Dedico este artículo a las recetas indicadas
en el epígrafe con las que Gabriel Osre agasajó a los invitados al octavo
cumpleaños de su hijo Danilo. Pero antes, un pequeño paréntesis que permita
situar mi interés en las mismas, descontando, desde ya, la maestría con que
preparó las viandas.
El lector sabe que siempre doy cuenta de mis experiencias personales en las notas que compongo para El Recopilador de sabores entrañables. También sabe que no constituyen una vocación auto referencial, sino testimonial. Quiero dejar registro de esas experiencias como un documento más para dar fundamento a mis hipótesis sobre la cocina porteña que, desde siempre, alimentó mi vida.
Debo decir, entrando en materia, que el rey de
lo salado en las fiestas de cumpleaños familiares siempre fue el famoso invento
que la leyenda atribuye al Conde de Sándwich en el siglo XVIII.
Efectivamente, en mis fiestas infantiles, durante
los años sesenta del siglo pasado, mi madre compraba panes de viena (en algunos
casos, también denominados pebetes) en la panadería de Montiel al 3000. Los
abría y untaba en manteca antes de rellenarlos de salame y queso, ambos
cortados a máquina por don Manuel, el almacenero de la esquina. Claro que, si
la ocasión ameritaba un pequeño lujo, y había una moneda para gastar, la opción
eran los sándwiches de miga.
En las fiestas de mis primos, ocurría lo
mismo. Los ingredientes de copetín eran mal vistos, considerados insalubres por
nuestras madres. Las variaciones podían residir en el uso de otro pan, por lo
general las figacitas (esas pequeñas focaccias primigenias que nos ofrecían las
panaderías porteñas) y algún otro fiambre (generalmente jamón cocido o
mortadela y, en el mejor de los casos, lomito).
Ya en la juventud, digamos desde los últimos
setenta, la propuesta se fue tornando más refinada. El pan que se usaba eran
las figacitas, pero de manteca. Éstas siguen existiendo, en tanto que las otras
parecen haber desaparecido, o por lo menos caído en un ocaso incomprensible. Se
servían en una especie de bufet frío, en el que cada invitado rellenaba su
sándwich con las carnes disponibles (por lo general, peceto, pollo y matambre
arrollado) y agregaba el aderezo de su preferencia que generalmente eran más de
cuatro y que iban desde una simple mayonesa, mostaza y salsa golf hasta alguna
preparación hogareña más complejas (v. g., una combinación de mayonesa, queso
untable y cebollitas encurtidas).
Todo había cambiado, pero no tanto… El
sándwich seguía siendo el centro de la fiesta.
Por eso no me sorprendió que en la celebración
del cumpleaños de Danilo hubiera sándwiches, ni que fuera su padre quien los
preparara (siempre le he reconocido a él y a mi sobrina Florencia su condición
de excelentes anfitriones). Lo que sí me sorprendió fue la sutileza de sabores
y texturas que tenían las carnes y las verduras con las que Gabriel armó lo
sándwiches.
Ahora les propongo las recetas, tal y como él
las preparó para el cumpleaños de Danilo. Añado unos comentarios para que, el
lector interesado, intenten reproducirlas, aunque no cuenten con las
herramientas que nuestro cocinero tiene en su casa.
Carnes desmechadas |
|
Fuente (fecha) |
Gabriel Osre (2024) |
Ingredientes |
Bondiolas de
cerdo (aproximadamente de 1,8 kg c/u) 4. Lomos (aproximadamente
de 1,4 kg c/u) 4. Cebolla blanca
y morada 1,5 kg. Verdeo 300 g. Morrón rojo 3. Morrón verde 3. Morrón
amarillo 3. Ajo 1 cabeza. Sal entrefina. Pimienta. Sal
de ajo ahumada. Cerveza
2 latas |
Preparación |
1.-
Limpiar las carnes, quitando excesos de membranas y de grasa. 2.-
Pelar las cebollas y cortarlas en juliana. 3.-
Quitar los cabos y las pepitas a los morrones y cortarlos en juliana. 4.-
Pelar los dientes de ajo. 5.-
Picar el verdeo. 6.-
Condimentar las carnes con sal entrefina, u poco de pimienta y sal de ajo
ahumada. 7.-
Sellarlas en un disco de arado. 8.-
Precalentar el horno de mampostería a 200° C. 9.-
Mezclar y distribuir las verduras sobre una asadera para horno. 10.-
Colocar las piezas de carne selladas sobre ese colchón de vegetales. 11.-
Agregar dos latas de cerveza a la asadera. 12.-
Llevar al horno por cuatro horas. 13.-
Dejar atemperar y desmechar las carnes. 14.-
Conservarlas frías por separado. 15.-
Para servir, calentar las carnes en el disco de arado. 16.-
Armar los sándwiches y disponer de los aderezos para que cada comensal elija
el de su preferencia. |
Comentarios |
1.- Si se va a hacer una cantidad
diferente a la propuesta, sólo se requiere mantener la proporcionalidad,
mediante la operación de una regla de tres simple. 2.- Gabriel también suele sellar las
carnes a la parrilla. Si el lector no cuenta con estos elementos, puede
hacerlo a la plancha en una cocina común. 3.- Se pueden llevar las carnes al
horno de cocina a gas. La temperatura siempre debe oscilar entre 180° C y 200°
C. 4.- Gabriel cocinó las carnes juntas,
pero las sirvió por separado. |
La verdad es que los sándwiches estaban muy buenos. Gabriel utilizó
figacitas de manteca y puso sobre la mesa aderezos industriales. Había
chimichurri, salsa barbacoa, mayonesa y alguno más. Sirvió las verduras en una
fuente para que puedan se agregadas a los sándwiches de lomo en lugar de aquéllos.
De modo que el comensal que recibía su sándwich tenía múltiples opciones para
completarlo.
Comí varios sándwiches,
estaban irresistibles. Aderecé todos con chimichurri que es, para mí, el sabor
de la querencia. No usé las verduras como complemento de los sándwiches de
lomo, sino como ingrediente principal en un sándwich que yo mismo preparé… y no
me arrepentí de esta última decisión.
Vayamos ahora a la
receta de los vegetales al disco.
Verduras al disco |
|
Fuente (fecha) |
Gabriel Osre (2024) |
Ingredientes |
Cebolla blanca
y morada 800 g. Verdeo 200 g. Morrón rojo 2. Morrón verde 2. Morrón
amarillo 2. Ajo ½ cabeza. Sal de ajo Perejil. |
Preparación |
1.-
Pelar las cebollas y cortarlas en juliana. 2.-
Quitar los cabos y las pepitas a los morrones y cortarlos en juliana. 3.-
Pelar los dientes de ajo. 4.-
Picar el verdeo. 5.-
Rehogar las verduras, todas juntas, a fuego medio hasta que estén tiernas. 6.-
Salar a media cocción y agregar el perejil picado sobre el final. 7.-
Para servir, calentar los vegetales en el disco de arado, antes de colocarlas
en una fuente. |
Comentarios |
1.- Esta receta es mucho más sencilla,
no requiere mayores explicaciones. |
Celebro
el reconocimiento de la centralidad del sándwich en las fiestas de cumpleaños
que propusieron nuestros anfitriones. Celebro la maestría de Gabriel en la
elaboración de los rellenos. Concluyo con una ilusión personal; me gustaría
que, para los desafíos futuros, incluya un capítulo de preparación de aderezos
caseros.
Notas y bibliografía:
(1) 2024,
Conversaciones con Gabriel Osre, noviembre.
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