sábado, 15 de julio de 2017

Empresas de mendicidad en Buenos Aires (1887)

Los textos que se exponen a continuación fueron tomados del libro Vida y Costumbres en El Plata de Emilio Daireaux que publicó Felix Lajouane (1) en 1888 (2). El ejemplar que consulté pertenece a la primera edición en castellano (hubo una anterior en idioma francés). La obra se compone de dos tomos. El primero lleva el título “La sociedad argentina” y el segundo, “Industrias y productos”. El Prefacio contiene sendas cartas de Bartolomé Mitre y Julio Argentino Roca con opiniones y comentarios sobre la edición francesa.
Emilio Honorio Daireaux nació en Río de Janerio en 1846 y falleció en París en 1916. Se recibió de abogado en la capital francesa y revalidó su título en Buenos Aires, donde ejerció la profesión durante más de 10 años. El autor afirma que el libro fue escrito para los países extranjeros con la finalidad de dar a conocer La República Argentina en ellos. Por su parte, la dedicatoria reza: “A mis hijos. Para darles a conocer y hacerles amar el país de su madre, donde nacieron”. El autor se radicó en Francia con su familia a fines del siglo XIX, aunque conservó propiedades en la Provincia de Buenos Aires cerca de la ciudad que lleva su nombre. Algunos de sus hijos se afincaron en La Argentina, administrando esos bienes.
Los fragmentos que se transcriben a continuación pertenecen al primer tomo. En ellos se describe a los mendigos. Llama la atención el racismo y la fobia ante el criollo pobre y la justificación de la mendicidad en los inmigrantes. El cuadro que describe da cuenta de ciertas miserias que percibe en la sociedad argentina de 1880; pero le sale al paso, para sostener la visión que informa el texto en general, con una conclusión curiosa.
Empresas de mendicidad
“Algunas veces aparece en la calle una familia exótica, generalmente francesa, llegada allí, después de haber hecho estación en toda la costa de América, para pasear y explotar en común la enfermedad ó deformidad de uno de sus miembros, industria lucrativa para todos. Recorren las calles, durante un mes ó dos, causando más sorpresa que lástima, recogiendo por lo demás poco dinero y saliendo de allí para otra ciudad del Atlántico ó del Pacífico, como haría una compañía acrobática o de ópera.
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”Pero no es éste el verdadero personal de la mendicidad profesional.
”Este tiene un día fijo y sus tradiciones; no aparece en las calles sino el sábado para hacer su recolección; durante la semana sólo se le ve por excepción bajo los pórticos de las iglesias y á la puerta de las casas mortuorias, el día en que alguna familia celebra funerales.
”Esta horda de negros, mulatos, indios, viejos soldados estropeados, megeras del Apocalipsis que os rodean y molestan los días de duelo, á la salida de las iglesias, son un espectáculo bastante repugnante para quitarle á uno hasta las ganas de heredar.
”Son numerosos hasta más no poder, sucios, negros y enteramente cubiertos de andrajos; temerían no inspirar bastante lástima si no apareciesen cubiertos con toda esa escoria. Semejante Corte de los Milagros celebra allí sus fiestas solemnes; pero su verdadero día de fiesta es el sábado, en el cual la recolección de limosnas es regular y constituye como una renta.
”Desde la hora en que comienza la vida, salen de guaridas desconocidas, donde durante la semana, han esperado, en asquerosa ociosidad, este día de cobro, alimentados abundantemente de residuos poco apetitosos pero muy de su gusto. Llegado el sábado, haga el tiempo que quiera, se les ve recorrer las calles, formando filas interminables y extrañas, cojeando, arrastrando zapatos que no tienen forma, barriendo la vereda con andrajos no vistos en ninguna otra parte, llevando y sosteniendo su zurrón y sobre todo hablando, riendo, murmurando frases entrecortadas, en las que todas las lenguas del globo parecen haber vertido palabras que ya no quieren usar y que la decadencia ha puesto fuera de uso, del mismo modo que la sociedad vierte en sus zurrones toda clase de despojos. Todos están mezclados, hombres y mujeres, sin que se pueda distinguir á qué sexo pertenece cada uno, formando bandas, como si desdeñasen la competencia; en este oficio especial el número, según parece, constituye una fuerza. Visitan, como si se pasasen las cuentas de un rosario, siempre las mismas casas, donde reciben lo que les distribuyen, como pan para toda la semana, restos de todas clases, y monedas de cobre que no sirven para otro uso y que les reparten por igual con liberal parsimonia. No reclaman, no se quejan, ni tienen celos unos de otros y salmodian todos con el mismo tono las letanías de sus gracias, apresurándose á continuar su peregrinación, porque no tienen tiempo que perder si han de hacerla por completo.
”Aquellos de estos holgazanes con patente y renta que durante la semana tienen que buscar algún suplemento de subsidios, van al mercado, después de la hora de la venta, á eso de las diez, y hacen amplia provisión de pedazos de carne de desecho y hachuras. En otro tiempo les pertenecían de hecho los despojos de los mataderos, pero estos despojos que los indígenas desdeñan, son buscados por los extranjeros y ahora se venden.
”Desde entonces se ha visto á los pobres –y los viejos del país señalan esto como nefasto presagio del fin del mundo– buscar en los cajones de la basura, colocados por la mañana en la puerta de las casas, los residuo, los pedazos de carne arrojados, los huesos descarnados y todos los despojos sucios de la cocina; esto ha hecho predecir que iba á nacer el pauperismo. Semejante peligro social, y semejante porvenir digno de temerse están lejos; el humilde rebuscador de esos despojos es un pobre, pero no empobrece á nadie; él es, por otra parte, un trabajador útil, pues da en el país del desarreglo el ejemplo del ahorro y la economía que son los verdaderos adversarios del pauperismo.” (3)
Notas y Bibliografía: 
(1) Prestigioso editor francés que publicaría, entre otras obra el libro Cocina Ecléctica de Juana Manuela Gorriti que vio la estampa en 1891.
(2) 1888, Daireaux, Emilio, Vida y Costumbres en el Plata, Buenos Aires, Feliz Lajouane.
(3) Ídem, pp. 163-165.


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