Voy a comenzar la recopilación de recetas libanesas de la familia de Mario Sorsaburu por las empanadas fatay que están asociadas a
mi descubrimiento de la tradición culinaria árabe en La Argentina. (1)
Las imágenes pertenecen a Mario Sorsaburu
Ya he analizado, en varias oportunidades, la
parquedad de la populosa colectividad Árabe en volcar las especialidades de su
cocina tradicional al caldo común de la cocina argentina. Esta parquedad
comparable con la de la colectividad judía.
No atribuyo ese gesto a un sentimiento mezquino
y excluyente de parte de esa colectividad, sino a todo lo contrario. Los árabes
que al llegar a nuestro país amaron tanto a la Patria que los cobijó que
adoptaron su comida en la vida cotidiana, reservando las especialidades propias
para las celebraciones familiares. 
En los años ochenta del siglo pasado, por
ejemplo, pude disfrutar de muchas de estas espacialidades en el cumpleaños de
mi compadre Juan Carlos Abud. Su tía había preparado para la ocasión: ensalada
tabuleh, sarma (arrollados en hojas de parra), pan de pita, keppe crudo y, por
supuesto, fatay… ¡Ah! El postre, una irresistible fuente con cuadraditos de
baklava.
Lo único que conocía de todos esos manjares eran las fatay y el pan de pita. Mis recuerdos se pierden sobre fines de mi adolescencia cuando vi estos productos por primera vez en una rotisería en el barrio de Almagro. Las denominaciones eran simples: pan árabe y empanada árabe. La colectividad comenzaba a volcar por fin, en la segunda mitad del siglo XX, sus comidas en el crisol común de la cocina neo criolla argentina.
Ya publique una receta de fatay que me mandó
mi amiga Male Ortiña. Ella pertenece a una familia de origen español. Cuando se
casó con un descendiente de árabes, aprendió a cocinar delicias de la tradición
culinaria sirio libanesa. Sin embargo, cuenta que su madre preparaba sfijas
cuando ella era una niña. (2) Male es mucho menor que yo de manera que la
adopción de la receta por parte de su madre coincidió, más o menos, con mi
descubrimiento de estas empanadas árabes. Luego vinieron numerosos restaurantes
árabes y armenios que introdujeron otras recetas en el gusto porteño. 
Ahora bien, ¿cuál es la verdadera denominación de estas empanadas? He visto varias, fatay, fatayer, sfijas, asahfijas. Male las denomina sfijas y Mario, Fatay.
Esta confusión de denominaciones suele pasar
con muchos platos a los largo y a lo ancho de la historia de la cocina en el
mundo. Pero decidí adoptar la nomenclatura propuesta por Mario. Así lo explica:
Fatay es el nombre árabe de la empanada cerrada con tres pliegues, como, a su
vez, lo indica la de la receta que publico abajo. Asahfija, continúa Mario, es
el nombre de la empanada abierta, es decir, con el relleno colocado encima del
disco de masa que no se pliega. Lejmayin es el nombre que le dan los armenios y
algunos judíos a las asahfijas. (3) 
Bien, ahora, a la receta de Mora. ¿Por qué de
Mora? Porque la abuela materna de Mario le enseñó la receta a su hija, y ésta a
su nuera que es quien las prepara en nuestros días.
| Fatay | |
| Fuente (fecha) | Mora Sorsaburu (2020). Mario oficia
  de redactor.  | 
| Ingredientes  | Masa: Harina 000 900 gr. Levadura de cerveza 45 gr. Sal 1 cucharada. Agua natural cantidad necesaria (aproximadamente
  600 cc). Relleno:
   Carne de novillo 375 gr. Carne de cordero 375 gr. Cebollas 3. Perejil 1 ramo grande. Tomates en conserva 1 lata. Jugo de 2 limones. Hojas de menta 10. Sal. Pimienta. Ají molido. Comino. | 
| Preparación | Masa: 1.- Mezclar los sólidos. 2.-
  Agregar agua hasta lograr una masa firme. 3.-
  Dejar descansar el bollo tapado por una hora. 4.-
  Hacer bollitos como pelotas de
  golf y dejarlos en una placa con algo de harina hasta doblar su medida.
  Pueden ser tapados con un lienzo, pero no es imprescindible. Relleno: 5.-
  Pelar y picar las cebollas en brunoise. 6.-
  Picar el perejil. 7.-
  Pisar el tomate en conserva. 8.-
  Picar las hojas de menta. 9.-
  Exprimir los dos limones 10.-
  Mezclar bien todo con la carne. Armado
  y cocción: 11.-
  Estirar cada bollo con un uslero
  o con los dedos a toques, hasta darle forma de disco
  con un tamaño más grande del que se usa para hacer empanada. 12.-
  Poner en el centro del disco una cucharada grande del relleno, doblar las dos
  alas y terminar con el doblez de abajo, formando un triángulo. Este triángulo
  debe quedar abierto en el centro. Dejar descansar unos minutos sobre una
  placa. 13.-
  Precalentar el horno. Luego hornear las empanadas hasta que la masa esté
  cocida. 14.-
  Siempre se comen agregando un chorrito de limón. | 
| Comentarios | De
  Mario: 1.- En la elección de la carne de
  vaca, es preferible usar roast beef porque tiene un 25 % de grasa y eso le agrega
  sabor. 2.- La carne picada debe ser pasada
  dos veces por la máquina. 3.- Lo mejor es preparar el relleno el
  día anterior.  4.- Si se desea hacer asahfijas, el
  procedimiento es similar, sólo que no deben practicarse los dobleces
  indicados en el paso 12.- Míos: 1.- El relleno va crudo a la empanada.
  En realidad, va macerado con el jugo de limón.   | 
Como suele decir Mario, cada vez que publica una receta en las redes sociales, Salute!
Notas y bibliografía:
(1) 2020, Mario
Sorsaburu a Mario Aiscurri, correo-e (vía Messenger) del 4 de julio.
(2) 2012, Aiscurri,
Mario, “Sfijas”, en El Recopilador de sabores entrañables, leído el 9 de julio de
2020 en https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2012/09/sfijas.html.
(3) 2020, Mario
Sorsaburu a Mario Aiscurri, correo-e (vía Messenger) del 5 de julio




O sea q la colectividad judía SI es mezquina, excluyente y no ama a la Argentina? Xq eso se entiende en este post, fuera de q es una absoluta mentira q la colectividad judía no comparte su cocina tradicional. Hay libros con recetas, restaurantes, están en redes sociales, hay cursos para aprender, etc.
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por sus comentarios.
EliminarCreo que no ha leído bien.
La comunidad judía no es mezquina, ni excluyente y no es verdad que no ama a La Argentina. Si lee bien el texto, verá que digo todo lo contrario.
Esa colectividad ama al país que los ha acogido, como puede apreciarse en muchos testimonios publicados por demás elocuentes. El de los gauchos judíos es por cierto emblemático.
Han querido y quieren tanto a nuestra Patria que han adoptado nuestros hábitos y costumbres alimentarias, empezando por el mate y siguiendo por los asados.
Tal vez sea por eso que sus comidas tradicionales, hasta fines del siglo XX, no se volcaron directamente al caldero común de la cocina neo criolla, ni participaron de la restauración porteña hasta que alguien descubrió su valor como cocina étnica.
Si sigue este enlace https://elrecopiladordesabores.blogspot.com/2020/03/cocina-asquenazi-en-buenos-aires-indice.html, verá con qué afecto de mi parte he recopilado recetas de la cocina judía ashkenazi en Buenos Aires.