradicional
siciliana. Se trata del reconocido couscous alla trapanese, en el que el cereal
se combina con frutos de mar. (4)
La imagen pertenece a Ernesto Conde
Lo que
resulta verdaderamente curioso es que este plato no forme parte de la cocina
andaluza tradicional, cuando esta región de España conserva vínculos culturales
con Marruecos y el resto del Magreb más que evidentes. José Carlos Capel
sostiene que era uno de los platos preferidos por los moros que fueron
expulsados de España a principios del siglo XVII. El crítico gastronómico
español se lamenta de que los moros se hayan llevado con ellos el cuscús. (5)
Estimo que había entonces un rechazo por esta comida en los castellanos que
poblaron el Al Andaluz a partir de la reconquista, rechazo que no se extendió,
por ejemplo, a la arquitectura o a la música. En fin las historias de los
distintos agrupamientos humanos están recorridas por rupturas y continuidades
que parece caprichosas cuando se las observa ex post.
El último registro
español de esta comida que he hallado en una búsqueda extremadamente rápida, se
encuentra en El Quijote, precisamente publicado a principios del siglo XVII.
Cervantes lo refiere a las preferencias alimentarias de los moros. (6)
La imagen pertenece a Ernesto Conde
Establecido el origen, queda un punto que me
limitaré a considerar de soslayo, pero que quiero dejar asentado aquí: por
ignorancia o por conveniencia el cuscús es confundido a veces con el trigo
burgol. Se trata de dos productos distintos. El trigo burgol recibe un
tratamiento que encontramos en otros sitios (v. g., el maíz de chuchoca en el
Valle Calchaquí en La Argentina) que consiste en cocinar la semilla (en este
caso, trigo de grano blando), dejarlo secar al sol por varios días (generalmente, en
los techos de las viviendas) y luego molerlo. El cuscús es simplemente trigo de
grano duro molido sin cocer y procesado manualmente (hoy la industria tiene también sus
versiones).
Las confusiones pueden ser entendibles, pero
conviene distinguir y llamar las cosas por su nombre. Este tema no es menor
porque está relacionado con el acceso a estos productos en Buenos Aires.
II La
receta de Tucho
Ernesto sabe bien dónde y cómo comprar el cuscús:
“Nunca lo compré en dietéticas, aunque se consigue.
En cambio, lo compro en una panadería árabe muy famosa de San Cristóbal donde
puedo conseguir el cuscús marroquí.”(7)
La receta que
nos pasa se limita al tratamiento básico del producto en la cocina. Para Tucho,
el cuscús es más un acompañamiento que un plato principal. Con él, una vez
preparado, se pueden hacer muchas cosas como comerlo caliente y sólo o
utilizarlo frío para hacer una ensalada. Queda increíble, nos confiesa, en esas
tortillas que hacemos cuando tenemos restos de comida anteriores. (8)
Cuscús
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Fuente (fecha)
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Ernesto Conde (2017)
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Ingredientes
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Cuscús 1 parte.
Agua 1 parte.
Leche (opcional).
Cúrcuma una cucharada.
Sal.
Manteca a gusto.
Aceite de oliva (opcional).
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Preparación
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1.- Hervir los líquidos (puede ser agua o media parte de agua
con media parte de leche) con sal y cúrcuma.
2.- Al romper el hervor, apagar el fuego y echar el cuscús en
forma de lluvia mientras se va revolviendo.
3.- Agregar manteca a gusto (puede combinarse manteca con
aceite de oliva).
4.- Tapar la olla por 5 minutos.
5.- Destapar y pisar con un tenedor para disolver los grumos
que hayan quedado.
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Comentarios
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Ernesto nos dice que las cantidades de líquido y de cuscús deben
ser equivalentes en volumen. También nos dice que la cantidad de cúrcuma debe
ser una “cucharada abundante”. Yo, sin embargo sugiero ser prudente aquí,
sobre todo en los primeros intentos, y estimarla en proporción a la cantidad
de cuscús que vamos a preparar. (9)
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No está mal, ¿verdad? Es fácil, sólo hay que
animarse.
Notas y
bibliografía:
(1) 2017,
de Mario Aiscurri a Ernesto Conde, correo-e del 18 de abril.
(2) 2017,
de Ernesto Conde a Mario Aiscurri, correo-e del 26 de abril.
(3) 2000, Abad Alegría, Francisco, Cuscús, recetas e historias del alcuzcuz magrebí-andalusí,
Zaragoza, Libros Certeza. Pancho Ramos me facilitó generosamente este libro
cuando ya había escrito el texto. De modo que sólo lo usé para pulir
incorrecciones. Para recorrer la historia de este producto, me limité a un texto
de José Carlos Capel. Como el texto de este gastrónomo español va en línea con el
de Abad Alegría, dejé la estructura original del artículo. Sólo quiero dejar
asentado que este libro es maravilloso porque nos abre la puerta a un mundo que
desconocemos, pero que no resulta tan lejano.
(4) S/D, S/indicación de autor, Profumi e sapori della cucina siciliana,
Milano, Grafiche Milan Cards snc. (adquirido en Taormina en 2015), pag. 49.
(5) 2012,
Capel, José Carlos, “El cous cous, ese plato perdido”, leído en http://elpais.com/elpais/2012/09/27/gastronotas_de_capel/1348732745_134873.html,
el 4 de mayo de 2017.
(6)
Ídem.
(7)
2017, de Ernesto Conde a Mario Aiscurri, correo-e del 26 de abril.
(8)
Ídem.
(9)
Ídem.
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