sábado, 7 de septiembre de 2013

Dorado a la parrilla

He comido dorado a la parrilla en Rosario, excelente. Los que sostienen que no comen pescado de río porque es muy graso, tienen que probarlo preparado de este modo para hablar con fundamentos... el problema para ellos es que no les va resultar tan graso como suponen.
Referencia de imagen en (1)
En los restaurantes de la Chicago argentina (perdón, los rosarinos prefieren vivir en la Barcelona argentina... pero Chicago les ganó de mano en el pasado), te lo sirven en una bandeja que colocan en una fuente sobre la mesa entre los comensales para que puedan “caranchar” sobre ella. La metáfora es tan criolla como precisa. Cada uno toma su tenedor y arranca trozos del tamaño de un bocado de la pieza expuesta... los caranchos comparten así su comida, sin necesidad de utilizar platos.
Martín nos cuenta:
En lo que respecta al Dorado y a la Boga, son peces parrilleros por excelencia, se pueden asar de forma simple, con sal, Pimienta y un poquito de aceite de oliva para que no se sequen, y mucho limón. Otros optan por hacer una salsa con cebollas, morrones, ajo y terminarlo agregándole queso cremoso que luego se derretirá, queda muy bueno, pero el pescado pierde un poco de sabor a mi gusto.”(2) 
Es necesario contar con una parrilla especial de acero inoxidable para pescado que encierra la pieza por ambos lados. En la parrilla con perfiles en “V” enlosados o en las de fierritos de construcción, el pescado se pega, se deshace y deja la parrilla en condiciones que resultan difíciles para su limpieza.   
Dorado a la parrilla
Fuente (fecha)
Martín Brandli (2012)
Ingredientes
1 dorado.
Sal.
Pimienta.
Preparación
1.- Limpiar, eviscerar y escamar el dorado. Cortar por el espinazo para abrirlo en mariposa.
2.- Colocar la pieza abierta, mariposa, en la parrilla para pescado y cerrarla.
3.- Llevar a la brasas del lado de la carne por unos 15 minutos.
4.- Voltear la pieza y dejar que se cocine del lado de la piel por uno 40 minutos.     
Comentarios
Martín sostiene que el pescado debe estar bien cocido. El tiempo tendrá que ver con el gusto personal del comensal.
Notas y referencias:
(2) Correo-e de Martín Brandli del 21 de marzo de 2012. 

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