He comido este manjar austero
en Igea en la peña de los Happy’s. Es un plato que se prepara con pimientos del
cristal secos (también llamado choriceros debido a que se los expone al sol en
ristras para proceder a su secado). Pueden ser servidos como entrada,
guarnición o, simplemente, como parte de un picoteo vespertino.
Las imágenes pertenecen al autor y a Los Happy's
El sitio Web de cocina tradicional riojana de
Fermín(1) es fuente inagotable en el momento en que decido dar con la fórmula
exacta de cualquier plato que haya probado en esa maravillosa región de España.
Obviamente, para ver de qué se trata esta fresca representación de la delicia,
he recurrido él. Con su tradicional vocación de romero en su propia tierra, de
recopilador incansable de sabores cercanos, íntimos, entrañables, nos dice:
“En invierno, en mis visitas a la localidad de
Igea, parada obligada, es la bajera de José Luis, allí además de las atenciones
y viandas recibidas de la señora Jose, su mujer, sé que me espera un
reconfortante “caldillo”. Plato preparado con esmero por mi buen amigo, que
invita a echar dos tragos de buen vino y a una animada conversación.”(2)
Anduvimos con Haydée por
Igea en noviembre de 2015. Fuimos agasajados por los Happy’s con un exquisito
repertorio de cocina local. Bien digo, local, no riojana, sino igeana. El
Chusma (Jesús María Alonso Martínez) trajo a la mesa una ensaladera rebosante
de caldillo que había preparado su suegro, José Luis. De modo que la receta que
transcribo resulta ser la del mismo plato que comí… ¡esto sí que es una buena recopilación
de un plato de autor, la de Fermín, digo!
Ya he publicado varias
recetas de ese encuentro en donde María José (esposa del Chusma) y Maricarmen
condujeron los fuegos en la peña… pero hay un detalle que se me escapó en una
velada que resultó vertiginosa. Acabo de recibir un correo-e de José Antonio
Campos, mi gran amigo de los Happy’s quien me aclara el punto. Don José Luis Álvarez
preparó el caldillo, y también los altalitones, para agasajarnos, y yo diría deslumbrarnos,
con lo mejor de la cocina local(3)… la emoción está logrando que mi escritura
derrape sobre la banquina…Fuimos agasajados como indianos que vuelven a su
tierra después de mucho trajín.
Bien, volvamos a la
huella del equilibrio racional que este episodio aún no terminó. Vamos por la
receta.
Hasta donde pude
explorar, resulta imposible preparar este plato en Buenos Aires sin
desnaturalizarlo. No porque no se consigan los pimientos de las especie
adecuada (si se tratara de usarlos frescos, bien podrían ser reemplazados por
morrones sin que el sabor y la textura se dañen de manera significativa); sino
porque no se los consigue secos.
En el mercado boliviano
de Liniers he visto y comprado ajíes secos, pero no pimientos. Me prometo
volver a Liniers para ver si los consigo en algún negocio. Tendría que haber,
¿no?
Ahora trascribo la receta
de Fermín, traduciéndola al castellano del Río de la Plata.
Caldillo
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Fuente (fecha)
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De Cocina tradicional riojana (2016)
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Ingredientes
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1 docena y media de pimientos rojos secos.
2 guindillas rojas secas picantes.
3 dientes de ajo.
Aceite de oliva.
Sal.
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Preparación
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1.- Cocer los pimientos con las guindillas en una olla con
abundante agua, procurando que nos se cocinen demasiado, que queden bien
tiesos.
2.-
Sacar los pimientos y las guindillas y colocarlos en una fuente de servicio.
Reservar el caldo de la cocción.
3.-
Salar y espolvorear el ajo picado fino
4.-
Rociar con un buen chorro de aceite de oliva.
5.-
Cubrir los pimientos con el caldo de cocción.
6.-
Se sirven fríos.
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Notas
y bibliografía:
(1) Leído
en http://www.valvanera.com/cocina/intro.htm
el 17 de agosto de 2016.
(2) Leído
en http://www.valvanera.com/cocina/caldillo.htm,
el 17 de agosto de 2016.
(3)
José Campos a Mario Aiscurri, correo-e del 17 de agosto de 2016.
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