sábado, 7 de diciembre de 2013

Epumer agasaja a Lucio V. Masilla

Lucio V. Mansilla (1831-1913), militar y escritor argentino, es reconocido como uno de los mayores exponente de la llamada Generación del 80. Entre sus obras más importantes se encuentra Una excursión a los indios ranqueles,(1) donde expuso las experiencias obtenidas en la expedición que encaró en 1867 bajo directivas del Gobierno Nacional. La técnica utilizada para relatarlas es el uso de un estilo epistolar. Efectivamente, los capítulos tienen la forma de cartas dirigidas a un amigo, Santiago Arcos; pero sólo se representa en él un destinatario retórico, un recurso para justificar el estilo.
En los años del relato, el cacique general de los ranqueles era Mariano Rosas. Su hermano menor, Epumer, sería en 1880 el último de los caciques ranqueles. En oportunidad del primer agasajo que recibiera el general Mansilla en el toldo de Mariano Rosas, se relata la tensión que había entre Mansilla y Epumer (“Epumer es el indio más temido entre los ranqueles, por su valor, por su audacia, por su demencia cuando está beodo.”(2)). Sin embargo, cuando Mansilla está concluyendo su misión, le ofrece un agasajo en el que se destaca el cuidado y la gentileza.   
“Epumer me presentó su mujer, que se llamaba Quintuiner, sus hijas, que eran dos, y hasta las cautivas, cuyo aire de contento y de salud llamó grandemente mi atención.
“-¿Cómo les va, hijas? -les pregunté a éstas.
“-Muy bien, señor -me contestaron.
“-¿No tienen ganas de salir?
"No contestaron y se ruborizaron.
“Epumer me dijo.
“-Si tienen hijos, y no les falta hombre.
“Las cautivas añadieron: -Nos quieren mucho.
“-Me alegro -repuse.
“Una de ellas, exclamó:
“Ojalá todas pudieran decir lo mismo, güeselencia.
“Era una cordobesa.
“Epumer les indicó a su mujer y a sus hijas que se sentaran, y mandó que sirvieran la comida.
“Obedecieron.
“Estaban vestidas con lo más nuevo y rico que tenían.
“El pilquen era de paño encarnado bastante fino: los collares y cinturones, las pulseras de pies y manos, de cuentas, los grandes aros en forma triangular y el alfiler de pecho, redondo, de plata maciza labrada.
“La manta era, contra la costumbre, de pañuelo escocés de lana.
“Se habían pintado los labios y las uñas de las manos con carmín, se habían puesto muchos lunarcitos negros en las mejillas y sombreado los párpados inferiores y las pestañas.
“Estaban muy bonitas.
“La mujer de Epumer, sobre todo, me recordaba cierta dama elegantísima de Buenos Aires, que no quiero nombrar.
“¡Pero no faltaría más; compararla a ella, tan simpática y prestigiosa por la gracia y la belleza, por su carácter dulce, su talle flexible como el mimbre, su voz de soprano, que tan bien interpreta los acentos delicados de Campagna, con una china!
“Trajeron la comida, platos de loza, cubiertos, vasos y mantel.
“Empezamos por pasteles a la criolla. Una cautiva los había hecho. Aunque acababa de almorzar con Mariano, comí dos. Luego trajeron carbonada con zapallo y choclos. Epumer me dijo que me habían buscado el gusto, que le habían preguntado a mi asistente lo que me gustaba. No pude rehusar y comí un plato. Estaba inmejorable; la carne era gorda, la grasa finísima.
“En seguida vino el asado, de cordero y de vaca, después puchero. El pan eran tortas al rescoldo. El postre fueron miel de avispa, queso y maíz frito pisado con algarroba.
“Con la carbonada quedé repleto como un lego; rehusé de lo demás. Fue en vano. Me instaron y me instaron. Tuve que comer de todo.
“¡Pobres gentes! A cada rato me decían:
“-Si no está bueno, dispense. Aquélla lo ha hecho -y señalaban a tal o cual cautiva, y ésta me miraba, como diciendo: Por usted nos hemos esmerado.
“¡Qué escena aquella! En medio del desierto, en la Pampa, entre los bárbaros, un remedo de civilización es cosa que hace una impresión indescriptible.” (3)
Notas y bibliografía:
(1) Mansilla; Lucio V.; Una Excursión a los Indios Ranqueles; cap. XXVI, 3° edición, Juan A. Alsina editor, Buenos Aires, 1890, leído el 10 de setiembre de 2011 en Proyecto Biblioteca Digital Argentina, http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cronicas/ranqueles/ranqueles_00indice.html.
(2) 1870, Mansilla; Lucio V., idem, leído el 10 de setiembre de 2011, http://www.clarin.com/pbda/cronicas/ranqueles/ranqueles_46.html).
(3) 1870, Mansilla; Lucio V., idem, leído el 10 de setiembre de 2011, http://www.clarin.com/pbda/cronicas/ranqueles/ranqueles_57.html).





2 comentarios:

  1. ¡Muy buena recopilación e idea de rescatar las sabores entrañables!!! Felicitaciones compañero Mario.

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