No tenían en ese momento,
por eso no llevaron… y como me quedé con las ganas, les pedí la receta.
Siempre es un placer
compartir la mesa con los primos Arizcurre, en la casa de Julio en la
entrañable ciudad de Nueve de Julio. En oportunidad de nuestro viaje, como ya
conté en otro lado, compartimos la mesa Julio y Norma, Susana Arizcurre y
Néstor “el Pollo” Arizcurre y su mujer Patricia y, por supuesto tía Chocha.
Mi primo Néstor es un
hombre de trabajo, pero cuando hay fiesta, disfruta de algún que otro
licorcito… Un encuentro familiar es, por supuesto una fiesta. En esa
oportunidad me contó que Patricia y él hacían un “gancia casero”…
Les pedí la receta que
transcribo abajo. Patricia la aprendió de la abuela de su hija hace ya mucho
tiempo. Ahora ella y Néstor lo hacen juntos. Con ello rescatan la tradición familiar
de los licores caseros, disfrutándola tanto como todas las cosas que hacen
juntos… Como por ejemplo, bailar folklore en la ciudad de Cosquín.
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Gancia casero |
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Fuente (fecha) |
Patricia Giménez y Néstor Arizcurre (2025) |
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Ingredientes |
Agua mineral c/n. Azúcar 800 gr. Alcohol fino ½ l. Cáscara de 5 naranjas. Cáscara de 3 limones. Pulpa de naranjas y limones. Romero 2 ramas de 25 cm. Clavo de olor 25. |
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Preparación |
1.- Pelar las frutas. 2.- Quitarle el blanco a las cáscaras, cortarlas en tiritas y
reservar. 3.- Pelar los gajos resultantes de la peladura, quitar las
semillas y reservar. 4.- En una damajuana de vidrio, colocar las cáscaras, la pulpa
de las frutas, el clavo de olor y el romero. 5.- Luego agregar el azúcar y al alcohol. 6.- Finalmente completar el envase con agua mineral
(aproximadamente 4 litros). 7.- Tapar bien la damajuana con un corcho y sacudirla para que
se mezcle todo. 8.- Dejar macerar en lugar fresco y sin luz por 25 días.
Sacudir la damajuana cada tanto para que todo quede siempre bien mezclado. 9.- Colar y llenar botellas con el contenido. 10.- conservar en la heladera |
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Comentarios |
1.- Patricia recomienda el uso de la damajuana o de otro
recipiente de vidrio. Concuerdo con la idea, aunque he visto recetas que
proponen la maceración en bidones de plástico. Debe ser muy práctico, pero
todos sabemos que el plástico se degrada, contaminando el licor. 2.- Para que la damajuana quede protegida de la luz, Patricia la
envuelve en una bolsa limpia de residuos de color negro. 3.- Una vez embotellado el resultado, Patricia conserva en la
heladera. No sabe qué pasaría si las conserva en otro lugar. 4.- Patricia quita el blanco de las cáscaras porque le dan mal
sabor al licor. Tampoco agrega pomelo, porque no le gusta. Me pregunto si
conservando la parte blanca, el resultado tendría algún equilibrio atractivo
para quienes gustan de los amargores. |


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