sábado, 14 de noviembre de 2020

Receta de tamales de doña Tomasa al estilo de la Quebrada de Humahuaca

Por Silvia Castillo (1)

Ingredientes:

1 Kg de maíz blanco (y si no amarillo)

1 Kg de ceniza de leña buena de molle o quebracho o jume. Bien blanca y sin carbón. El aroma de la ceniza “piuma” el maíz

Suficientes chalas secas remojadas en agua hervida hasta cambiar el color y guatos (tiras de atar hechas de las mismas chalas)

200 grs de papa pelada en cubos chicos apena sancochada (no papa de puré, sino la firme)


La imagen pertenece a la autora

300 grs de cebolla blanca picada

200 grs de grasa de pella derretida

300 grs de grasa de cerdo derretida

80 grs de pasas de uva chicas sin semilla

1 cucharada sopera de pimentón molido

1 cucharadita de té colmada de comino molido

1 cucharadita de té rasa de aji molido picante

4 huevos duros picados

200 grs de cebolla de verdeo picada.

1 Kg de charqui tostado al horno apenas, majado en mortero, hervido en poca agua sin sal hasta poder desmecharlo: sin pasarse de hervido (o carne de espinazo de vaca hervida con una cucharada sopera rasa de sal gruesa hasta poder desmechar del hueso). Reservar los caldos de hervido.

Masa:

Nixtamalizar el maíz: poner 1 Kg de Maíz en olla grande, agregarle 1 Kg de ceniza (solo ceniza blanca, desechando la oscura y carbones) y hervir todo con un litro de agua. Hervir por 1 o 2 horas: vigilar que no falte agua y cuando al refregar el grano se desprende la cascarita (pericarpio) ya está. En caso de usar cal viva que sea poca (1 cucharada) disuelta en agua y dejar el maíz en esa agua 24 horas y después lavar súper bien y pelar.

Se desechan todas las cascaritas.

Se enjuaga bien el maíz y se le retira el piquito que lo fija al marlo (paciencia!).

Entonces se muele bien en pecana (mortero grande con gran mano de piedra) mientras se agregan chorritos de caldo de carne del hervido del charqui. Debe quedar maleable como una arcilla: amasarlo con la grasa de cerdo y corregir la sal.

Para más cremoso agregar más caldo pero que tenga consistencia de modelar.

Reservar.

Relleno:

Fritar la cebolla en grasa de pella sin que se dore, agregar la carne deshilachada, los condimentos, el verdeo, los huevos duros y las papitas. Enfriar.

Armado:

Formar bolitas de masa de maíz y ahuecarlas como haciendo cuenquitos de paredes lo más finas posibles. Si gustan paredes gruesas hacerlos más gruesos. Poner una cucharada de relleno y cerrar el cuenquito subiendo las paredes sin dejar aire y sin que escape el relleno.

Envolver en hojas de chala rodeando muy bien la bolita formando un tubo y atar ambos extremos con guatos hechos con tiras de chala. El guato de arriba es de dos nudos (el que se retira para empezar a comer) y el guato inferior igual con la diferencia que la chala inferior del envoltorio tiene dos nudos en sí. Se puede anudar más simple, hay varias formas de hacerlo. Cortar los excesos de chala inferior y superior con tijera.

Se hierven los tamales preferentemente en olla de barro grande con agua salada, poniendo hojas de chala en la base. En una hora están listos!

Salen 4 docenas.

Historia de la receta de Tamales de Tilcara

Llegar a la receta de estos tamales no fue nada fácil.

Los que más me gustaban son los que hacia Doña Tomasa Corimayo.

Los anudados eran complejos y perfectos. Sabías que el doble nudo iba para abajo, desprendías el guato de arriba y ya podías comer el tamal, abriéndolo como el capullo de una flor. Y seguía el deleite al morder la masa caliente y cremosa aunque firme y mezclar el sabor del relleno, el picante y la textura de hilos carnosos y revueltos del charqui más una sorpresa de papa o la suave dulzura de la pasa que estallaban unidas a las especias y a su jugo.

La chala quedaba limpia!

Tomasa Corimayo es una mamita ferozmente trabajadora, sólida y redonda, toda morena, toda acción y pasión reconcentradas. Desafiantes sus ojos te clavan alfileres y sus argumentos son leyes inapelables. Maneja la ironía y el sarcasmo como un maestro de esgrima, pero sus muchas tiranías les son perdonadas por el cielo alcanzado que es comer sus tamales.

Cada vez que podía me iba a anticipar el almuerzo comiendo un tamal a su puesto. Esto por años!

Tranquila y displicente detrás de su mesita, administrando sus dos grandes cestas: una con empanadas, la otra con tamales y humitas, y sus manteles blanquísimos.

Empezaba el dialogo:

“-Rico, Doña Tomasa, le puso carne de cabeza guateada?-

”-Guateada haberas sido vos. Tiene charqui, no has visto?

”-Lindo color la masa hoy, habrá sido de maíz amarillo?-

”-Vista enferma: hacete ver, di ande amariyo! Solo maiz bien blanquito!

”-Doña Tomasa, comí otros tamales: dura de masticar la masa-

”-Li haberan mezquinau manteca de chancho... de vaca le ponen, mal-"

Así, con pocos indicios y con la práctica y la cocina compartida con Celestina Martínez, Remedios Cabana, Bonifacia y Eduardo Escobar, pude llegar a esta receta.

Doña Tomasa sigue cocinando en su casa pero ya no va al mercado. Sus hijos y nietos siguen en el puesto del mercado: la primera mesita que ves antes de cruzar para acceder al portón del mercado de Tilcara: son ellos, custodios del sabor de familia.

Gracias a los cocineros y cocineras de mi Tilcara!

Notas y referencias

Los integrantes de Buena Morfa Social Club (grupo cerrado de Facebook) pueden consultar la publicación original en el siguiente enlace: https://web.facebook.com/groups/buenamorfa/permalink/1795917177094800/. La autora usa el nombre Silvia Montana en su perfil de Facebook.


2 comentarios:

  1. Gracias por este trabajo tan importante y necesario, rescatar nuestra cocina.

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